
El entrenador italiano será investigado por la federación alemana por un gesto obsceno el pasado fin de semana
20 feb 2017 . Actualizado a las 17:58 h.Carlo Ancelotti deja un halo de caballerosidad allá por donde su laureada trayectoria le ha llevado. En Madrid, se le calificó enseguida de pacificador, en contraste con la beligerancia de su predecesor Jose Mourinho. La diplomacia y calma del italiano en sala de prensa, y su relación natural con los futbolistas le crearon fama al ex del Milan de triunfador gentleman. Pero incluso Ancelotti tiene momentos de debilidad, y el fin de semana tuvo uno.
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) podría imponer al entrenador del Bayern Múnich una multa después de que hiciese un gesto obsceno a los aficionados del Hertha durante el partido de Liga disputado el sábado en el estadio Olímpico de Berlín. La comisión de control de la DFB comunicó este lunes que ha solicitado a Ancelotti que ofrezca su versión de los hechos ocurridos tras el partido que terminó con un polémico empate 1-1 gracias a un gol anotado por el delantero del equipo muniqués Robert Lewandowski cuando el tiempo adicional ya había concluido.
El organismo también está investigando al Hertha porque los hinchas del club berlinés escupieron de camino a los vestuarios tanto a Ancelotti como al árbitro Patrick Ittrich que dirigió el encuentro. El Bayern Múnich confirmó que, «por supuesto», el entrenador italiano cumplirá con la petición de la Federación. El pasado sábado, al término del partido, Ancelotti reconoció en declaraciones a la televisión pública alemana haber mostrado el dedo medio a la afición berlinesa porque antes, precisó, había sido agredido con escupitajos.
Ancelotti recibió el apoyo de colegas como Dieter Hecking, el entrenador del Borussia Moenchengladbach, quien consideró «irrespetuso» el que alguien tenga que recibir escupitajos en un partido de fútbol. En Alemania consideran poco probable que el caso derive en un tribunal deportivo y se da ya casi por descontado que la polémica se concluya con la imposición de una sanción económica. En diciembre del 2014, el entonces entrenador del club de segunda división Unión Berlín, Norbert Düwel, fue condenado al pago de 3.500 euros después de hacer a la afición rival un gesto obsceno similar al realizado por Ancelotti. El partido entre el Bayern y el Hertha tuvo un final bronco porque la afición del conjunto local entendió que el gol con el que los muniqueses lograron el empate no era válido.
El árbitro había marcado cinco minutos de descuento, pero luego sumó uno más por las demoras de los jugadores locales. El tanto de Lewandowski llegó cuando ya se jugaban seis minutos y medio de tiempo adicional, lo que provocó las protestas de los futbolistas del Hertha y, posteriormente, de la hinchada.