
Raña y Gómez Noya entablaron amistad, uno abrió el camino y otro rompió los récords, hasta hacer que Galicia tenga hoy dos referentes en el mítico ironman de Kona, con el ferrolano entre los favoritos
13 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hace algo más de 20 años coincidieron por primera vez en un triatlón en Castropol que no ganó ninguno de ellos. Luego dibujaron dos caminos coincidentes, pero distintos, y marcados por el éxito, cada uno a su manera. Con un hilo conductor, uno asombró al abrir camino en un deporte joven como el triatlón y el otro fue detrás destrozando récords imposibles. Se admiraron y entablaron amistad muy pronto. Iván Raña (Ordes, 1979) supo al instante que Javier Gómez Noya (Basilea, 1983) llegaba por detrás para cambiar la forma de entender su deporte, sin ninguna fisura en sus tres suertes. Hoy el pionero, en su sexta presencia en el ironman de Hawái (3,8 kilómetros a nado, 180 en bici y 42 a pie) vuelve a coincidir con el debutante, convertido y ya favorito (18.35, Facebook Live de Ironman Now). Así que Galicia tiene dos candidatos en una de las pruebas más emblemáticas y salvajes del deporte mundial, con solo 55 valientes admitidos en la salida. Un pequeño milagro jalonado por un puñado de momentos juntos.

Dos años después de aquel triatlón iniciático en Castropol, el diploma olímpico de Raña en Sídney lo elevó como referente español. Pronto vio un futuro heredero en Gómez Noya y empezaron a entrenar juntos y compartir sueños de adolescentes antes de dormirse. Quince años antes de que hoy coincidan en la bahía de Kailúa, se fueron juntos a otra esquina del globo, en Queenstown (Nueva Zelanda). Uno defendía el título de campeón mundial que había logrado en Cancún, y otro por fin podía pelear por el sub-23 después de un doloroso y largo proceso para que le permitiesen competir con una anomalía cardíaca. Plata para el mayor, oro para el emergente y una semana de descubrimientos junto a los mejores que curtió a Gómez Noya.
Después de que una cacicada dejase fuera de los Juegos de Atenas a Gómez Noya, y de que tuviese que pelear otra vez para poder competir, desde el 2006 los dos coincidieron en casi todas las grandes citas, podio tas podio. Los Juegos de Pekín son el primer recuerdo que asalta a Raña cuando piensa en su reencuentro: «Otra vez dos gallegos juntos en la carrera más dura y mítica del triatlón. No sé si volverá a suceder esto algún día. Y algunos que no saben lo que es un ironman aún me preguntan, ‘‘¿tú sigues compitiendo?’’ ‘‘¡Que si sigo compitiendo!’’ ¿Cómo le explico yo a este lo que es Hawái?».
Luego llegó la aventura del ordense como ciclista en el Xacobeo y su salto al ironman en el 2012. Sus caminos empezaron a cruzarse de forma más esporádica, en la época de mayor tiranía de Gómez Noya. Con cinco mundiales de distancia olímpica detrás, el ferroano vuelve a pisar ahora las huellas de Raña. Deslumbró en Cairns (Australia) con un estreno en el ironman por debajo de las ocho horas y su debut en Kona supone uno de los grandes atractivos de la prueba. Es su referencia para aspirar a todo en Hawái. Con ambición y prudencia. «Llego con aspiraciones de quedar en puestos delanteros y evidentemente sueño con ganar, pero no me considero máximo favorito. Ausente Frodeno, los que yo pongo en ese primer escalón son Patrick Lange, Sebastian Kienle y Lionel Sanders».
Calor y humedad extremos, un circuito con rectas interminables en las que uno llega a perder las referencias y los rivales mejor preparados para un esfuerzo agónico de ocho horas alimentan la dureza del ironman de Hawái. Allí Raña ya fue sexto en el 2013. Allí todos miran estos días a Gómez Noya. El ferrolano tiene en los 180 kilómetros de ciclismo el principal reto. «En bici hay que llevar un buen ritmo, pero siempre pensando que luego queda el maratón.

Se supone que Kienle, Sanders y alguno más tratarán de sacar ventaja en bici, pero sería un error tener que cambiar mucho el ritmo para llegar con ellos a la segunda transición», razona. Otro punto clave, que la alimentación y la hidratación en condiciones extremas no le mermen, como le pasó en Pekín 2008 y en el último Mundial 70.3 de media distancia en Mandela Bay (Sudáfrica). La gloria le espera.
Cuatro nombres a tener en cuenta
Raña y Gómez Noya lamentaron hace unas semanas la lesión de un compañero. Una fractura de estrés apartó del ironman de Hawái a Jan Frodeno, campeón en Kona en los años 2015 y 2016 y oro olímpico en Pekín 2008. Una desgracia y al mismo tiempo un rival menos después. Ausente el alemán, cuatro rivales de los gallegos están entre los principales favoritos.
PATRICK LANGE
Defensor del título y del récord de la prueba
Lange rozó el año pasado el mítico umbral de las ocho horas, todavía virgen en Hawái. Ganó con un tiempo de 8:01.40, récord de la prueba. Más que solvente nadador, suele dejar el agua cerca de la cabeza. No cede un tiempo excesivo sobre la bici y tiene un final demoledor en el maratón. De hecho, también ostenta la mjeor marca en Kona en los 42 kilómetros finales, 2:39.45 (2017).
SEBASTIAN KIENLE
Uno de los mejores ciclistas
Uno de los mejores rodadores, aprovecha su fortaleza como ciclista para enjugar la desventaja que suele ceder en el agua y abrir brecha respecto a otros rivales superiores a pie. Kienle ya ganó en Hawái en el 2014 y tiene otros dos podios.
LIONEL SANDERS
Discreto en el agua, tiene sus fortalezas sobre la bicicleta y el final a pie
Subcampeón el año pasado, Sanders afronta su cuarto ironman de Hawái. Tiene un cierto talón de Aquiles en su rendimiento en el agua. Remonta con su poderío en los 180 kilómetros sobre la bicicleta y tiene uno de los mejores finales a pie.
BRADEN CURRIE
Su exhibición en Cairns, su principal aval
Currie solo finalizó en el puesto 31 en su debut en Hawái hace un año. Pero en junio ganó a Gómez Noya al batir el récord del ironman de Cairns, con un tiempo de 07:54:58, casi ocho minutos menos que el anterior registro.
