Kílian Jornet, alpinista y corredor de ultra trail: «Habría sido extraño que me hubiese dedicado al surf»
DEPORTES
Tras firmar hitos históricos, la pandemia le ha ayudado a girar hacia la sostenibilidad
01 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.De Kílian Jornet Burgada (Sabadell, 1987) se espera intensidad, pero lo que transmite es lo opuesto. Su inmersión en la naturaleza no parece una mera apariencia. El discurso se acentúa en plena pandemia.
—Antes de nada y lo más importante. ¿Cómo se encuentran de salud usted y su entorno?
—Bien, por suerte en Noruega la incidencia del covid ha sido pequeña, y hacemos vida más o menos normal. Nuestra vida está en la montaña y allí hay poca interacción social. Las competiciones se han anulado o adaptado. En eso sí que nos ha cambiado un poco, pero también era un poco hacia donde queríamos ir: viajar menos para ser más sostenibles.
—¿Qué planes de futuro tiene?
—De momento seguiremos disfrutando de las montañas en Noruega, que hay mucho por hacer. Veremos como está la cosa el año que viene para plantearnos otros retos.
—En sus inicios, ¿en qué momento supo que su afición se le había ido de las manos?
—Las montañas siempre han formado parte de mí. Desde que era niño, mis padres me llevaron a la montaña. Así aprendimos a conocerla y respetarla. Al final es algo natural, supongo que hubiera sido extraño que de repente me dedicara a otro deporte como, por ejemplo, el surf. No hubo un momento en que decidiera que iba a dedicarme a esto. Fue natural. A mí me gustaba la montaña y competir, y tuve la suerte que hubo patrocinadores que quisieron acompañarme.
—No puedo imaginarme lo machacado que tiene su cuerpo, pero también el equilibrio anímico. ¿Qué se satura antes?
—El cuerpo. Aunque en retos muy largos hay que tirar de la cabeza, que es la que te hace continuar cuando el cuerpo está fundido. Es muy importante también entrenar esa parte mental.
—Uno de sus mantras es el rechazo a la estancia en la ciudad y su prioridad no es, desde luego, ser social. ¿Es común a otros compañeros de actividad?
—No lo sé, la verdad. A mí me pasa, pero no sé si a otros también. Yo en la montaña es donde me siento a gusto, como en casa. Hay una parte de mí a la que sí le gusta socializar. He encontrado un equilibrio.
—Usted acumula todo el márketing y relaciones con los medios en apenas unos días para liberar el resto del año. ¿Lo siente como un peaje?
—Siento que es una parte de mi trabajo que tengo que hacer. Todos hacemos cosas que quizás no son las que más nos gustan, pero que sabemos que son necesarias. Experimentamos acumulando toda la promoción de un año en diez días y filmar el documental Inside Kilian Jornet, pero vista la experiencia y la locura que fue creo que no lo vamos a repetir je, je.
—¿No es paradójico que para disfrutar, y «vivir» de la naturaleza se dependa tanto de patrocinadores?
—Nuestro deporte es minoritario y los patrocinadores nos ayudan a poder tener una carrera deportiva en ese sentido. Se puede vivir de la naturaleza de muchas maneras, pero haciendo deporte de élite y dedicándonos a ello por completo, de momento, esta es la mejor opción. Al final, tengo la suerte de tener patrocinadores de largo recorrido con quienes hemos creado una muy buena relación. Ellos entienden lo que necesito como persona y deportista y me respetan mucho, y estoy agradecido por ello.
—Siempre decimos que el deporte de élite es insalubre. Otra paradoja, tratándose de la naturaleza...
—Sin duda. Me he dado cuenta, por ejemplo, de que yo compito en deportes de montaña y que he contaminado muchísimo ese mismo espacio para participar en competiciones. Creo que es algo que debemos cambiar, y cada día más estamos avanzando pasos en ese sentido. El nacimiento de la Fundación Kílian Jornet es uno de ellos. Es algo que creo que debo hacer más.
—¿En qué piensa cuando está camino de una cima?
—Normalmente, debes concentrarte en poner un pie detrás del otro y estar vigilante para no cometer errores. No es hasta que bajas que puedes ponerte a pensar.
—¿Normaliza acciones que para otros son excepcionales?
—Si. Siempre digo que hace más de treinta años que entreno y que quizás por eso hago las cosas que hago. A mí no me parecen arriesgadas, simplemente porque es mi terreno y es donde me siento cómodo y en control. Si me pusieras a 160 por la autopista... eso ya sería otra cosa. No querría arriesgarme, mientras que pilotos especializados sí que lo harían. Es cuestión de experiencia y conocimiento.
«Ir rápido ya no es mi prioridad»
Cada gesta de Kílian Jornet hace tambalear los pilares del deporte de naturaleza a nivel mundial. Campeón varias veces de las Series Mundiales de skyrunning, ultra running, kilómetro vertical, posee varios récords de ascenso-descenso de las alturas más importantes del planeta, incluido el Everest.
—¿Qué necesidad hay, o siente usted, de batir récords o establecerse retos inéditos?
—A mí me gusta buscar nuevas motivaciones constantemente. Hace unos años sí que me importaban las marcas de velocidad, pero ahora disfruto más planificando e intentando hacer un reto que no con el resultado en sí. Al final, ir rápido es una consecuencia del estilo con el que queremos ir a la montaña, pero ya no es mi prioridad.
—¿Se le ha perdido el miedo y el respeto al Everest?
—Yo siempre digo que a mí me parece muy bien que la gente vaya a la montaña y que se aficionen a ella. Creo, sin embargo, que hay que hacerlo de una manera respetuosa y consciente, y para ello debemos esforzarnos en que esta concienciación sea clara para todos. Hay que tener en cuenta también que el turismo de montaña supone una gran inyección económica para países del tercer mundo como Nepal, y que les ayuda a poder seguir adelante. No veo mal el turismo de montaña en sí, sino que intentaría mejorar las condiciones y la manera cómo se hace para respetar la montaña.
—¿Por qué vive en Escandinavia? [su esposa es Emelie Tina Forsberg, atleta sueca especializada en skyrunning].
—Escogimos Noruega porque queríamos un lugar con montañas grandes y desconocidas y salir un poco del valle de Chamonix [en el Mont Blanc francés], donde habíamos vivido durante diez años. Noruega es espectacular, y no me canso ningún día de explorar sus montañas.
—¿Concibe un entorno para su hija que no sea el deportivo y de montaña? ¿Qué capacidad de elección tendría?
—Ella podrá escoger lo que quiera ser y donde quiera estar. Nosotros intentaremos darle el máximo de opciones para que así sea, aunque de manera natural pasará mucho tiempo en la montaña con nosotros, porque es donde estamos.