Un dispositivo del Instituto Tecnológico de Galicia registró la ola más alta de la temporada, surfeada por el hawaiano Kai Lenny en Nazaré a lo largo de más de doscientos metros en los que alcanzó 71 km/h
13 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El 11 de febrero una ola gigante engullía al surfista portugués Alex Botelho en aguas de Nazaré, Portugal. Su colega Hugo Vau acudió con la moto de agua en su ayuda pero una nueva ola los embistió y alzó varios metros en el aire. El accidente mandó a ambos al hospital y casi le cuesta la vida a Botelho. Las imágenes, espeluznantes, se hicieron rápidamente virales y conmocionaron al mundo del surf. Ese mismo día y en el mismo escenario, el hawaiano Kai Lenny volvió a captar la atención de todos tras coronar con éxito la ola más alta de la temporada. «Seguramente, la ola más grande que he surfeado en mi vida, la de 30 sigue ahí en algún lugar», dijo el surfista.
La gesta le valió el mes pasado el premio a la ola más grande en los premios que otorga anualmente la World Surf League (WSL). Más de 21 metros de altura que recorrió a lo largo de 206 metros, en los que llegó a alcanzar los 71 km/h. Unos datos, los de distancia y velocidad máxima, captados gracias a un pequeño dispositivo de manufactura gallega que el hawaino llevaba en su espalda.


En ese momento, el vídeo del logro corrió como la pólvora en las redes sociales. En él se mostraba a Kai Lenny dominando el bravo mar de Nazaré. Sin embargo, es ahora cuando sale a la luz ese mismo vídeo pero con las gráficas de los extraordinarios datos medidos por la telemetría del Instituto Tecnológico de Galicia (ITG).
Habitual e indiscutible en otros deportes como la fórmula 1, esta telemetría, presentada en Pantín ya en el 2017, nació para revolucionar el mundo del surf innovando y haciéndolo más atractivo para el público. Tres años después de su debut, el dispositivo gallego ha pegado el estirón. «En las primeras pruebas iba en la tabla, algo a lo que algunos surfistas eran reacios, por si les molestaba. Además, la retransmisión era en diferido. Las gráficas solo se podían ofrecer en las repeticiones de cada ola», explica Andrés Otero, de Classic Surf Pro, coordinador de los eventos World Surf League en España y colaborador del proyecto.
«El gran salto se dio en el 2019. Después de varias pruebas en circuitos nacionales se consiguió que la transmisión fuese en directo. También se mejoró el dispositivo. Su tamaño, peso y ubicación y pasó a colocarse en el propio neopreno del surfista. En un bolsillo en la espalda, por debajo de la nuca», añade Otero. «Hubo varias evoluciones. La última, la actual, se ubica en la espalda del surfista y con técnicas de inteligencia artificial es capaz de extrapolar los movimientos que mide en ese punto a movimientos que hace con la tabla. Algo que requirió muchos test previos», destaca Santiago Rodríguez Charlón, director del proyecto en el ITG.
De Valdoviño a Nazaré
Pantín volvió a ser el escenario del nuevo test oficial el año pasado. De esa cita y del interés del surfista y speaker del evento, Peter Mel, surgió la colaboración para el Nazaré Tow Surfing Challenge, del circuito Big Wave. Con una primera prueba en aguas portuguesas el 20 de noviembre del 2019, la cita mundial vio la luz verde a mediados de febrero. «Se llevaron doce dispositivos y vimos que funcionaban perfectamente en un entorno mucho más hostil que el de Pantín. Nos aliamos con Medialuso, que son los que hacen la retransmisión allí y lo sacamos adelante», explica Otero.

Poco después, llegó el coronavirus y lo paralizó todo. La de Nazaré fue la última prueba del dispositivo de telemetría gallega, que actualmente mide cerca de cuarenta parámetros diferentes en menos de 100 gramos de peso. A la distancia recorrida y la velocidad -representadas gráficamente en la ola de Kai Lenny- se le suman otras variables interesantes como la fuerza que imprime el surfista a la tabla para hacer cada maniobra, la velocidad en cada giro e incluso la fuerza del impacto de la ola en el surfista. «Creemos que hay que mostrar las que sean más representativas y que a su vez sean entendibles y atractivas para el espectador», explica Rodríguez Charlón.
El propio Kai Lenny se mostró asombrado de los datos recogidos en Nazaré y le augura un gran futuro al dispositivo gallego. «Es muy guay tener una tecnología que nos permita tener más información. Hay tantos parámetros distintos que me gustaría descubrir. El número uno sería el tamaño exacto de la ola. También parámetros en los que ni siquiera pienso, como cuántos kilos caen sobre mi cabeza o cuánto tiempo estás realmente bajo el agua. Todo es muy interesante», afirmó el hawaiano.
Una tecnología con la vista puesta en los Juegos de Tokio 2021
Como ocurrió con todos los deportes, la World Surf League (WSL) canceló todos sus eventos debido a la pandemia del coronavirus y con esa decisión paralizó las aspiraciones del proyecto gallego. La más ambiciosa: su implantación en los próximos Juegos de Tokio, en los que el surf debutará como disciplina olímpica, aunque en el Instituto Tecnológico de Galicia habían descartado su inclusión en la cita de este año. ¿La razón? El Comité Olímpico Español les exigía que la tecnología hubiese sido testada con éxito al menos durante un año. Sin embargo, con el aplazamiento de la cita olímpica al 2021, se abre una nueva oportunidad para el invento gallego. «Por nuestra parte habría tiempo de sobra y mantenemos la puerta totalmente abierta. El problema es que las competiciones siguen paradas y no tiene ningún sentido presionar en una situación extraordinaria como esta», explica Santiago Charlón, que añade: «Pero el proyecto está dentro del Centro de Innovación del Deporte del COE con la idea de que se lleve a cabo».

Con las competiciones internacionales paradas hasta que arranque la nueva temporada y con la vista puesta en Tokio, el proyecto del ITG también se encuentra en reposo. «Está terminado. Solo habría que ponerlo en el mercado. Es cierto que puede desarrollarse mucho más, pero a día de hoy y siendo la WSL nuestro cliente objetivo, entendimos que invertir nuevos recursos no tenía ningún sentido», afirma Rodríguez Charlón.
Conversaciones paradas
Después del éxito de las mediciones del dispositivo en Nazaré muchos surfistas mostraron su interés por la telemetría. Uno de ellos fue el portugués Hugo Vau y su patrocinador principal, Mercedes. «Su departamento técnico estaba muy interesado en ver cómo funcionaba y nos habíamos citado para reunirnos en las instalaciones del ITG en A Coruña en el mes de marzo y estudiar diferentes posibilidades. Pero llegó el confinamiento y todo se quedó parado», explica Andrés Otero.
Las competiciones internacionales son, sin lugar a dudas, el mejor escaparate para el dispositivo gallego. «La telemetría aporta un mayor entretenimiento para la audiencia. Aporta datos, gráficos de estadísticas y abre la posibilidad a crear nuevos tipos de premios en función de las mediciones. Incluso podría activar patrocinios para las retransmisiones. Tiene muchas posibilidades», asegura el coordinador de la WSL en España. «Y no solo de cara al público. Es muy útil en cuanto a seguridad, gracias a la geolocalización sabemos dónde está cada surfista en todo momento. También para los propios surfistas y sus entrenadores, a la hora de corregir posibles errores. Y técnicamente, para los jueces. Tiene muchas posibilidades», añade Otero.
Tantas, que ya lo han probado con igual éxito en motos de agua y fórmula 1 acuática. «Tenemos el desarrollo y el conocimiento y sería aplicable a cualquier deporte en el que sean importantes los movimientos que hace el deportista. Solo habría que interpretarlos y dar valor a esos datos», asegura Santiago Charlón.