La Super Bowl y el tío Tom... Brady

DEPORTES

Mark Rebilas

Nadie tiene más títulos que él, aunque Joe Montana le atice cada vez que surge el debate de quién es el mejor

03 feb 2019 . Actualizado a las 23:00 h.

¿Quién es más patriota que Tom Brady? A punto de su novena Super Bowl disputada, pocos pueden presumir de superarle en este sentido. El quarterback que ha hecho de los New England una de las franquicias más emblemáticas del deporte más emblemático de Estados Unidos (no en vano lleva el apellido americano a una disciplina tan europea como el fútbol) ha hecho un pacto con el diablo para que le abra las puertas del cielo.

En esta ocasión, la sala de espera tiene la forma del Mercedes-Benz Stadium de Atlanta (Georgia). Allí, aquel californiano de San Matero nacido en 1977 se presentará, como siempre, dispuesto a jugar su última Super Bowl.

Al menos, eso es lo que suelen pensar sus detractores. Sus defensores, por el contrario, ya le reservan un sitio privilegiado en el imaginario popular, justo en el lugar que ocupa el tío Sam. Ahora, el tío Tom es el más patriota, no cabe duda. Defendiendo ese escudo que rememora al capitán América con una estela de barras y estrellas partiendo de su cabeza, Tom Brady se presentará habiendo recolectado cinco anillos en sus ocho intentos anteriores. Solo Charles Haley le empata. Nadie le supera. Ni el mítico Joe Montana. Pero, claro, a cada Super Bowl, el debate resurge. ¿Es más mítico ya Brady que Montana? Por supuesto, la leyenda de los años ochenta, la figura más conocida del fútbol americano, discrepa. «Tom Brady no es el mejor de todos los tiempos, no me ha superado y, en el caso de que así fuese, no pienso reconocerlo en público». El quarterback de Nueva Inglaterra responde con caballerosidad: «Montana siempre fue mi ídolo y mi inspiración».

En realidad, Thomas Edward Patrick Brady (hijo) es un ejemplo de superación, desde el momento en que fue incluido en el draft del año 2.000. Casi doscientos jugadores fueron escogidos antes que él, sobre todo, porque los informes técnicos no podían ser más negativos. «De pobre complexión atlética, carece de gran presencia física y fuerza, no tiene movilidad para quitarse la presión, no posee un brazo fuerte, no es capaz de lanzar grandes distancias, poco preciso en espacios reducidos, presionado con facilidad, seguramente quedará expuesto», rezaba alguno de ellos.

Pues ese jugador tan endeble es ahora, ya superados los cuarenta años de edad, el que más pases de touchdown y pases completos ha realizado camino del título.

Las cifras de negocio de Tom Brady, amigo de Donald Trump, también son abrumadoras, dejando a un lado lo que puede facturar junto a su esposa, la ex top model brasileña Gisele Bundchen (ambos reúnen una fortuna de 500 millones, de los que 350 son de ella) y por publicidad (siete millones al año). Cobra poco más de 25 millones de euros por temporada, lo que le sitúa como el quinto jugador mejor pagado de la NFL. Y no es el primero porque no quiere. Literalmente. Brady ha renunciado a un salario mayor para que su franquicia tenga margen suficiente hasta el tope salarial para reforzarse con jugadores de alto nivel.

La Super Bowl de Atlanta es un capítulo más en la historia del deporte más seguido en los Estados Unidos, con Tom Brady, de nuevo, como centro de todas las miradas. A pesar de que el imberbe Jared Goff se postule como sucesor. Podrá llegar a ser mejor, pero ¿quién es más patriota que el tío Tom?