Froome impone su ley y se viste de amarillo en el Tour de Francia

Efe

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JEAN-PAUL PELISSIER / Reuters

El británico atacó en el descenso del último puerto y se impuso en la octava etapa y se colocó como líder de la carrera

09 jul 2016 . Actualizado a las 17:57 h.

El británico Chris Froome venció en la octava etapa del Tour de Francia y se vistió con el maillot amarillo de líder, tras atacar en el descenso del puerto de Peyresourde, el último de una jornada en la que se ascendieron 4, incluido el mítico Tourmalet.

El jefe de filas del Sky, defensor del título y que postula a su tercera victoria final en la ronda gala, consiguió su sexto triunfo parcial, por delante del irlandés Daniel Martin y del español Joaquim Rodríguez. Froome firmó así el quinto triunfo británico en esta edición, tras las tres de Mark Cavendish y la que consiguió ayer Stephen Cummings.

El jefe de filas de Sky superó en 13 segundos al pelotón de favoritos, en el que estaba el colombiano Nairo Quintana, a los que hay que sumar los 10 segundos de la bonificación por ganar la etapa. El gran damnificado de la jornada fue el español Alberto Contador, que se dejó 1.40 segundos en la meta. El ciclista de origen keniano lanzó el primer aviso serio. Su apuesta fue rentable, que no definitiva. Adelantó en meta por 15 segundos a un grupo comandado por el irlandés Daniel Martin (Etixx) y el español Joaquim «Purito» Rodríguez (Katusha). Ahí viajaba Nairo Quintana (Movistar), que con la bonificación de Froome perdió 23 segundos.

De nuevo la cruz para Alberto Contador, que no estuvo con los favoritos en los últimos kilómetros del Peyresourde y se dejó 1.40 minutos. Golpe de autoridad de Froome, ya líder, con 16 segundos sobre Adam Yates y Purito. Quinto queda Alejandro Valverde a 19 segundos y Nairo Quintana seto a 23. «Ha sido un ataque sorpresa, de habilidad, solo queda felicitar a Froome, pero no hay que hacer un drama», dijo Eusebio Unzue, director del Movistar en meta.

De los 4 grandes puertos del menú de la etapa, el primer era «su majestad» el Tourmalet, «mal retorno» en la antigua lengua gascona, el símbolo de los Pirineos y de la montaña del Tour desde que Octave Lapize lo estrenó en 1.910. Por su pendiente de 17 kilómetros al 7,4 por ciento se desgranó la primera escapada numerosos del día. El francés Pinot, picado en su orgullo tras perder 3 minutos la víspera, y el polaco Rafal Majka, «compañero» de Contador en el Tinkoff, quien dijo en la salida que en su equipo «hay dos líderes». Ambos se despegaron y marcharon con todo un mundo por delante. Ambos coronaron la cima, con el corredor galo al frente. Un pequeño regalo para la numerosa afición que lo aclamaba, y otro para él por los 5.000 euros del premio Jacques Goddet, legendario director del Tour.

Entre los favoritos se encargó el Sky de mandar en la subida. Un ritmo suficiente para hundir a unos cuantos, como el líder Van Avermaet, Nibali o Alaphilippe, quien pronto tiraron la toalla. La fuga, que aumentó a 3 en el descenso al unirse Tony Martin, estaba controlada a 2 minutos. En día tórrido, de maillots abiertos, el esquema se mantuvo en la Hourquette d'Ancizan (2ª, 8,2 kms al 9,9 %). Los Mikel, Landa y Nieve, infatigables, tiraban del jefe Chris Froome, relajado, en espera de acontecimientos, con el Movistar atento. En la cima el retraso se redujo a 1.24 minutos.

El espejismo se esfumó en Val Louron (11 kms al 6,8), puerto donde Indurain cimentó su primer Tour en 1991. Pinot, Majka y Martin se diluyeron como azucarillos ante el impulso del Movistar, con Oliveira e Izagirre de locomotoras, y aún del Sky, que aún se exhibió para traspasar la cima con Poels y el propio Froome al frente, «picados» para evitar que Majka pasara primero. Incansable la escuadra británica, con cinco hombres y batuta en mano en el ascenso al Peyresourde (1ª,7,1 kms al 7,8 %), último obstáculo con el tope a 16 de meta. Tranquilidad hasta que empezó el concurso de pruebas. A un cambio de ritmo del colombiano Henao (Sky) le siguió otro de Froome.

Luego lanzó su carta Quintana. Selección de 10 corredores en la cima con Froome, con chispa, al frente. Contador, descolgado, cruzó a 33 segundos, por detrás del checo Kreuziger, quizás nuevo líder el Tinkoff. No acabó la exhibición de Froome, empeñado en sacar tajada. Esta vez no atacó subiendo. Atacó, ¡bajando¡ el Peyresourde. Sentado en la barra, jugándose el pellejo, el defensor del título se largó. Imágenes inéditas, volcado sobre la barra de su bicicleta, a tumba abierta.

Froome, en modo contrarreloj, a 90 por hora, se dejó el alma en la emboscada. Nada ni nadie pudo detenerlo. Ahora sin molinillo, a pleno desarrollo, ofreció una exhibición inolvidable. Impotente, Quintana, se limitó a rodar junto a Aru, Porte y otros damnificados. Se esperaba un ataque de Froome, todos estaban atentos a la jornada del domingo en Andorra, pero el británico les hizo la trampa del siglo. «Chapeu, señor Froome». Este domingo se disputa la novena etapa entre Vielha Val D'Aran y Andorra Arcalis, la etapa reina de los Pirineos con el primer final en alto de la 103 edición. Los escaladores a escena.