Desde David Beckham a Pirlo, Kaka, Giovinco, David Villa o Gerrard; Zlatan Ibrahimovic llega a Los Ángeles Galaxy buscando dar un nuevo impulso y dimensión al fútbol estadounidense.
02 abr 2018 . Actualizado a las 18:45 h.No podía existir mejor guion para un aterrizaje en la meca del cine. En el primer derbi de la historia en Los Ángeles, los Galaxy recibían a los flamantes Los Ángeles FC, el nuevo equipo de Carlos Vela que apenas cuenta con unos meses de existencia. Los Galaxy perdían 1-3 a falta de veinte minutos para el final, hasta que entró al campo Zlatan Ibrahimovic para revolucionar el partido; primero con una descomunal volea desde 35 metros y, ya en el descuento, con un cabezazo a la escuadra para remontar el partido y poner el 4-3 final. Fue su carta de presentación en la MLS: «Oía al público gritando ´queremos a Zlatan´, así que salí y les di Zlatan», clamaba el sueco con una sonrisa tras el partido.
El indomable talento de Ibrahimovic es solo el último intento de la Major League Soccer por dar un empujón mediático a una liga cada vez más competitiva y con un nivel al alza. El fichaje de David Beckham en el año 2007 por Los Ángeles Galaxy fue el primer gran filón para la liga en este siglo XXI. En esa evolución primaba la importacion de veteranas estrellas mediáticas procedentes del fútbol europeo que venían a dar los últimas coletazos de su carrera a Estados Unidos; nombres como los de Steven Gerrard, Pirlo, Kaka o Lampard llegaron bajo una enorme expectación por su palmarés y trayectoria. Su paso por la liga, sin embargo, acabó siendo intrascendente.
En los últimos años, cada vez con más frecuencia, las franquicias han variado sus políticas de contrataciones. La MLS se ha especializado en comprar el mejor talento joven centroamericano y sudamericano, aderezado con algunas mediáticas incorporaciones procedentes de Europa, pero más alejados del perfil de jugador veterano al que explotar los últimos años de fútbol. Así, en 2015, la llegada del italiano Sebastian Giovinco a Toronto, con 27 años, procedente de la Juventus fue un punto de inflexión. La «hormiga atómica» tuvo un impacto espectacular en la liga y se convirtió en el mejor jugador del campeonato en su primer año tras unas cifras descomunales de 33 goles y 22 asistencias. Acabaría conquistando el título con los canadienses en 2017 tras unas cifras descomunales de 33 goles y 22 asistencias.
En la costa este un caso similar es el de David Villa, el delantero asturiano fue el eje sobre el que se gestó la franquicia del New York City en 2015. Fue el primer jugador en firmar por el equipo en 2014 y, ya en su cuarta temporada, el de Tuilla es una de las grandes estrellas de la competición, con más 100 partidos disputados, 66 goles y el reconocimiento unánime de toda la MLS como uno de los mejores jugadores de la historia de la competición.
Mención aparte merece el proyecto gestado en el estado de Georgia por el Atlanta United. Con el Tata Martino en la dirección técnica, la franquicia tiene menos de dos años de historia pero se ha convertido en el paradigma de los nuevos aires que reinan en la competición. Equipo joven, repleto de jugadores sudamericanos, el Atlanta United se ha especializado en incorporar a algunos de los mejores jugadores que estaban destacando en la Superliga argentina con un resultado excelente. El equipo se clasificó para los playoffs en su primera temporada y, más importante, ha generado una importante masa social en su ciudad que ha roto todos los récords de asistencia, con una media 48.200 espectadores por partido ensu imponente y futurista recinto del Mercedes Benz-Stadium. Para esta temporada el club ha dado un paso más en el proyecto y ha protagonizado el fichaje más caro en la historia de la competición, tras pagar 15 millones de dólares a Independiente de Avellaneda para el fichaje del mediapunta Ezequiel Barco. El delantero se unirá a la amplia nómina de argentinos junto a Miguel Almirón, Héctor Villalba y González Pírez.
El otro gran aspecto que ha permitido el impulso de la MLS ha sido el de la repatriación de varios de los jugadores estadounidenses más carismáticos; Clint Dempsey y Michael Bradley. Dempsey regresó a la liga en 2013 después de que Seattle Sounders abonase 9 millones de dólares al Tottenham. La misma situación vivió Michael Bradley en 2014, por quien Toronto pagó 10 millones de dólares a la Roma en un fichaje que sería crucial para la franquicia canadiense.
Inmersos todavía en el inicio de la temporada tras disputarse apenas cuatro jornadas, la MLS vive uno de sus mejores momentos como competición. Estadios abarrotados, un nivel competitivo cada vez mayor y con jugadores de renombre mundial que dan brillo mediático al campeonato. En este contexto ha llegado Zlatan Ibrahimovic, la última gran apuesta de la liga por mostrar al mundo el impacto e imparable crecimiento de la competición. El eslogan de su fichaje es solo una declaración de intenciones: «Los Ángeles, bienvenidos a Zlatan».