Enmanuel Reyes frente a Julio César La Cruz: el hombre que lo «obligó» a salir de Cuba
DEPORTES
El púgil hispanocubano luchará en los cuartos de final por meterse entre los cuatro medallistas de semifinales
30 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Enmanuel Reyes enfila los cuartos de final sin rastro de nervios. Se enfrenta en el plato fuerte de la jornada de boxeo (12.54, Eurosport) a Julio César la Cruz, la Sombra, campeón olímpico en -81 kilos en Río 2016 y el responsable de que Reyes compita hoy representando a España.
Años atrás, cuando Enmanuel todavía vivía en Cuba, le tocó enfrentarse a La Cruz, cayendo en varias ocasiones. Allí, el país solo le brindaba la oportunidad de luchar internacionalmente a uno de los dos, y se la otorgaron a Julio César. Ante esta limitación, Reyes decidió buscar otras opciones lejos de su país natal. La encontró en Galicia, y gracias a ello hoy tendrá la oportunidad de demostrar que en Cuba no había plazas suficientes para la cantidad de talento boxeador que allí se cultiva. Conoce a su rival, pero no encara la pelea de una manera especial, a pesar de su pasado frente a él: «Cuando peleamos allí, yo no tenía experiencia, algo con lo que sí cuento ahora», declara Reyes. Sin ninguna duda, dice: «La rivalidad que tengo con él es estrictamente deportiva, no hay nada más. La gente lo quiere llevar a lo político, pero lo importante es lo que ocurra en el ring». Sobre este enfrentamiento de cuartos de final, el púgil hispanocubano está seguro de que «será una pelea muy bonita, muy técnica. Tendré que trabajar para buscar puntos débiles».
La Cruz era un boxeador de categoría -81 kg; ahora, ha subido hasta -91 kg. Enmanuel no considera que este cambio le de ventaja a él, que está más que acostumbrado a ser un peso pesado, y sabe que la forma de pelear de La Cruz no ha cambiado: «Cuando un boxeador se planta en el ring con una cabeza y dos manos, la probabilidad de ganar es la misma para ambos», asegura Reyes. Sí ha cambiado su forma de pelear, dice, pues desde que salió de Cuba desarrolló un nuevo boxeo, nuevas técnicas, nuevas tácticas, y sobre todo ganó experiencia; un factor fundamental para el residente en A Coruña «Estamos mejor que cuando no estábamos rankiaos».
La rutina entre peleas
El KO frente al kazajo Vassily Levit no influye en la motivación del boxeador, pues «si no hubiese sido un KO estaría igual de contento, porque hice una muy buena pelea». Aquel choque casi no tuvo consecuencias, tan solo un pequeño golpe en el ojo, pero ahora se encuentra en perfectas condiciones.
«El trabajo ya está hecho, y me refiero a que lo venimos haciendo desde hace tiempo. Estos días también es importante descansar, entrenar y volver a descansar; lo que me trajo hasta aquí fue la preparación anterior a los Juegos», dice Reyes. Está sereno, mentalmente tranquilo y motivado, sin dudar de que seguirá dándolo todo en el cuadrilátero. «Eso de los nervios se me fue en el Preolímpico, ahora me enfrento a las peleas como otras cualquiera», comenta. Estoy seguro de que puedo conseguir el oro. Conozco a todos mis rivales; ya sé lo que es ganarles a casi todos y si lo doy todo, que lo haré, podré conseguirlo.
Un jugador de equipo
El hispanocubano habla siempre en plural, en lo que se refiere a la competición olímpica. Considera que los tres boxeadores que están allí son un equipo. «Los tres que estamos aquí somos uno, y hablo en plural porque soy una persona a la que le gusta ayudar», dice Enmanuel.
Su hambre por «arrancar cabezas» es evidente y, desde luego, su optimismo también. Ambos factores, combinados con su afán de trabajo en equipo, podrían estar presentes en más de una categoría boxeadora. En peso mosca (-52 kilos), donde Gabriel Escobar busca continuar avanzando también en cuartos de final, y en peso semipesado (-81 kilos), categoría en la que el hispanorruso Gazi Jalidov se mantiene vivo, en la misma ronda. «Dios sabe por qué hace las cosas», confía Reyes, inspirado por la divinidad, siempre presente con él en el ring.
«Vamos a callar bocas, el que ofende desea lo que tengo»
El enfrentamiento de hoy ha levantado expectación dado el pasado de estos dos púgiles, que se asemeja al argumento de una película. No está aislado de las redes y los medios, pero tampoco le da mucha importancia a lo que puedan decir de él, de su marcha de Cuba o de su pasado con La Cruz. «Vamos a callar bocas, no me voy a ofender con lo que digan de mí; el que ofende lo hace porque no tiene lo que tengo»,