Inoperante desde su llegada, ante el Almansa tuvo un papel destacado en la victoria
16 abr 2021 . Actualizado a las 21:45 h.Con Kevin Larsen menos decisivo que de costumbre, Aboubacar apagado y Kacinas impreciso, Diego Epifanio recurrió a su comodín mexicano para ayudar al inspirado Iván Cruz a poner orden en la zona cuando más comenzaba a enredarse el partido para el Río Breogán en la cancha del humilde Afanion Almansa. Israel Gutiérrez no solo no defraudó a su técnico, que le había dado muy poca bola en compromisos anteriores, sino que se erigió, junto a su socio en el poste bajo, en uno de los artífices de la remontada y el despegue del equipo lucense al término del tercer cuarto y en el arranque de la última manga.
El internacional azteca acumuló en solo ocho minutos ante el colista unos registros que superan la suma de los firmados en los cinco partidos anteriores, en los que había pasado prácticamente desapercibido y en algunos incluso ni tuvo opción de saltar al parqué. 8 minutos, 6 puntos, 6 rebotes y 11 créditos de valoración. Esta fue la tarjeta que dejó Iván Gutiérrez en tierras manchegas en su primera actuación de mérito con la elástica del Río Breogán, al que se incorporó a finales de febrero cuando la liga regular estaba a punto de concluir. El pívot mexicano aterrizó en Lugo en un discreto estado de forma y muy lejos de su mejor nivel, de ahí su bajo rendimiento en sus primeras intervenciones.
En su debut como breoganista ante el Cáceres, en la última jornada del campeonato regular, disfrutó de ocho minutos en los que solo tuvo tiempo de anotar 2 puntos y recoger un par de rebotes. Ante el Granada, ya en la segunda fase, su aportación fue similar (10 minutos, 2 puntos y 0 rebotes), mientras que en la derrota en la cancha del TAU Castelló su contribución fue de 1 punto y 1 rebote en 12 minutos sobre la cancha. En vista de su casi nula aportación, Diego Epifanio prescindió de él en la cancha del Palma y en la visita del HLA Alicante al Pazo.
Y seis partidos después, Israel Gutiérrez emitió señales de vida y dio el primer paso para convertirse en un jugador importante en el Río Breogán, al que se incorporó cargado de ilusión y rechazando mejores ofertas. «Hice un esfuerzo económico, pero no todo en el deporte es económico; tenía mucha ilusión en venir, conocer otro tipo de baloncesto y estoy agradecido por haberme abierto las puertas», había declarado en su presentación el pívot internacional mexicano de 2,08.