Definición perfecta de hombre gol, el delantero del Bayern acumula tres lustros acudiendo puntual a su cita con los máximos goleadores del continente
18 dic 2020 . Actualizado a las 09:59 h.Por culpa de los dos gigantes de nuestro tiempo —uno, argentino; el otro, portugués—, es fácil perder la perspectiva. Basta un repaso al catálogo de nombres ganadores de los premios a mejores jugadores del mundo —llámenle Balón de Oro, The Best o FIFA World Player— antes de la irrupción de Messi y Cristiano Ronaldo para recuperarla. Verán que el fútbol y la vida son altibajos. Rivaldo, Kaká, Ronaldinho, Cannavaro, Weah, Figo, Nedved, Owen o incluso Ronaldo. No fueron los mejores todo el rato. Todos tuvieron años malos que favorecían el turnismo y la expectación ante quién recibiría el galardón.
Sin embargo, Robert Lewandowski (Varsovia, 1988) lleva metiendo goles toda la vida. Él no es de altibajos y solo el márketing y el relato de la rivalidad entre dos de los mejores jugadores de la historia ha eclipsado una curva de rendimiento que es una constante. De sus últimas quince temporadas, solo en su primera campaña con el Borussia de Dortmund tuvo unas cifras mediocres de cara a portería con 8 goles en 33 partidos en la Bundesliga. Un mal año para el jugador que ya venía de ser pichichi en la liga polaca.
En aquel curso 2010-2011 de su estreno en Alemania, un par de directores deportivos de equipos de media tabla de la Liga española respiraron aliviados. Aquel joven jugador polaco, según dicen, había sido ofrecido en verano en Gijón y Zaragoza, pero pedían demasiado por él. Se fue a Dortmund.
La temporada siguiente anotaría 22 goles. Y la siguiente 24 dianas llevando a su equipo a la final de la Liga de Campeones que el Borussia acabó perdiendo ante el Bayern, equipo por el que acabaría fichando en el año 2014 para acabar consagrándose como un delantero de 40 goles por temporada. Tirando por lo bajo. Ha tenido que marcar 55 el año pasado para poder, por fin, llevarse un reconocimiento de este tipo.
Tradición y modernidad
En la época del falso nueve, Robert Lewandowski es la reivindicación más radical del hombre gol. Desempeñándose en Alemania ha labrado una carrera brillante. Es un 9 puro que, sin embargo, ha sabido no quedarse obsoleto. Basta con ver su espectacular físico para darse cuenta que el punta no fía todo a su olfato.
Con su selección —tradicionalmente a la sombra de Alemania— todavía no ha obtenido logros sobre el verde. Quizás sí en lo simbólico. Cuando Lewandowski llegó a Alemania, la Mannschaft se había proclamado campeona del mundo en Brasil con el mejor jugador polaco de los últimos años, Lukas Podoloski, en sus filas, aferrado a los orígenes alemanes de sus abuelos para jugar con esa selección. Lewandowski no y con su fútbol ha sacudido los complejos de un país como lleva sacudiendo las redes de las porterías del mundo más de 15 años.