Adrián Ben, el mejor español en una gran final de 800 metros

x.r.c. REDACCIÓN

DEPORTES

Xaime Ramallal

El viveirense fue sexto con un tiempo de 1m 45s 58c

01 oct 2019 . Actualizado a las 22:55 h.

Adrián Ben despertó de su sueño como lo empezó, demostrando el gen competitivo que acompaña a su tremendo talento como atleta y a sus arrobas de valentía. De paso firmando una nueva gesta. El viveirense, el más joven de la delegación española y de la final de los 800 metros, apuró el paso en la recta final para remontar desde el octavo al sexto puesto, mejorando la posición de Tomás de Teresa, el único finalista español de la distancia hasta ayer. Ningún español ni en mundiales ni en juegos olímpicos había alcanzado esa sexta posición en los 800 a lo largo de la historia. «Ha nacido una estrella del mediofondo», comentó la federación española en sus redes sociales.

Adrián firmó en la línea de meta un tiempo de 1m 45s 58c, su segunda mejor marca en una final muy rápida, disputada a ritmo de mitin y en donde Donavan Brazier, un estadounidense entrenado por Alberto Salazar, suspendido en el día de ayer por infracción de las reglas antidopaje, se hizo con el oro con récord de los campeonatos (1m 42s 34c).

El viveirense, que acusó el cansancio, repitió la táctica de la semifinal. Aguantó a cola de pelotón, aunque en esta ocasión con más distancia de por medio, pasó la primera vuelta en poco más de 51 segundos y en la definitiva esperó hasta la última curva para apretar los dientes y superar a Marco Arop y Clayton Murphy, que se habían pasado toda la carrera por delante del gallego.

«No me había rendido nunca y no me iba a rendir ahora. No llegué hasta la final para volverme a casa con la última plaza. Mi idea era salir como en semifinales (atrás) pero la fatiga muscular acumulada me golpeó un poco más. Mi plan era hacer mi carrera y que saliera lo que saliese», comentó en TVE. Y salió un espléndido final para poner colofón a su primer mundial, una experiencia que no olvidará en su vida. «Si nadie sabe dónde está Viveiro, ahora hay al menos dos que lo saben», añadió. Reconoció que estaba cansado: «Le comenté a mi familia que me hacía falta una grúa para levantarme después de disputar tres finales en cuatro días pero me llevo la segunda mejor marca de mi vida en una final muy rápida».

A la pregunta del periodista de TVE sobre si sus compañeros de carrera sabían dónde estaba su pueblo natal, Viveiro, contestó con humor que, «al menos ahora hay dos que lo saben»

Y ahora la pregunta que todo el mundo se hace es si seguirá en el 800, distancia en la que tiene mínima olímpica, o seguirá en su 1.500 habitual. Él no tiene la respuesta: «Lo que diga Arturo Martín (el entrenador) va a misa». Con independencia de la distancia ya está deseando volver.