La jugadora viguesa, internacional con la selección, fue distinguida como la mejor futbolista de esta modalidad en la gala Beach Soccer Star en Dubái
10 nov 2019 . Actualizado a las 20:24 h.Carol González Portela (Vigo, 1991) es la mejor jugadora de fútbol playa del mundo. La futbolista del Málaga de fútbol once y del Playas San Javier y la selección española de fútbol playa -con esta última ganó el oro mundial hace unas semanas- fue galardonada en la gala Beach Soccer Stars celebrada en la noche del sábado. Ni siquiera estando entre las tres candidatas pensaba que iba a ser para ella. Pero lo recogió con emoción.
«No me lo esperaba y significa muchísimo para mí», comenta la deportista. Perfectamente consciente de que «el trabajo y el esfuerzo no siempre tienen recompensa», asegura que cuando sí sucede es difícil explicar con palabras lo que se siente. «Han sido muchas horas de entrenar sola, de trabajar por mi cuenta. A mí desde pequeña me enseñaron que nadie te regala nada, pero también que aunque te esfuerces las cosas no siempre llegan. A mí me ha llegado y es increíble», comenta.
Carol viajó sola a Dubái, donde se celebraba la gala, pero allí se reunió con la selección española masculina, que tenía a varios futbolistas nominados. «Al estar ellos me sentí más en familia, pero aquello era como la gala del Balón de Oro, con un montón de premios a entrenadores, goles, porteros, leyendas, promesas... No me lo imaginaba así», comenta entusiasmada. Para ella, el reconocimiento casi era lo de menos. «Estas cosas van y vienen, yo lo que más valoro son las experiencias. Al disputar el mundial en Doha y ahora fueron las primeras veces que salí de Europa», recalca González.
Cuando habla del premio insiste siempre en destacar que aunque sea una distinción individual, ella lo entiende como un galardón que tiene que repartir con mucha gente. «Sin mis compañeras no sería lo que soy. Después de a mi familia llamé a Sara Tui y a Andrea Mirón, compañeras y amigas. Sé que se alegran tanto como yo. Son partícipes de todo lo que haya conseguido o pueda conseguir, y eso es impagable», sostiene.
Precisamente sus compañeras, cuerpos técnicos y clubes fueron protagonistas en el emocionado discurso que pronunció Carol y en el que la dedicatoria más especial fue para su madre. «Hay una persona a la que quiero dedicar este premio. Sin ella esto no sería posible, me ha ayudado en todo, nunca me deja tirar la toalla. Es mi madre. Mamá, te quiero, esto es todo por ti, te quiero», dijo la premiada intentando aguantar las lágrimas.
Carol, que comenzó a practicar el fútbol playa a raíz de una llamada de la selección gallega hace cuatro años, jugó antes al fútbol sala y luego en varios clubes de Primera tras pasar por El Olivo vigués. Hija y hermana de árbitros, desde muy niña le atrajo el mundo del fútbol, pero de la misma manera tuvo claro que lo suyo no era seguir sus pasos.
Su incursión en el fútbol playa, sin embargo, es más reciente. Hasta hace solo cuatro años no había pasado de jugar con un balón sobre la arena con sus amigos como cualquiera. Desde entonces se ha acostumbrado a entrenar sola en las distintas ciudades por las que ha pasado mientras lo compaginaba con sus equipos de fútbol once. Ahora se lleva a casa una experiencia inolvidable y «una W (la forma del trofeo) chulísima». «De momento estará con la medalla de Doha en Málaga. Estoy deseando llevárselos a mi madre».