¿Faubert, Maxi López, Cassano, Gravesen, Collymore? La lista es memorable
27 dic 2019 . Actualizado a las 08:44 h.Acudir a la desesperada al mercado en el mes de enero no garantiza nada. Al contrario, más bien aumenta las probabilidades de meter la pata. Y no están libres de ello ni los equipos más poderosos. De hecho, sus fiascos son proporcionales al tamaño de sus presupuestos y sus salas de trofeos.
Sirvan como ejemplos los siguientes:
REAL MADRID
Gravesen, el Ogro
El centrocampista danés no dio una a derechas. Llegó en enero del 2005 al vestuario de los galácticos tras haber destacado en el Everton. Su despliegue físico fue desaprovechado. La grada lo adoptó con cariño, pero el fútbol mostrado fue pobre.
El italiano Cassano, Talentino, fue otro de los grandes fiascos del mercado invernal madridista. Llegó un año después que Gravesen, tras haber tenido problemas de disciplina en la Roma. Los mismos problemas le enviaron de regreso a Italia, a la Sampdoria.
Sin embargo, en el podio se lleva la palma Julien Faubert. Llegó cedido por el West Ham en el año 2009. Jugó 56 minutos en dos partidos. Llegó a quedarse dormido en el banquillo.
BARCELONA
Maxi López, ¿dónde están los goles?
Llegaba con un caché considerable tras haber triunfado en el River Plate argentino, pero sus goles nunca aparecieron desde que se vistió la camiseta del Barcelona. Las lesiones terminaron de condenarlo. Se fue al Mallorca y tampoco tuvo suerte.
Amunike y Bogarde fueron dos de los fichajes más sonados del Barcelona y todavía colean hoy, pero no por su rendimiento, precisamente. De nuevo las lesiones y la falta de adaptación al equipo les enviaron fuera del equipo azulgrana.
ATLÉTICO DE MADRID
Giorgio Venturín o Fabiano Eller
Esa es la duda a la hora de elegir el peor fichaje invernal del equipo colchonero. A ese nivel de rendimiento, la nómina es amplia: Fagiani, Wicky, Richard Núñez… no pasarán a la historia de la entidad rojiblanca.
OVIEDO
Stan Collymore
No solo los grandes equipos se equivocan. Alguno de los fracasos del mercado de enero son atribuibles a los propios jugadores, que consideraron la Liga como un retiro dorado. El caso más claro es el de Stan Collymore, todo un mito del fútbol británico que pasó sin pena ni gloria por el Oviedo.