En la década de los noventa aupó al Compos a lo más alto. Ahora, José María Caneda, lleva varios años fuera de escena.
05 dic 2016 . Actualizado a las 10:46 h.José María Caneda Antelo es inimitable, contradictorio, a menudo imprevisible, de esa estirpe de quienes no dejan indiferentes a nadie. Trazó en el mundo del fútbol la estela de un presidente impulsivo, con carácter e intuición, que elevó a célebres algunas expresiones hechas pasadas por su particular tamiz. La más popular, la de estar «entre la espalda y la pared». Años después se ve al mismo Caneda, algo más sosegado, probablemente consecuencia de estar alejado de los focos.
-Ave María purísima, cuanto tiempo sin saber de usted. ¿Cómo le trata la vida?
-Si digo que mal, realmente mentiría. Pero sí echo de menos aquellos tiempos de estar liado en la empresa y en el fútbol. Juego mis partidas, tengo tiempo para los nietos, que son mi debilidad. Ahora voy temprano para casa, para verlos antes de que se acuesten.
-Alguien me dijo una vez que a Caneda no le gusta el fútbol, pero le apasiona el Compostela. ¿Es cierto?
-Se quedó cortó. No me gustaba ni el Compostela. Llegué al club por un compromiso. Forofo, forofo, nunca he sido. Después, a base de estar tanto tiempo con el Compos, le coges cariño.
-De hecho, ahora ve muy poco fútbol. Ni en la televisión ni en el campo.
-A veces estoy jugando la partida, ponen el fútbol y sigo a lo mío. En casa, zapeo. El fútbol me aburre en cantidad. Es de siempre. Me cuesta ver un partido entero teniendo una buena película o un informativo.
-¿Recuerda el 2-8 del Deportivo en Albacete, clave para la permanencia del Compos?
-Por supuesto.
-Un deportivista que estuvo en el Carlos Belmonte me comentó que solo había visto a Djukic pasar del medio campo para marcar en ese choque y cuando marró el penalti ante el Valencia, que aquel fue un día raro. ¿Por raro querría decir primas?
-Había un compromiso con el Deportivo y Arsenio, porque estábamos muy necesitados. Arrasaron.
-¿Hay primas a terceros en el fútbol?
-Creo que las hay multiplicadas. Y hay otro problema añadido, el de las apuestas deportivas. Siempre defendí que cobrar por ganar no está mal.
-¿Le molesta que le recuerden sus transgresiones de frases hechas?
-Depende. Entre la espalda y la pared puede haber algo siempre. Es una interpretación.
-De otras puedo dar fe por haberlas oído. Pero sáqueme de dudas sobre la del gato Félix por el ave fénix.
-No conozco ni la frase ni el gato. Que conste que a veces tergiverso con sentido del humor.
-Le voy a hacer una pregunta que ya le formulé en otra ocasión. Diez personas opinan en una dirección y Caneda en la otra. ¿Quién se equivoca?
-Cuando todo el mundo me decía que si me hubiera callado la boca muchas veces me hubiese ido mejor, contestaba que si después de siete años reclamando deudas y tener que avalarlas... ¿Quién tendría la razón?
-Era una reflexión más general que puntual.
-Si yo creo que tengo la razón es porque los diez están equivocados. Lo veo así.
-¿Qué imagen cree que tiene la gente de José María Caneda?
-Creo que me ven como un tío tosco y duro, y nada más lejos de la realidad. Soy un flan. No soy tosco. Soy muy parlanchín. Hablo demasiado, a veces aburro. Pero es que me crié hablando, ya cuando hacía teatro.
-¿Hay algo que le moleste especialmente?
-Que se juzgue a las personas sin conocerlas. Me pasó mucho con los entrenadores, cuando me decían que había que castigar a tal o cual jugador porque le habían faltado al respeto. Luego, hablaba con el futbolista y tenía que volver a hablar con el técnico para decirle que no tenía razón. He tenido muchos líos con eso. Porque hay entrenadores caprichosos. Y si un jugador no le cae bien, recurre al presidente. Tuve varias liadas.
-¿Cuál fue la más sonada?
-Prefiero no entrar en ese tema. Son cosas pasadas y no vale la pena volver sobre ellas.
-¿Cuál fue el jugador que mejor toreó a Caneda?
-El que mejor comportamiento tuvo siempre fue Bellido. También Mauro.
-Iba más por otro lado. Decían que Ohen era la niña bonita del presidente, que le tenía cogida la aguja de marear.
-Ohen, sí, pero niña bonita de conveniencia. De todas formas, hay que conocer cada caso. Y recuerdo que dio un gran rendimiento. ¿No le parece?
-¿Qué es el fútbol?
-Era muy bonito el que conocí de joven, cuando íbamos a ver un partido, llevábamos una bota de vino y la compartíamos con los rivales. Hoy se ven animaladas. Y le diré más. Los más cobardes son los que se mueven en manada. La violencia que a veces se ve en el fútbol es muy lamentable.
En corto
-¿Carolina Bescansa o Dolores de Cospedal?
-Sin lugar a dudas, Dolores de Cospedal.
-¿Obama o Trump?
-(Aquí se lo piensa más). Voy con Trump.
-¿Lionel Messi o Cristiano Ronaldo?
-Son diferentes. Imposible decir mejor uno que otro. Cada uno en su faceta es el mejor. Como gigoló, mejor Ronaldo. Como artista del balón, mejor Messi.
-¿Qué personaje histórico o contemporáneo le hubiese gustado conocer para poder conversar?
-El mariscal Tito, de la antigua Yugoslavia.
-¿A quién le cantaría las cuarenta?
-A los jueces cobardes.
-¿Utiliza el whatsapp?
-No. No envío mensajes. Lo que mandas en un mensaje es un documento. Jamás en mi vida dejé mensajes en un teléfono o un contestador.
-¿Qué aficiones tiene?
-Me encanta andar. Todos los días procuro caminar al menos una hora. Si pudiera correr, lo haría. Me gusta el negocio inmobiliario. Me gusta jugar a las cartas. Y me encanta caminar por el monte, en contacto con la naturaleza.
-¿Cuál es su comida favorita?
-Riñones al Jerez.
-¿Si tuviera que recomendar un vino?
-Hay tantos... Para mí, el mejor, el Vega Sicilia.
-¿Qué coche tiene?
-He vuelto al Volvo antiguo, que tiene 21 años. Y también conservo el Toyota.
-Ese coche tiene historia.
-Pues solo tiene 180.000 kilómetros. Y es un coche para llegar a un millón.