La UCAM ha desarrollado un proyecto pionero para continuar con las clases, con la medallista olímpica Sofía Toro a la cabeza
14 ago 2020 . Actualizado a las 12:45 h.Si Mahoma no va a la montaña… bajo este dicho la Universidad Católica de Murcia (UCAM) se las ha ingeniado para que la crisis del coronavirus no corte el aprendizaje de sus alumnos. Sobre todo en el caso de los matriculados del Grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Una de las docentes de este título es la campeona olímpica de vela en Londres 2012, la coruñesa Sofía Toro. En su primer año como profesora ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias y promover una nueva filosofía que aúna la tecnología y la educación a distancia.
Las clases virtuales se instauraron por obligación debido al confinamiento. Todos los centros han tenido que adaptarse para seguir impartiendo clase a los alumnos. Pero la UCAM ha ido un paso más allá gracias a un proyecto pionero de realidad virtual en el aula.
Desarrollado por el departamento de creatividad y multimedia de la universidad, encabezado por Pau Guardiola, Sofía Toro fue la primera en probar el software para impartir su clase de Metodología de la enseñanza de vela. «El programa permite que cada uno personalice su avatar, creamos un aula virtual y por el momento solo he dado clases de windsurf», reconoce Toro. El siguiente paso a desarrollar es simular estar en el mar y que los alumnos puedan realizar prácticas en el barco desde su propia casa, «aunque ellos no tengan gafas de realidad virtual pueden trabajar en sus casas con el ordenador y con el ratón se van moviendo como un videojuego», aclara.
Rumbos de navegación o posiciones sobre la tabla son algunas de las cosas que han aprendido los alumnos en las primeras horas de la asignatura bajo esta modalidad. La idea es avanzar en el desarrollo y prepararse para el próximo curso y así garantizar las clases de forma presencial o garantizarlas en el caso de que no se pueda asistir. «Lo más importante es que los alumnos se quedaron muy contentos y aprendieron», dice Sofía. Durante las clases, además de portar la gafas, controla dos mandos. En las imágenes se simula el aula y la medallista olímpica puede coger materiales e impartir su asignatura de la manera más cercana posible dentro de las circunstancias. «Por el momento solo hemos dado una clase pero las sensaciones han sido muy buenas», reconoce.
El proyecto, que no ha hecho más que arrancar, promete revolucionar la educación, y sobre todo, mantenerla a pesar de las circunstancias.