Stenson adelanta a Mickelson

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

FACUNDO ARRIZABALAGA | EFE

En busca de su primer grande, el golfista sueco asalta el liderato en un vibrante duelo con el norteamericano, anticipo del mano a mano de hoy

17 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El viento es el dueño del Open Británico, condena a aspirantes a la irrelevancia y eleva a aquellos astutos que se alían con sus rachas para dirigir la bola por la buena dirección. Y la previsión para ayer era tan endemoniada que la organización decidió corregir algunas posiciones de bandera para hacerlas más asequibles a los jugadores y preparar el campo de tal forma que las ráfagas no moviesen algunas bolas sobre la superficie del campo. Sopló Eolo, pero perjudicó a algunas partidas más que a otras. Y el título se discute esta vez (Canal + Golf, 10.00) en un mano a mano que quedó ligeramente a salvo del viento cruzado del Oeste que predominó ayer en Royal Troon, en el Fiordo del Clyde, cerca de Glasglow. Abrió el sábado Phil Mickelson con un golpe de ventaja sobre Henrik Stenson y se marchó a firmar su tarjeta cuanto totalizaba uno por debajo de su rival. Porque ninguno de los 81 jugadores que siguen con vida mejoró los 68 golpes del sueco. Stenson llega hoy a la ronda de su vida con ese impacto de margen sobre el zurdo de San Diego, seis sobre Bill Haas y siete sobre Andrew Johnston. El resto ni cuentan ya.

Stenson había igualado la mejor vuelta de su vida en un grand slam ya el viernes, con sus 65 impactos. Y le aguantó la mirada a Mickelson en un duelo intenso y entretenido en el que fueron intercambiándose el liderato.

A un lado, Mickelson, con 46 años y cinco grandes en su vitrina, se sabe ante una de sus últimas oportunidades para pelear por un grande sin que su candidatura se considere épica. Porque podrá tener más oportunidades de celebrar un major, claro que sí, pero siempre envueltas en la mística contra el calendario. Y Stenson, a los 40, encara un escenario propicio para cambiar su estatus con la victoria en un grande. Un triunfo que premiaría al golf sueco, tan potente pero tan carente de victorias de la máxima categoría en el circuito masculino.

En realidad, Stenson y Mickelson están emparentados por un desenlace que marca la carrera de ambos. Porque el sueco ya estuvo cerca de ganar el título en Muirfield en el 2013, donde su rival de esta tarde terminó besando la Jarra de Clarete, por primera vez en su carrera. Entonces no compartieron el partido estelar, sino que llegaron al domingo con resultados sobre par y se pusieron a recortarle golpes a Lee Westwood, Hunter Mahan, Tiger Woods y Adam Scott, que habían iniciado la última ronda con las mejores cartas en la mano. El sábado también dejó la imagen de la frustración de Rory McIlroy, que rompió su madera tres tras un mal golpe desde la calle del 16.