
El oro en la Copa de Europa júnior por equipos es el espaldarazo para Antía Chamosa
29 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Antía Chamosa Dacasa (Cuntis, 1999) apura el paso. La marchadora ya no es un promesa, sino una realidad después de conseguir en su primer año en categoría júnior la Copa de Europa por equipos formando parte de la selección española. La gallega, uno de los diamantes de la factoría Pardal, entró en la novena posición a nivel individual. «No me lo podía creer. Nosotras sabíamos que estábamos allí porque teníamos un buen equipo y cuando mirábamos las listas estábamos entre las turcas, alemanas y así. Después durante la prueba yo ni me había enterado que de habíamos quedado primeras», comenta la campeona, que firmó su mayor logro internacional en un certamen en «donde hicimos un gran trabajo, porque si fallaba una ya no podíamos hacer nada».
Antía comenzó en la marcha muy joven, con siete años, siendo benjamín, y después de tomar contacto con el atletismo a través de las citas populares. «Mi padre me metió con Pardal (su entrenador de toda la vida), comencé en la marcha y ya me quedé. Al principio era muy mala, no conseguía ni marchar ni nada, pero es que comencé de muy pequeña y en aquel entonces me costaba hacerlo. Después cuando comencé a ir a los campeonatos de España me iba muy bien, quedaba primera», recuerda la marchadora de sus inicios (hizo doble en cadetes, tanto de primer como de segundo año), pero recordando, de paso, que también hubo un tiempo en donde las cosas no funcionaban tan bien «porque hubo una época en la que las marcas no me salían». Incluso el año pasado fue víctima de una lesión, pero en esta temporada todo va sobre ruedas: con marca personal (47m 59s en los 10 km) y título continental incluido. A pesar, de cursar segundo de Bachiller y de hacer malabarismos para poder cumplir con sus dos horas diarias de entrenamiento (cuatro días a la semana con rodajes y un quinto de gimnasio para trabajar la fuerza) y además poder estudiar. «Ha sido muy duro, pero he conseguido sacar todo», dice esta estudiante del Instituto Sánchez Cantón de Pontevedra que tiene en mente cursar Fisioterapia.
El oro de la Copa de Europa debe suponer un paso adelante en su carrera -«nunca había vivido un oro por equipos»- pero Antía sabe que la marcha es una disciplina de largo recorrido en donde hay que ir quemando etapas y superando trabas, en este caso en forma de cambio de distancia, porque mientras sea júnior marchará en los 10 kilómetros pero cuando llegue el momento de saltar a sénior tendrá que doblar la distancia y eso siempre suena a incógnita. «Todavía soy pequeña -dice-. Soy júnior de primer año, me queda el segundo y luego tendré que probar en los 20 kilómetros, porque cuando subes de categoría también subes de distancia y puedes ir muy bien en los 10 kilómetros y luego llegas a los 20 y ya no vas igual».
Ese es el gran obstáculo que Chamosa debe superar llegado el momento para enfilar la senda olímpica. «Para cualquier deportista la meta son los Juegos, pero para eso todavía queda mucho», comenta con pragmatismo y teniendo claro que en su deporte no hay atajos ni fórmulas mágicas. «Este es un deporte duro, porque tienes que entrenar muchísimo, no porque marchar sea complicado. Yo lo veo más duro que otros deportes como el fútbol, aunque no se le dé tanta importancia». Ella puede empujarlo con sus éxitos.