El futbolista blanquiazul llama a gestionar mejor los esfuerzos porque «ahora la gente se cansa antes y todo va un poco más lento»
21 jun 2020 . Actualizado a las 17:00 h.Víctor Mollejo fue el encargado de analizar para los medios de comunicación lo sucedido en el encuentro frente al Rayo Vallecano, marcado, más allá de las alternativas anotadoras, por las decisiones del colegiado. Especialmente, en las dos penas máximas que cobró. «Después del partido felicité al árbitro porque hasta esas dos jugadas me pareció muy bueno», afirmó el futbolista del Dépor. Enseguida se refirió a las acciones en cuestión. «En el primer penalti tarda mucho porque le dicen del VAR una cosa, luego otra… No tiene mucha culpa el árbitro. Se pita y ya está y se manda repetir y es lo menos discutible porque el portero se adelanta claramente. Por todo el jaleo que se montó, formado un poco por el banquillo del Rayo, que lo hacen correctamente porque va a favor suyo, creo que el árbitro actuó un poco mal porque se dejó llevar por el banquillo del Rayo y su entrenador». A Mollejo le dio la impresión de que Vicandi Garrido señaló la falta de Mujaid con afán compensatorio: «Es jodido, porque te da la sensación de que su penalti lo pita por igualar todo».
El joven futbolista cedido por el Atlético estuvo entre los grandes protagonistas de la cita. Un error suyo propició el 0-2 y se enmendó logrando el tanto del empate momentáneo. «Antes del gol me estaba sintiendo muy cómodo con balón, con confianza, también por el partido de Oviedo, en el que me sentí cómodo. Fallé y se te cae el mundo encima porque no estamos en una situación para tener ese tipo de fallos y soy el más consciente de todos —manifestó—. Pero una vez hecho, intenté pensar en lo que seguía, estando tranquilo. Los compañeros me animaron, tampoco sentía que me hiciese falta porque estaba bien, pasé cinco minutos fastidiado, pero estaba bien. Y en la segunda parte salí como si fuese otro partido y por suerte pude hacer gol para compensar mi fallo y ayudar al equipo».
Las alternancias en el rendimiento no agradan al jugador: «Los partidos son largos, se hacen más largos que normalmente y tenemos que encontrar ese equilibrio. Ni salir con la caraja de la primera parte, ni como aviones en la segunda. Debemos adaptarnos bien y gestionar los esfuerzos porque ahora se nota mucho, la gente se cansa antes y todo va un poquito más lento. Confío en que el equipo vaya cogiendo ese ritmo y con el paso de los partidos esas carajas iniciales se van a ir yendo».