El Madrid sufre un ataque romo sin un 9 indiscutible y una crisis que constata el fallido plan para paliar el adiós de Cristiano, lanzado con 14 tantos en Italia
09 ene 2019 . Actualizado a las 09:27 h.Todo el Real Madrid ha marcado en lo que se lleva de Liga dos tantos menos que Messi y Luis Suárez, a una media de 1,4 por partido, con una alarmante falta de gol que ya le costó el despido a Julen Lopetegui y que desembocará también, a corto plazo, en la destitución de Santiago Solari, al mando de un equipo que está pagando su pésima planificación deportiva y sus errores de concentración, sin plan de juego ni pegada. Florentino Pérez no ha conseguido solucionar la marcha de Cristiano Ronaldo en un ataque romo en el que ahora irrumpe Vinicius, aunque también negado ante la portería. Contra la Real, al igual que ocurrió frente al Levante, el gran problema del Madrid no fue la actitud, sino, tras un grave despiste inicial, la incapacidad ofensiva, con 28 disparos inútiles, después de que contra el conjunto valenciano llegase a lanzar hasta 33 veces para lograr un solo gol.
Mientras Cristiano acumula con la Juve 14 goles en 19 partidos de Serie A, los máximos artilleros del Madrid en la presente Liga son Benzema (siete) y Bale y Sergio Ramos (cuatro cada uno). Como reconoció el domingo Modric, las principales causas del declive del Madrid son la ausencia de gol, las desconexiones mentales, sobre todo al principio de los partidos, y también la unidad sobre el campo, además de que numerosos futbolistas no pasan un buen momento, incluyéndose el Balón de Oro entre ellos.
Kane, Neymar y Mbappé, bien
Para intentar hacer olvidar la huida de Cristiano, el club no fichó a una estrella goleadora, caso de Harry Kane, que suma 14 dianas en la Premier, mientras los objetivos de Florentino Pérez, Neymar y Mbappé, acumulan 11 y 13, respectivamente, en una docena de encuentros con el PSG. Tras quedarse sin el delantero portugués, el Madrid prefirió ahorrar con el fichaje de Mariano, en la actualidad lesionado, y el equipo se desangra sin gol. Entre sus múltiples carencias, necesita con urgencia un killer mientras añora cada vez más a Cristiano.
A estas alturas de la pasada Liga, el Madrid también se había despedido ya del título (a 16 puntos del Barça) y había logrado solo 32 goles en 18 jornadas, pero en las anteriores, con Cristiano a pleno rendimiento, los blancos disfrutaban de cerca de medio centenar de tantos. En sus dos últimas conquistas ligueras la cifra llegó a ser de 63 goles en la 2011-2012, un lustro antes de firmar 48 a un partido del término de la primera vuelta del campeonato 2016-2017.
La reactivación inicial de Benzema y Bale sin Cristiano duró nada y ahora el Madrid se hunde, acusando ausencia de contundencia en las áreas (26 goles a favor y 23 en contra) y desplegando un fútbol mediocre, a peor con Solari. El desapego de la afición con el equipo ha llegado a tal punto que el domingo tan solo se dieron cita en el Bernabéu 53.412 seguidores, y parte de ellos abandonaron antes de que la Real sentenciase el encuentro y agudizase una crisis que amenaza a todas las estructuras del club, obligado a gastar de cara a la próxima temporada muchos millones.
El Bernabéu no quiere a Solari
La indignación, pese a las polémicas del VAR, ha dado paso a la indiferencia. Igual que no existe unión en el campo, como lamenta Modric, también es evidente el divorcio del Bernabéu con los suyos, comenzado con Solari, a quien no se considera capacitado para revertir la situación y sacar al equipo de la crisis. Como ejemplo de la ausencia de autoridad para con el vestuario, el lesionado Bale llegó a marcharse del estadio en el minuto 78, cuando el Madrid ya perdía por 0-1, y ningún jugador atendió a pie de césped a las televisiones con derechos, como era obligado.
El desorden en el campo se ha trasladado fuera y el proyecto, que solo se sostiene por lo que pueda ocurrir en la Copa de Europa, precisa ya de una renovación que comenzará por el banquillo. Mauricio Pochettino, con contrato con el Tottenham que ya rechazó al club blanco el pasado verano, sigue siendo el preferido de Florentino Pérez. El presidente está también obsesionado con Neymar, pero también precisa fichar, además de un 9 matador, al menos un refuerzo importante para la defensa y para el centro del campo, con una figura como Hazard como objeto de deseo de una afición cada vez más pesimista y desencantada.