Sara nació con parálisis cerebral, pero le apasiona el deporte y a los 11 años recibirá el aplauso del circuito de la Costa da Morte
18 nov 2019 . Actualizado a las 20:38 h.Recibió el primer premio a la superación del Circuíto Correndo pola Costa da Morte. Fue la primera madrina. Le dieron el dorsal número 1 para siempre. Ella es Sara Vieites Ferreiro (Cee, 2008), una niña de once años muy grande que sigue dando lecciones de vida. Por ello, la organización de esta iniciativa de atletismo en la comarca viene de ponerle su nombre al premio especial a la superación que ella misma entregará el 13 de diciembre en la gala de clausura de la sexta edición. «Estou moi contenta. Non teño palabras para dicirche o que sinto», expresa en reacción a este nuevo detalle que el circuito de carreras ha tenido con ella. Su historia es dura, pero a la vez, increíblemente bonita. Su madre, Martina Ferreiro Rial, le pone voz.
Sara tenía apenas unos meses cuando sus padres comenzaron a ponerle cojines alrededor para que no se cayera. «Os médicos nin se daban conta de que á nena lle pasaba algo». Cuando empezó a usar el andador, le notaron que apoyaba mal los pies. Fue ahí cuando una doctora detectó que algo no iba bien. «Un ano tardaron en facerlle a resonancia». Y cuando confirmaron que tenía una parálisis cerebral que le afectaba de cintura para abajo, el discurso de la neuróloga fue el siguiente: «Que non nos fixéramos ilusións porque non chegaría a camiñar».
Frente a la adversidad, Martina y su marido Juan José se armaron de fuerza y coraje con un principio muy claro: «Eles dinnos que non, pero nós si que o conseguiremos». A partir de ahí comenzó un largo proceso de lucha. «Iamos á praia para que gateara. Logo levantabámonos ás seis da mañá para ir ao fisioterapeuta e non perder o cole, aínda que había días que non nos quedaba máis remedio que perdelo... Faciamos todo o que podiamos pola nosa filla».
Hasta que llegó un día que fue la propia Sara, con 7 años, la que se interesó por ir a una carrera de atletismo inclusiva, la De Dous en Dous, en Carballo: «Ian uns amigos dela e quixo ir. E alá foi en cadeira de rodas». Ese mismo año, en el 2015, comenzó su andadura en Correndo pola Costa. La primera prueba que corrió fue en Muxía, con la camiseta del Deportivo (es el equipo de la familia), y así fue cómo llegó hasta Riazor con aquel Deportivo liderado por Lucas Pérez enseñándole a dar unos pases.
A las siguientes carreras fue en andador, hasta que a base de trabajo, constancia y esfuerzo comenzó a ir sola. «Entráronlle as ganas, animouse máis». En las primeras costó, pero este año, por ejemplo, ya fue capaz de correr el kilómetro entero y las diez pruebas de la iniciativa en alevín. «Díxonos: eu quero facer o circuíto todo».
Lo más sorprendente de esta historia es que es la propia Sara, con los 11 años que tiene actualmente, la que tira del carro: «Nós tamén, pero ela é a que tira para adiante. A forza que non ten nas pernas tena na cabeza». A la pregunta de qué le aporta el atletismo, la pequeña responde: «Orgullo, forza e saber que me estou esforzando». Su contestación ya dice mucho de sus valores. «Quero seguir correndo moitos anos máis!», exclama. Saca fuerzas de donde no las hay. Es incansable. «Os nosos desexos para ela son que no futuro non teña que depender de ninguén. Sempre a apoiaremos no que lle guste», dice su madre.
Presente
A día de hoy, Sara sigue con tratamientos. Solo una vez tuvo que pasar por quirófano y hasta para ello contó con la ayuda de toda la Costa da Morte. El centro de entrenamiento Dafit organizó una subida solidaria al Monte Pindo con la que se logró recaudar 4.000 euros íntegros para sufragar la operación. «As accións da xente son moi bonitas. Tanto de Dafit, no seu día, como do Circuíto e de moitas máis persoas. Estamos moi agradecidos».
Una semana normal para Sara incluye dos sesiones de piscina, dos de entrenamiento en Dafit y una de fisioterapeuta. Y el fin de semana que hay carrera es «unha festa!». En esto coinciden todos. Y es que es una familia de atletas. «Fixemos unha promesa con ela e tamén nos metemos a correr. Fixemos todo o circuíto». Algunos días, ya hace tiempo, corrían al lado suyo, ayudándola. Ahora Sara se vale por sí sola, tanto en las carreras como en el día a día, y está logrando muy buenos resultados.
En la memoria de sus padres, sus mejores apoyos, solo pesan esos primeros dos años y media de vida «perdidos para tratar o problema con fisioterapeutas»: «Dicíannos que fora unha nena prematura, que lle désemos tempo». Ahora, en sus mentes, solo prima un lema: «Todo o mundo pode facer o que se propoña. O importante é participar e pasalo ben». Martina y Juan José son otros luchadores.