El Mundial de MotoGP, en el aire

Borja González COLPISA

DEPORTES

Heino Kalis | REUTERS

Dorna anuncia también el retraso sin fechas de las carreras de Italia y Cataluña y evita fijar una fecha para que arranque el campeonato

07 abr 2020 . Actualizado a las 17:17 h.

Sigue el goteo de carreras pospuestas en el calendario del Mundial de Motociclismo en un momento en el que su promotor, Dorna, prefiere no dar por cancelado ningún gran premio a la espera de entender cómo evoluciona la crisis del coronavirus y con el deseo de salvar algo de este 2020. El pasado 2 de abril, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y Dorna anunciaban que se posponía sin nueva fecha el Gran Premio de Francia, previsto para el 17 de mayo, lo mismo que había sucedido el 26 de marzo con el de España, del 3 de mayo, tras las reubicaciones en el calendario de los de Tailandia, Las Américas y Argentina. Este martes les ha llegado el turno a las dos siguientes de la lista, las citas de Italia, a disputar en el Circuito de Mugello el 31 de mayo, y a la segunda de las pruebas españolas, el Gran Premio de Cataluña del 7 de junio. Este pasado fin de semana, el secretario general de Deportes del gobierno catalán, Gerard Figueras, ya había apuntado en una entrevista al diario L'Esportiu a la imposibilidad de que el Circuito de Barcelona-Cataluña pudiese albergar en la fecha prevista su gran premio, algo que ha terminado por confirmarse. El hecho de que se considere como 'pospuesto' y no como 'cancelado' no garantiza, como en el resto de citas que se encuentran en esta situación, que vaya a terminar disputándose. Empiezan a no quedar huecos libres, teniendo en cuenta las premisas de que no se enlacen más de tres fines de semana consecutivos de competición, y la de no que se vaya más allá del 30 de noviembre para no comprometer 2021.

En ese sentido, Dorna ha tomado la decisión de no publicar más calendarios provisionales (en estos momentos la primera fecha sería la del fin de semana del 21 de junio en el Circuito de Sachsenring, Alemania) y esperar a que la situación actual sea lo más clara posible y se pueda entender cuándo se puede empezar, cuántas carreras se pueden celebran o si, en un caso muy extremo, no va a haber Mundial en 2020. Este último escenario se lo tienen que plantear los organizaciones españoles, obligados a dibujar todos los posibles, pero a día de hoy nadie lo ve probable, aunque sí posible.

«Es concebible que en el 2020 no pueda haber Mundial», afirmaba Carmelo Ezpeleta, máximo responsable de Dorna, en el medio suizo Speedweek, con varios argumentos sobre la mesa: la situación de los diferentes países escenarios de grandes premios, con procesos temporalmente escalonados (unos han empezado las medidas más extremas antes que otros, con lo que los 'finales' también irán desparejados), la dificultad de saber si se implementarán y cómo las restricciones en los viajes, o la celebración de eventos con asistencia masiva de público, aunque en este caso desde el inicio no se ha descartado poder organizar carreras a puerta cerrada.

Sin novedades técnicas

Mientras todo esto es algo que Dorna y la FIM no pueden controlar, sí han decidido actuar en lo que sí pueden deterrminar y, en este caso, sobre un aspecto que preocupa y concierne a Ezpeleta: la repercusión económica en las escuderías privadas del Mundial, mucho más débiles para afrontar esta tormenta que los equipos que dependen directamente de una fábrica, de Honda, Yamaha, Ducati, Suzuki y KTM. Para los otros seis (LCR, Petronas, Pramac, Avintia, Tech3 y Gresini), Dorna, con el compromiso de su accionista mayoritario, la sociedad 'Bridgepoint Capital and CCP Investments', y de acuerdo con la FIM y la asociación de equipos (IRTA), decidió poner en marcha un programa de ayudas de 250.000 euros al mes por equipo para el periodo abril-mayo-junio, prorrogable a julio; además, cada estructura de Moto2 y Moto3 está recibiendo una cantidad de 25.000 euros por piloto durante este mismo tiempo. Ya de cara a 2021 se van a aprobar congelaciones en el desarrollo de los motores y de la aerodinámica en MotoGP, para reducir los gastos de las fábricas, y para que sus equipos satélite puedan seguir usando los prototipos de este año en el próximo curso sin merma de su competitividad, haciendo que no lleguen novedades técnicas reseñables hasta el 2022.