El CSD frena por ahora el intento de jugar con público

La Voz

DEPORTES

César Quian

Ante el intento del Las Palmas y el Oviedo de abrir los estadios, el Consejo dice que «los partidos se celebrarán a puerta cerrada» y que cualquier cambio requeriría un consenso, y no la decisión unilateral de una comunidad autónoma

02 jun 2020 . Actualizado a las 23:35 h.

La idea de Las Palmas y Oviedo de permitir la entrada de público en sus estadios de cara al reinicio de Liga ha sido frenada, por el momento, por el Consejo Superior de Deportes (CSD). El máximo organismo del deporte aclara que «los partidos se celebrarán a puerta cerrada» tal y como lo están estableciendo en el resto de Europa de acuerdo a la evolución de la pandemia.  «Tanto el Ministerio de Sanidad, como el Consejo Superior de Deportes, junto a la Real Federación Española de Fútbol y la Liga, quieren que la competición pueda finalizar, respetando la integridad y la seguridad de todas las personas involucradas», aclaran desde el CSD. 

Esta mañana, en una reunión ordinaria de responsables del CSD con los de los departamentos de Deportes de las comunidades autónomas también se aclaró el tema. Ante la pregunta de un representante del gobierno canario sobre si las competencias serán suyas en la fase 3 para permitir público en los estadios, el CSD trasladó que solo se permitirán, por ahora, encuentros de la Liga sin espectadores. De hecho, hicieron referencia en su respuesta al «artículo 41 de la orden 414, que dice que los partidos se celebran a puerta cerrada, y es lo que se aplica». Además, el CSD trasladó otro argumento, que permitir el público en unos estadios mientras otros permanecen vacíos vulneraría «la igualdad de la competición».

Tanto el equipo insular como el asturiano argumentan que, en fase 3, en la que previsiblemente se encontrarán ambas comunidades en el momento de la reanudación de la competición, se permiten los espectáculos al aire libre con presencia de público. Además, apuntan que la competencia para la toma de decisiones corresponde a las comunidades y que, por tanto, son estas las que tendrían que otorgarle dicho permiso. 

Sin embargo, el CSD matiza que «la decisión final de permitir el acceso de los aficionados a los recintos deportivos y en qué porcentajes, no será adoptada por una única entidad o administración, ya que como ha sucedido en todo el proceso de desescalada será fruto de un acuerdo consensuado y  siempre siguiendo las recomendaciones sanitarias». Y aclara que ningún club se ha puesto en contacto con el organismo deportivo solicitando el permiso para el acceso de público a la competiciones. 

El presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, declaró ayer que negocia con La Liga esta posibilidad y que de forma paralela ha mantenido conversaciones con el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, y con el del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales. Además, Ramírez asegura que el presidente del Cabildo de Gran Canaria, institución propietaria del estadio, también ha visto la posibilidad «con buenos ojos». Ha matizado, sin embargo, que la patronal del fútbol les ha exigido unos protocolos que están diseñando y que, con posterioridad, necesitarían la autorización sanitaria. 

La idea del club insular es permitir la entrada en su estadio de 11.000 personas, un tercio del aforo del estadio de Gran Canaria. Según el protocolo que preparan desde la entidad y si recibe todos los permisos necesarios, su estadio tendía una de cada tres butacas vacías, todos los espectadores usarían mascarilla y guantes y cada uno de ellos tendría que ponerse en contacto con el club 24 horas antes para que le asignen una puerta y una hora de entrada, de forma que el público acceda al estadio sin aglomerarse.

Por su parte, la Liga alimenta el debate pero no quiere guerras con el Gobierno. Tras conseguir volver el 11 de junio en el marco de los pactos de Viana con el CSD y la Federación de Luis Rubiales, tenía asumido desde hace tiempo que esta temporada se acabará con estadios vacíos. En tiempos de pandemia, ya era un triunfo, un mal menor. Pero ya presiona para que puedan abrirse al público en general cuanto antes. Sobre todo los clubes modestos se sienten en clara desventaja deportiva y económica sin poder ser arropados por su gente.

En un efecto dominó, varios clubes se dirigieron a la Liga para preguntar si era cierto que al pasar a la penúltima fase hacia la vuelta a la nueva normalidad, podría haber ya gente en los partidos. No aceptaban desigualdades, ni agravios comparativos. Según algunas fuentes, nada es por casualidad y el presidente de Las Palmas ha encontrado una grieta legal para liderar una nueva estrategia de la Liga, y de los clubes pequeños, a fin frenar la sangría económica provocada por la pandemia. Conocen de sobra las medidas impuestas por Sanidad para el regreso del deporte, asumen la negativa rotunda del Gobierno a hacer distinciones y están de acuerdo en que «la salud es lo primero», pero es una forma de presión para acortar los plazos. Así, de no permitir público hasta el 2021 a poder lograr que lo haya incluso a principios de la próxima temporada. El domingo, en su ya tradicional comparecencia en Movistar, operador con los derechos del fútbol, Tebas avanzó que el ejercicio próximo comenzará el 12 de septiembre y que su intención es que en ese regreso ya tuviese un 30% de público en los estadios, que sería del 50% en noviembre, hasta lograr el aforo completo el año que viene.

Los grandes prefieren esperar

El Real Madrid tiene obras en el Santiago Bernabéu y, como le ocurre también al Barça, al Atlético, al Athletic y probablemente también al Valencia, al Sevilla y al Betis, les cuesta dinero abrir el estadio para un aforo muy limitado. En varios de sus casos, la taquilla no llega a representar ni el 10% de sus presupuestos, mientras que en algunos clubes modestos el concepto de venta de entradas alcanza en torno a un 25% de sus ingresos.

Al igual que ocurre en España, Italia, otro de los países más afectados por la pandemia, también baraja la posibilidad de abrir con un aforo limitado los estadios a los aficionados incluso para el final de esta campaña. Lo hace bajo el argumento de que a mediados de junio ya será posible que hasta 1.000 personas asistan a representaciones teatrales en escenarios abiertos. Si se permite el cine y el teatro con parte del auditorio, y las playas vuelven a poblarse, aunque con aforos limitados, por qué no el fútbol, si es un espectáculo al aire libre. Esos son los razonamientos que utilizan la Serie A y la federación transalpina para reclamar mayor apertura al gobierno de Giuseppe Conte.