Gerardo Seoane, entrenador del Bayer Leverkusen: las respuestas
a los porqués estaban en el banquillo

DEPORTES

MARTIN MEISSNER

El club alemán le ha pedido al exdeportivista, de origen gallego, que le devuelva a la élite

20 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un gallego de Suiza, que se hacía demasiadas preguntas antes de saltar al césped. Los que lo conocieron apenas siendo un adolescente sostienen que se le veía venir. El propio Gerardo Seoane (Lucerna, 1978) lo corrobora: «Siempre me pregunté el porqué».

Así era desde su etapa en el Deportivo, con gran presencia en el Fabril, en pleno cambio de siglo. El hijo de aquel matrimonio de carballeses que emigraron a Suiza en busca de un futuro mejor regresaba a casa como una de las grandes promesas del fútbol gallego (el Deportivo pagó por él 150 millones de pesetas y le puso una cláusula de rescisión de 1.500). No salió como esperaba y Seoane acabó completando su ciclo vital retirándose en el Lucerna tras dos décadas de notable trayectoria.

Sin embargo, su querencia era al banquillo. No como suplente, sino como titular del banco. Entrenar le apasionaba. Primero, a los juveniles, incluso cuando todavía era futbolista. Pronto accedió al timón del primer equipo y, de ahí, al Young Boys, donde trasladó su visión del fútbol, ofensiva, agradable, panorámica. Sacudió los cimientos del establishment suizo. La Superliga solo había conocido dos ganadores: el Basilea y el Zúrich. El Young Boys no era campeón nacional desde 1986. Hasta que llegó este gallego, en el 2018, para afianzar una inercia iniciada con el título del año anterior, y que dura hasta ahora.

Pero ahora, a Gerardo Seoane le han encomendado la tarea de instalar en lo más alto de Europa a uno de los clubes con más abolengo de Alemania: el Bayer Leverkusen. Por supuesto, aceptó el reto.

El perfil de Xavi Hernández

«Creo que podrá estar a la altura, y posee la calma suficiente para transmitirlo. Era de ese tipo de jugadores que no te extraña después verlos de entrenadores, por su forma de entender el fútbol, la manera en que hablaba durante el partido, la posición en la que jugaba... es un perfil parecido al de Xavi. Ha hecho temporadas fantásticas en el Young Boys», avanza Dani Mallo, uno de los que coincidió con Seoane en aquel Fabril. También hace hincapié sobre la realidad del deporte profesional. «En el fútbol mandan los resultados. Igual que en aquel momento era muy difícil subir al primer equipo, había muy pocas opciones y él se vio arrastrado por eso», matiza antes de destacar la unidad de aquel grupo.

A Gerardo Seoane le dirigieron en aquel momento Carlos Ballesta, Javier Irureta y Tito Ramallo, en su primer año como primer técnico del Fabril. Este último le describe como «un chico tranquilo». «Llegó con muchas expectativas, era joven y prometedor, un mediocentro de calidad y talento, aunque un poco frío», recuerda.

Coincide con Dani Mallo en que «era muy difícil hacerse un hueco en el Deportivo y sufrió con la adaptación de tener que estar subiendo y bajando constantemente; no podía estar sin jugar y también fue un año complicado en el Fabril». Más adaptado en el segundo año, Seoane mantuvo las expectativas y ya ejercía como capitán. «Era de los veteranos de poso, en un equipo con muchos juveniles», describe.

«Había que persuadirle»

«Hay gente que tiene predisposición para entrenar, por su comprensión del juego más allá del disfrute del mismo. Pasan los años y te interesas más por conocer el juego. A algunos les sucede antes. Y a Seoane había que persuadirle de lo que querías hacer, buscaba el porqué de las cosas. Era un jugador reservado», explica Ramallo, que cree que le avalan las buenas temporadas en el Young Boys. «Tiene una forma de ver el fútbol muy combinativa, ofensiva, fundamentando su juego en el balón. Pero aunque hay muchos españoles entrenando fuera, el poso español de Seoane solo lo vemos nosotros. Él volvió adonde se crio y formó como persona y futbolista. Venir a A Coruña fue como un paréntesis en su trayectoria», concluye el técnico.

«Ser técnico es la continuidad de su modo de ver el fútbol, combinativo y ofensivo»

También lo conoce bien José Manuel Aira. No solo por haber coincidido en aquel vestuario fabrilista, sino por su etapa posterior como entrenador del equipo francés Sochaux-Montbéliard. Aira aprovechaba la cercanía suiza para empaparse del fútbol del país centroeuropeo y de las evoluciones de sus entrenadores. Entre otros, Gerardo Seoane. «Ser entrenador es solo una continuidad de su modo de ver el fútbol. Deja la práctica joven y en sus últimos años ya tiene esa mentalidad y vocación», analiza Aira. «Todo le sucede muy deprisa, el salto al primer equipo del Lucerna y el éxito, el siguiente salto a uno de los dos mejores equipos de Suiza y los hitos como arrebatarle la liga al Basilea, la Champions y una buena fase de grupos, incluido el partido contra el Valencia. Todo ello, más su excelente relación con los responsables del Bayer, son circunstancias que le han abocado al banquillo del Leverkusen», relata.

«A Gerardo Seoane le avala su trabajo en la liga suiza, aunque no sea una de las tres grandes. La conozco bien y es competitiva, y con buenos futbolistas que acaban brillando fuera. No lo ha tenido sencillo y lo hizo bien hasta en la eliminatoria contra el Dinamo de Zagreb, el mejor equipo de un país potente futbolísticamente, como Croacia. Hizo las cosas bien con el Young Boys, un buen trabajo basado en el conocimiento», elogia.

Dominador o dominado

Aira recuerda que Seoane era «un futbolista que se manejaba bien en la posición de 6 o de 8, con gusto por el fútbol combinativo y una buena visión de juego. Siguió optando por eso en el Young Boys, que en Suiza es un equipo dominador y que somete a sus rivales a través del juego combinativo. ¿Podrá hacerlo en el Bayer? No lo sé. Está en la zona media alta de la clasificación, lo que significa que se verá sometido por algunos rivales y con la obligación de someter a otros».

«Su idea irá por ahí. En Alemania tendrá un proyecto largo, con capacidad y tiempo para trabajar», concluye.