Junto a Ane de la Fuente, María de Valdés (también del CN Liceo) está llamada a liderar esta modalidad y se fija como objetivo los Juegos de Tokio
01 abr 2018 . Actualizado a las 10:39 h.El CN Liceo se consolida como un club de referencia en la competición en aguas abiertas. La apuesta del club coruñés por técnicos y deportistas de alto nivel está dando sus frutos. Desde la dirección deportiva, Jesús de la Fuente ha obtenido el máximo rendimiento de su hija, Ane, una de las promesas nacionales de esta disciplina deportiva. Y, desde septiembre, cuenta en sus filas con la internacional María de Valdés (Málaga, 1998) con experiencia mundialista, y con su entrenador Carlos Guzmán.
Bajo las directrices de Jesús De la Fuente, la andaluza ha dado un salto en su carrera en su primer año en edad absoluta, que ya venía impulsada por unos excelentes resultados en categorías inferiores. Incluso padeciendo una mononucleosis (que todo el equipo desconocía y que le ha dejado fuera de la Copa del Mundo de Doha) fue cuarta en el nacional de aguas abiertas en Mataró hace un mes (donde el Liceo se llevó el absoluto de clubes con oros de Ane de la Fuente en júnior y Paula Otero en infantil).
Según Jesús de la Fuente, María de Valdés posee potencial para luchar por estar entre las cinco mejores en el Europeo de julio. Antes, De la Fuente (padre e hija) y ella, se concentrarán en Calella junto a la selección italiana, para afrontar el Campeonato de España Open absoluto de invierno del 7 al 11 de abril en Málaga. «A partir de ahí, lo que venga. Queremos que sea campeona por delante de Mireia Belmonte [ya fue bronce el año pasado, temporada en la que, además, estuvo seis meses sin competir tras ser operada de los dos hombros]. Junto a Paula Ruiz, campeona mundial júnior en aguas abiertas, es una de las aspirantes a estar en los Juegos de Tokio 2020», avanza. Si María logra acabar entre las diez primeras en el preolímpico de Corea del 2019, tendrá plaza directa. Los 10 kilómetros en aguas abiertas y, en función de las circunstancias, los 1.500 en piscina son sus metas olímpicas.
Expectativas
La nadadora acepta el reto. «Cuando empecé, me planteé un objetivo a largo plazo, como todo deportista, pero superé incluso esa línea: concentración con la selección española y ser tercera de España», dice María. Asume el incremento de dificultad para ella al ser su primer año en categoría absoluta, pero se muestra en concordancia con lo establecido por los entrenadores.
Ha trabajado el físico en los últimos meses y se ha ido adaptando a las directrices de alimentación y entrenamiento de Jesús de la Fuente, que la define como «una nadadora muy completa». «No descartamos la piscina por completo porque es muy técnica. Es buena en estilos, notable crolista, mariposista y bracista. Tiene unas líneas finas, es estilizada, lo que contribuye a que se deslice bien en el agua. Es muy hidrodinámica. Hemos apostado muy fuerte por ella», explica.
La andaluza y Ane de la Fuente se han complementado en los entrenamientos para conseguir uno de los objetivos del club con la llegada de María: que ambas aumenten mutuamente su nivel de exigencia y rendimiento.
María de Valdés vivió la natación desde los dos años junto a su hermana Elena y con el cercano espejo de su tío Rafael, que compite en europeos y mundiales máster. «Ya he asumido el sacrificio [estudia al mismo tiempo Magisterio, Educación Infantil], lo llevo dentro. Sé que no puedo estar tanto con mis amigos y mi familia como desearía, pero ellos me apoyan. De la natación me gusta todo, y de Galicia, el ambiente de A Coruña. La gente es muy amable, pero el clima... prefiero el de Málaga», analiza.