A falta de 48 horas para el cierre del primer mercado de verano en pandemia, Alemania, Italia y Francia han recortado el gasto a la mitad y España, a un tercio
04 oct 2020 . Actualizado a las 09:52 h.El mundo se constriñe para minimizar los efectos de la pandemia, mientras intenta asomar la pata por debajo de la puerta de la economía, que no hace más que contraerse. El fútbol no iba a ser una excepción. La burbuja en la que procura introducirse en busca de una solución deportiva no ha impedido que uno de sus indicadores más fiables haya desnudado la cruda realidad: el negocio del balón ha caído en Europa a un tercio de lo que se facturó hace un año, cuando todavía no se había extendido el coronavirus. Con la excepción de la Premier League, que mantiene un nivel de gasto similar al del 2015, las grandes Ligas se han apretado el cinturón. La operación más cara, hasta el momento, ha sido el traspaso por 80 millones de euros del centrocampista alemán Kai Havertz, del Bayer Leverkusen al Chelsea (que también compró a Werner, del Leipzig, por 53 millones y a Chilwell, del Leicester, por 50,2). Y el mercado se cierra a la medianoche del lunes.
En el caso de la Liga española, el impacto económico de la pandemia ha provocado que muchos clubes se hayan acogido a ERTES, situación ahora esgrimida para no realizar grandes desembolsos. Asimismo, en el momento en que se prohibió el acceso de público a los estadios, las entidades también negociaron una reducción salarial con sus plantillas, lo que ahora les condiciona a la hora de optar por elevados dispendios para reforzar el plantel en lugar de compensar la rebaja con los integrantes de su vestuario. El Valencia sigue esta estrategia.
Por otro lado, con los claros y extremos ejemplos de Messi, Bale y Luis Suárez, los futbolistas poseen en sus elevados salarios una de las claves de la disminución del número de operaciones entre clubes. Atrás quedan los tiempos en los que las grandes estrellas no entraban en el perfil de cedidos a otros equipos. Su derecho a percibir lo firmado es, en ocasiones, una barrera insalvable para su posible traspaso. En España, solo el Barcelona ha intentado mover el mercado, y en su afán de aligerar la carga salarial, ha arrastrado al Atlético de Madrid, que ha terminado con Luis Suárez en sus filas. Los clubes optan por incorporar a futbolistas a modo de préstamo o a coste cero, como es el caso del Alavés, que ayer mismo sumó al portugués de 19 años Tavares, procedente del Benfica.
Por su parte, la Bundesliga, que era el campeonato más rezagado entre los grandes en términos de negocio, se hizo ayer con Marc Roca, que jugará en el Bayern de Múnich tras abandonar el Espanyol en una operación de unos quince millones de euros. El club bávaro es uno de los más activos de Europa este verano y, aunque ha visto cómo se le escapaba algún cedido (Coutinho y Odriozola) tras proclamarse campeón de Europa, mantiene intacto su potencial (incorporando a Sané, del Liverpool, por ejemplo).
La Premier League comenzó el mercado tímidamente, a rebufo de la Serie A, pero pronto impuso su demoledor ritmo de gasto de los últimos años, mientras Italia se estancaba. El Chelsea agita el gasto, pero el United (que hasta ha pujado por Cavani), el City y el Tottenham le aguantan el pulso, aunque solo cuatro equipos han gastado menos de veinte millones de euros hasta el momento.
En Italia, el Inter encabeza el gasto, pero el Nápoles ha colado a Osimhen, procedente del Lille, en el podio de fichajes más caros de este período (60 millones). El Juventus no ha dicho su última palabra.
El PSG es, sin duda, el que maneja los hilos del mercado francés. Delle Ali, del Tottenham, es su último objetivo, tras haber lanzado el globo sonda de la posible oferta por Cristiano Ronaldo hace unas semanas. Tuchel (el entrenador) se ha quejado de que no tiene suficiente y Leonardo (el director deportivo) le ha invitado a irse.
Antes de la pandemia, los cinco clubes europeos que más se gastaban en fichajes eran el Barcelona, el City, el Juventus, el Manchester United y el Chelsea. Poco ha cambiado, en ese sentido. Y en las horas que queda, poco cambiará si no lo remedian los candidatos a romper el mercado, como Cavani, Sancho, Depay, Delle Ali, Dembélé...
El Barça impide un efecto dominó con Messi y Koeman pide un central y un 9
Una de las claves de este mercado de verano fue el pulso que mantuvieron Messi y el Barcelona. En pleno proceso, con el Manchester City como destino probable del jugador argentino, las piezas de las grandes figuras del fútbol europeo se desplazaron en consonancia. Pero se quedó en papel mojado. El club azulgrana evitó esa situación reteniendo a Messi y dejando claro que su prioridad eran los descartes: Arthur (por el que el Juventus pagó 72 millones, tras haber vendido a Pjanic por 60, precisamente, el Barça) y Luis Suárez, que acabó en el Atlético. Ayer mismo, Koeman abrió la puerta a Dembélé y pidió un central (lamentó las estrecheces incluso para recuperar a Eric García, un canterano que se fue al City con 16 años) y un delantero centro puro.
El Madrid no ficha y suelta lastre para ahorrar 200 millones
El club blanco ya dijo en marzo que tendría que recuperar los 200 millones que dejó de ganar por la pandemia. Zidane abrazó este discurso y, con la incorporación de Odegaard y Odriozola, dijo adiós a Achraf, Brahim, Ceballos, James, y a Bale tras interminables intentos por conseguirlo. Isco, y algún otro, podría seguirles los pasos, mientras los intermediarios arriman nombres al entorno blanco, por si hay una sorpresa de última hora: Dybala, Aouar, Cavani, Lautaro, Camavinga, Pogba o Haaland. En cualquier caso, todo parece indicar que no habrá un gran desembolso.