El Tour pasa a septiembre para alejarse «lo máximo posible de la pandemia» y sitúa la ronda española en otoño, tras el Mundial y el Giro, previsto en octubre
17 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El coronavirus, que amenaza con sacudir los cimientos de un deporte que tantísimo depende de los patrocinadores, ha trastocado de tal manera el calendario que el Tour de Francia se disputará más tarde que nunca en la historia. Siempre que la evolución de la pandemia lo permita, entre el 29 de agosto y el 20 de septiembre. El aplazamiento, por primera vez desde la II Guerra Mundial, obligará por tanto a retrasar la Vuelta a España a noviembre, tras la disputa del Mundial de fondo en carretera (en septiembre) y el Giro de Italia (en octubre). La Unión Ciclista Internacional (UCI) y la empresa organizadora del Tour, ASO, que también lo es de la Vuelta, confirmaron ayer las nuevas fechas.
La Vuelta -con tres etapas previstas en Galicia- podría disputarse entre el 30 de octubre y el 22 de noviembre, ya con bajas temperaturas en la zona norte de la península. De esta forma, la cronoescalada de O Ézaro, la etapa Lugo-Ourense y la Mos-Matosinhos apuntan a correrse entre los días 17 y 19.
Dado que era preciso salvar el Tour de cualquier manera, ya que es imprescindible para la supervivencia del ciclismo, después de que el Gobierno de Francia decretase el confinamiento hasta el 11 de mayo, se ha decidido llevar la Grande Boucle al final del verano. «Para alejarse lo máximo posible de la pandemia», justificó este viernes el director del Tour, Christian Prudhomme. Con los eventos con público prohibidos en Francia al menos hasta mediados de julio, el resto de carreras deben adaptarse. «La Vuelta se ha portado de forma fantástica y tengo que agradecer la caballerosidad de su director, Javier Guillén, que ha sido un gran aliado», subrayó el director del Tour, cuyos beneficios, con entre 10 y 12 millones de espectadores, son muchísimo mayores que los de la ronda española, que estaba prevista hasta esta semana entre mediados de agosto y principios de septiembre.
«Lo único que deseamos es que antes del 15 de mayo podamos tener de una forma completa cómo queda resuelto el calendario a partir del 1 de agosto», admitió Javier Guillén tras la cumbre convocada por la UCI con organizadores, equipos y corredores para establecer las fechas solicitadas por ASO para salvaguardar el Tour.
La Vuelta se mueve bastaste más allá del término de la temporada, que habitualmente termina en octubre. Con el nuevo calendario establecido, ese mes será ocupado por el Giro casi al completo, ya que seguramente la carrera italiana será fijada entre el 2 y el 25. Entonces acabaría de concluir el Mundial en carretera, que se disputará la última semana de septiembre.
Con salida en Niza y final en París, el Tour mantendrá el mismo recorrido, aunque el director de la carrera no descarta la posibilidad de que «al atravesar determinadas aglomeraciones se proceda a algunos pequeños cambios».
«Habrá algún vehículo menos que en los años precedentes», augura el dirigente francés sobre la caída de algún patrocinador. El presidente de la UCI, David Lappartient, anunció que se intentará encontrar sitio en el calendario para los cinco monumentos del ciclismo, las cinco grandes clásicas: Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y Tour de Lombardía.