El cangués Pablo Graña, campeón del mundo de piragüismo

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El integrante del Naútico de Rodeira abrió en el C2 200 el medallero español junto a Alberto Pedrero, con Portela y Rodríguez metiéndose en las finales que reparten los primeros pasaportes a Tokio

23 ago 2019 . Actualizado a las 22:03 h.

Pablo Graña (Cangas, 1999) abrió a primera hora de la tarde de este viernes el medallero español en el Campeonato del Mundo de Esprint. Junto al madrileño Alberto Pedrero (1995) se imponía en la prueba de C2 200 (no olímpica) con un tiempo de 36 segundos y 6 centésimas; 12 centésimas menos que las empleadas por los polacos Michal Marek Lubniewski y Arsen Sliwinski (36,18), plata, y 36 que los uzbecos Artur Guliev y Elyorjon Mamadaliev (36,42), bronce.

El título del canoísta del Náutico Rodeira se suma a al subcampeonato del mundo Sub-23 en el C1 200 que firmaba el pasado 3 de agosto en Pitesti, Rumanía, señalando al cangués, de tan solo 20 años, entre los nombres a seguir en el panorama internacional en los próximos tiempos.

Poco después de empezar a saborear el mayor éxito de su todavía joven carrera deportiva, Graña declaraba sobre su oro mundial: «Sabe a gloria, después de todo un año esforzándome tanto. Este es uno de los mejores años de mi vida deportiva, y voy a intentar confiar en mis entrenadores, mis amigos y mi familia, que siempre me apoyan».

El triunfo de Graña y Pedrero tuvo continuidad en el medallero español en la siguiente final del viernes, con los baleares Sete Benavides y Antoni Segura colgándose el bronce en el C2 500. Lejos del podio, por el contrario, quedaron otros dos barcos con participación gallega en las finales de embarcaciones no olímpicas de la jornada de este viernes en Szeged, con el K4 1.000 del meisino Iago Monteagudo séptimo, y el K2 1.000 de la pontecesureña Camila Morison quinto, en este último caso, en final directa con tan solo siete parejas inscritas en Szeged.

Sin menoscabo al valor del oro conquistado por Graña, los focos volvían a iluminar el camino de paso obligado hacia las primeras plazas en lid para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Y ayer hubo noticias de signo opuesto entre los gallegos y españoles en la pelea.

La mejor de todas, la que ofreció la canguesa Teresa Portela, que este sábado (11.33 horas) figura en la línea de salida de la final mundialista del K1 200. Ayer, en la primera de las tres semifinales, se impuso con suficiencia, dominando la regata de principio a fin, y sacándole medio barco a su inmediata perseguidora. Su 39,23 (la ucraniana Kichasova?Skoryk acabó en 39,81 y la serbia Starovic, tercera, en 39,83) fue el tercer mejor tiempo de las nueve kayakistas clasificadas para la regata que este sábado reparte los cinco primeros pasaportes para Tokio.

El mismo número de plazas que se dilucidarán a partir de las 12.14 horas en la final del K1 1.000, con el tomiñés del Kayak Tudense Roi Rodríguez ganándose un hueco entre los nueve aspirantes a las mismas. Tras salir con mucha fuerza y completar el primer 250 al frente de su semifinal del viernes, Rodríguez cerró el siguiente medio kilómetro tercero, el último puesto con derecho a pasar a la final, para acabar en 3.27.34 a 84 centésimas del vencedor de la regata, un bielorruso Aleh Yurenia que fue de menos a más, y 13 por delante del belga Artuur Peters, el hombre que se quedó a las puertas de la regata por las medallas.

Los que no lograron entrar en su final de este sábado, la del C2 1.000, fueron los poienses Sergio Vallejo y Adrián Sieiro. Terceros a mitad de carrera, iniciaron los últimos 250 metros cuartos, ya a 97 centésimas de la pareja polaca Kudla-Kaminski, a la postre segundos. Los gallegos remataron quintos en 3.31.50, a 5 segundos del tercer puesto, tras dejarse ir a 50 metros de meta viendo su objetivo ya inalcanzable.

Además el castellano-leonés Carlos Garrote obtuvo un puesto en la final del olímpico K1 200, y la pontevedresa Carolina García se estrenó en el Mundial con un quinto puesto en su serie del K1 500. Este sábado, García buscará el pase a las finales del domingo, como su compañera de club Antía Jácome en el C2 500, y los también gallegos Rodrigo Germade y Carlos Arévalo y Natalia García, y en los dos K4 500.