La campeona gallega de halterofilia lamenta los escándalos de dopaje que merman la credibilidad de su deporte y afirma que lo más importante es la fuerza mental
16 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Siempre se ha dicho que las mujeres gallegas son muy fuertes. Pues bien, Irene Martínez (A Coruña, 1993) es una de las que más; literalmente. Su tenacidad y su fuerza física la han llevado a ser la mejor halterófila gallega de todos los tiempos y su fuerza mental a aguantar el calvario de las lesiones que la han apartado de los Juegos Olímpicos de Tokio.
-Al final no regresa al centro de alto rendimiento de Madrid, donde reside.
-Solo regresan las que van al campeonato de Europa, para el que no me clasifiqué. Me quedaré aquí entrenando hasta que me llamen.
-¿Le beneficia que los Juegos Olímpicos se hayan retrasado un año?
-Me operé la muñeca en julio del año pasado y estuve hasta enero prácticamente sin entrenar. Al no competir el año pasado ya no puedo alcanzar la clasificación para los Juegos, así que no puedo aprovecharme del aplazamiento.
-Menuda decepción, ¿no?
-Bueno, el deporte, las lesiones... es lo que tienen. Ya lo tengo asumido.
-¿Qué tal pasó el confinamiento?
-Lo llevé muy bien. Nos cerraron el Car de Madrid, donde vivía y me vine con mis padres, que tienen una casa, así que no era como estar encerrada en un piso. Prácticamente ni me enteré, la verdad. Hice muchísimas cosas, me mantuve ocupada y entrené.
-¿No le pidieron sus padres que cambiara los muebles de sitio o algo así?
-No, de momento a mudanzas no me dedico, ja, ja.
-¿Cómo se metió en este deporte tan... poco popular?
-El entrenador de mi club hace pruebas de captación de talentos todos los años por los institutos. A mí me ofreció apuntarme en primero de la ESO. Yo no sabía nada de este deporte. Probé y me encontré con muy buen ambiente. Luego empecé a aprender la técnica y me enganché muy pronto.
-Supongo que será un deporte de mucho entrenar.
-Claro. Aquí se necesita mucha continuidad porque si no, pierdes la fuerza. El entrenamiento es muy duro, pero también requiere mucho descanso. Hay mucho entrenamiento invisible.
-Lo que no se puede decir es que sea muy vistoso.
-Es complicado. Hasta nosotros mismos, si no es una competición muy interesante, nos acabamos aburriendo porque suele ser muy monótona. Y si no entiendes, pues más todavía.
-Hay otra cosa que juega contra su deporte, el dopaje.
-Sí. Ahora mismo hay un escándalo muy grande, porque una televisión alemana hizo una investigación y está saliendo de todo a la luz. Encubrimientos de casos por parte de la federación internacional, un montón de dinero por detrás... Así que no es que este deporte esté manchado, está lo siguiente. Tras los Juegos Olímpicos de 2024 veremos lo que pasa con la halterofilia. Por otro lado está bien, porque está saliendo todo a la luz.
-Pues no me había enterado.
-Es que no está trascendiendo fuera del mundo de la halterofilia. Si fuera atletismo, seguro que lo sabría.
-¿Y como vive usted esto?
-Los que estamos dentro de este mundo siempre lo hemos sabido. Sabemos quién está dopado y quién no.
-¿Nunca se lo ofrecieron?
-Nunca. Ni de broma.
-Dejemos el asunto. ¿Qué es lo más duro de la halterofilia?
-La exigencia mental.
-¿Y qué hay que tener para ser bueno en su deporte?
-Hay gente que es perfecta físicamente: brazos cortos, explosividad, flexibilidad... Pero sin cabeza es imposible
-¿Qué quiere ser de mayor?
-Estoy estudiando fisioterapia. Me gustaría dedicarme a eso.
-¿Y su objetivo deportivo?
-Los juegos Olímpicos de 2024, será la última bala que vaya a gastar en el deporte de alto nivel.
-¿Ve posible subirse a un podio?
-El sueño sería llegar a los Juegos. Si lo consigo... soñar es gratis.
-Tendrá en casa un montón de medallas.
-Sí, la verdad es que sí. Son muchos campeonatos de pequeña, de más mayor... Muchos años.
-Intente definirse en cuatro palabras.
-¡Qué difícil! Generosa... luchadora... tengo un carácter fuerte y... vividora
-¿Celta o Dépor?
-Deportivo, aunque no me interesa mucho el fútbol. Bueno, un partido sí que lo veo.
-¿Cocina?
-No me gusta nada. Solo sé hacer lo típico.
-Cuando está en Madrid, aparte de a su gente, ¿qué es lo que más echa de menos?
-El mar.
-Sí, es un clásico madrileño.
-Es que a mí no me gusta Madrid. Y la naturaleza y el mar de Galicia... se extrañan mucho.
-¿Qué le gusta hacer cuando tiene tiempo?
-En temporada, cosas que no me cansen: ver series, quedar con amigos. También viajar, la naturaleza.
-Dígame una manía
-Hmmm. No sé... Tal vez entrenar con calcetines gordos.
-Una canción.
-Haciéndonos los muertos, de Rayden.
-¿Qué es lo más importante en la vida?
-Ser feliz. Y perdón por el tópico.