La nadadora fue plata en los 200 libres superada por la italiana Pellegrini
26 jul 2017 . Actualizado a las 22:17 h.La estadounidense Katie Ledecky perdió hoy la final de los 200 metros libres en los Mundiales de Budapest y experimentó una nueva sensación en su fulgurante carrera deportiva: la de la derrota. «Le pasa a todo atleta en algún momento», concedió Ledecky después de perder ante la italiana Federica Pellegrini. Tiene razón: nadie lo puede ganar todo por siempre. Serena Williams o Roger Federer pierden partidos, LeBron James, disparos y campeonatos, e incluso Michael Phelps, el más grande nadador de la historia, sufrió algunos reveses.
Pero hasta hoy, cuando Pellegrini la superó, Ledecky no había vivido nada de eso. Excepcional, la nadadora de 20 años acumulaba 13 títulos entre Mundiales y Juegos Olímpicos. Así entró a la piscina. Sin embargo, tocó la pared 0,45 segundos después de la italiana. El récord pasó entonces a 13-1. «Al final pude sentir que no tenía la potencia extra que normalmente tengo», dijo Ledecky. «Sé que esta carrera me motivará para seguir adelante y en el resto de esta semana también».
Ledecky había ganado los 400 y los 1.500 libres, ambos por amplio margen. Pero los 200, la distancia más corta en la que compite, requiere de más explosión, algo que quizás le faltó visto el agotador programa en el que eligió competir en estos Mundiales. Los 800 libres, donde su nado parejo y fluido es una gran ventaja, la tendrán como favorita para retener el título, mientras que el relevo 4x200 también deberá significar un oro para ella.
Ahora bien, mientras algunos rivales ven en el el resultado de hoy una grieta en la armadura de Ledecky, Pellegrini está muy lejos de solo haber ganado por suerte. El récord mundial de la italiana, en los Mundiales de 2009, es tal vez menos relevante porque fue establecido con un traje de poliuretano (ahora prohibido). Pero Pellegrini ganó el título en 2011, el oro en Pekín 2008 y tiene podios en los 200 libres desde los Mundiales de Montreal en 2005, lo que la hace la primera nadadora con siete medallas mundiales en la misma modalidad. «Ahora puedo decir que estoy en paz», dijo a medios locales. «Quería una medalla importante después de lo que pasó el año pasado (terminó cuarta en los Juegos de Río), pero no pensé que iba a ser de oro», añadió la italiana de 28 años.