Los dos alpinistas gallegos preparan el asalto invernal al Ama Dablam tras una odisea de 13.000 kilómetros a lo largo de 12 países
06 nov 2019 . Actualizado a las 21:41 h.«Cuando estuve en el Everest, en 1992, me quedé enamorado del Ama Dablam. Estéticamente es de las montañas más bonitas del planeta». Le llaman el Cervino del Himalaya. Amadablam significa en nepalí «collar de la madre y de la perla». Se eleva, junto al Everest —a cinco días de ruta— hasta los 6.812 metros. El coruñés Félix Criado se quedó prendado, en aquella expedición gallega a la cima del mundo, de la cumbre vecina. Junto a otro gallego, Íñigo Gutiérrez Arce, se propone ahora conquistarla en invierno. Algo que, no tienen constancia, ningún español haya logrado antes. Lo intentarán, a partir del 10 de enero, en una expedición que comandará Álex Txikón, con el que Criado ya compartió el frustrado ascenso invernal al K2.
Partirán del pueblo de Lukla —a 2.860 metros de altitud y al que accederán en avioneta desde Katmandú— hasta el campamento base del Amadablam, ubicado a 4.300 metros. Les llevará, calculan, cinco días. «En la montaña no nos vamos a encontrar a nadie. En el campo base, en temporada de verano pueden juntarse unas 200 personas. En invierno estaremos solos», avanza Félix. El frío y el viento serán muy intensos. Confían en que una situación anticiclónica les permita hacer cumbre en un máximo de 25 días. «Tiene un ángulo tan recto que parece inexpugnable. La ruta es muy aérea, permite muchas vistas despejadas con vacío a ambos lados», dibuja Íñigo. A uno de los campamentos base lo bautizaron como el Nido del Águila. Es una especie de repisa, colgada en altura, que obliga a poner las tiendas agrupadas. El ascenso se practicará por la arista suroeste de la montaña.
Aunque el intento de hacer cumbre no será antes del 10 de enero, la expedición para Félix e Íñigo comenzará antes. El 5 de diciembre. Ese día partirán desde A Coruña, portando su material de escalada, por carretera.
En coche hasta Katmandú
«Es una aventura a lo grande, a la antigua usanza. Saldremos de nuestra casa y hasta el Himalaya», avanza Íñigo. Una travesía, en pleno invierno, de las que ya no se frecuentan.
«Serán más de 13.000 kilómetros a lo largo de 12 países. Atravesaremos zonas conflictivas, como la frontera de Irán, tanto desde Turquía como el acceso a Pakistán. En ese punto, próximo a Afganistán, es probable que tengamos que llevar escolta», advierte Criado. Islamabad será un punto fijo de parada. «Tenemos que recoger allí parte del material que utilizamos en la expedición al K2». Aprovecharán la ocasión para donar una serie de hornos solares a la población de la pequeña localidad pakistaní de Askole, ubicada en el valle de Shigar. Aunque el capítulo solidario es colateral, la Asociación de Montañeros Independientes aprovechará el desplazamiento para entregar en Nepal ropa, calzado y material escolar.
El ascenso de Íñigo, en el aire
Félix e Íñigo, que realizarán solos la travesía por carretera hasta Nepal, calculan completar el recorrido en 22 días si no hay imprevistos. «No podemos dejarnos el material en ninguna aduana, o no podremos escalar. Eso está claro».
Los dos gallegos confían en completar juntos el desafío y coronar el Ama Dablam. Pero solo Criado tiene, a día de hoy, garantizado el ascenso. El de Gutiérrez depende de completar la parcela económica. Sumando los desplazamientos, alojamientos, visados, permisos de escalada y material, el presupuesto para los dos asciende a los 17.600 euros.
«Tenemos pendientes varias conversaciones con administraciones para tratar de lograr lo que nos falta. Sería una lástima que Íñigo llegara hasta el Himalaya y no pudiera ascender por falta de recursos», esgrime Criado. Su compañero de fatigas —con el que compartió expediciones en Los Andes y Marruecos— prefiere ni pensarlo en serio. «Si no hay mucha vigilancia, igual me cuelo por debajo».