Los técnicos de Celta, Deportivo y Lugo debatieron ayer sobre las posibilidades de acabar las temporadas
17 abr 2020 . Actualizado a las 23:32 h.El confinamiento cierra los estadios, pero abre las casas de los entrenadores. Óscar García, responsable del banquillo del Celta, Fernando Vázquez, míster del Deportivo, y Curro Torres, técnico del Lugo, mantuvieron ayer un encuentro por videoconferencia organizado por la Federación Galega de Fútbol. En la charla se habló de la actual crisis que atraviesa el planeta y el deporte, pero también de fútbol, trayectorias y fundamentos.
«Echo de menos el olor a césped, pero no me aburro», reconoció Óscar. Hay ganas de volver, claro, pero priman las dudas. Y ahí surgió el debate: ¿sería positivo o negativo que el balón volviese a rodar? «Técnicamente no veo demasiados problemas para volver a entrenar, ¿pero socialmente cómo se vería? Pues no lo sé», se preguntaba Vázquez que enfrentaba la supuesta polémica que podría suponer volver al trabajo cuando el país sigue paralizado, frente a los beneficios que supondría dar un entretenimiento a la gente. Por esa línea se pronunciaba también Óscar que dejaba caer que la decisión de retomar la competición en plena cuarentena podría enfadar a algunos sectores: «Habría que preguntarle a un autónomo a ver qué le parecería». Curro Torres también dejó constancia de sus temores y sus recelos: «Lo que veo ahora mismo con muchísimas dudas. A lo mejor con un protocolo se podría entrenar, pero hay, muchas soluciones que hay que encontrar y que son mucho más importantes Yo lo veo complicado».
La pregunta quedó en el aire. Ante una crisis de proporciones mastodónticas, ¿hablar de volver a iniciar el gran circo del balompié es una frivolidad? «Cabe recordar que el fútbol es una parte importante del PIB español, no es una broma ese dinero», recalcaba Fernando Vázquez. El entrenador del Lugo recogería ese guante y expresó su preocupación porque una parte de la sociedad únicamente viese en los futbolistas a un grupo de privilegiados. «El problema es que la gente no nos ve como los trabajadores de una empresa normal. Ven que estamos haciendo deporte, que hacemos lo que nos gusta, por eso ese tipo de opiniones. Al final somos trabajadores que tratamos de ganarnos la vida de un modo es además un entretenimiento, pero al final todos trabajamos para poder vivir. Hay mucha gente que se ha quedado en el paro y también tienen esa necesidad de que vuelva el fútbol», explicó.
Los tres técnicos expusieron su preocupación por el poco margen que tendrán para readaptarse al ritmo de competición en caso de que las campañas se terminen. «Si en una pretemporada necesitas hasta cinco semanas, aquí se está hablando de quince días», recordaba Óscar al tiempo que Vázquez apuntaba un ejemplo de un parón similar en el deporte norteamericano como consecuencia de una huelga. «Las lesiones se quintuplicaron», aseguró añadiendo que en la situación actual los jugadores tienen el agravante de trabar bajo estrés.
También de objetivos, con los tres equipos con la permanencia en mente. El más explicito fue Óscar: «El siguiente paso es salvarnos y ver qué decide el club. Si se decide que siga yo, intentar hacer un equipo con Miñambres mucho más adaptado a lo que yo quiero», comentó, dejando entrever que la configuración actual de la plantilla no es lo que el catalán busca. Si todo sale bien, será un verano movido en Vigo.