
Un error grosero del portero reavivó el debate y puso a España contra las cuerdas, pero el cuestionado delantero apareció en la prórroga para decidir
28 jun 2021 . Actualizado a las 21:55 h.Los extremos, a veces, se tocan en el fútbol. Unai Simón y Álvaro Morata, los dos jugadores más alejados en el campo de la selección española, fueron ayer vasos comunicantes. El portero del Athletic cometió un error grosero en una cesión marcando en propia meta, una jugada que reavivó el debate nunca cerrado desde el adiós de Casillas sobre la portería de España y puso la eliminatoria de octavos patas arriba. Sin embargo, un centenar de metros más arriba y muchos minutos después, en la prórroga, Morata, otro futbolista bajo la lupa, marcó el 3-4, el gol que decantó un partido loco. Fue su mejor manera de reivindicarse, salvando a Unai y reclamando con hechos la titularidad.
Unai Simón firmó dos intervenciones decisivas en el partido ante Croacia. Las dos (una en la segunda mitad y otra al inicio de la prórroga) con sendos disparos a bocajarro a los que respondió con reflejos e intuición bajo palos, negando el gol a los ajedrezados. Pero sus buenas paradas no puede tapar la cantada de la Euro. A la altura de la cometida por el portero de Eslovaquia en Sevilla. Con la selección española volcada en el arranque de partido, Pedri buscó un pase de seguridad ante la presión croata en medio campo, pero Unai Simón comenzó a pensar a quién le iba a entregar el balón antes de pararlo, y tras tocar en la parte interior de su pie derecho, el esférico se introdujo en la portería de la selección española. El vasco se quedó paralizado y helado y les dio alas a los balcánicos, hasta entonces un grupo de jugadores detrás del balón.

Un borrón más en la historia negra de la portería de la selección. Ni De Gea ni Kepa han conseguido sobrevivir al mal fario desde los tiempos de Casillas y aunque Luis Enrique no lo diga, sus hechos sitúan a Unai como el titular para esta Eurocopa.
Por eso a nadie le extrañará que el alavés sea titular en el partido de cuartos, un encuentro que España disputará en buena medida gracias a Morata, que al fin encontró el camino del gol. En el momento más importante, la prórroga de una eliminatoria de un gran campeonato, y después de fallar de nuevo un buen puñado de oportunidades. Pero ante la zaga croata pudo ejercer de matador. Le ganó la espada al central, controló un delicioso centro medido y sacó de su bota una volea con la izquierda que se alojó en el fondo de las mallas. La mejor manera d de soltar toda la tensión de un Euro que le venía torcida y salvar los muebles del portero. El eterno señalado.
