El español pide disculpas públicas a su equipo por el pilotaje que le apartó del GP de Austria y ahora la marca japonesa deberá decidir sobre su futuro inmediato
14 ago 2021 . Actualizado a las 19:16 h.«Fue un momento de frustración muy grande. La primera carrera fue perfecta y había entrado con fuerza, pero luego todo se torció y fue una explosión de frustración que no supe canalizar de la mejor manera y por eso tengo que pedir excusas a Yamaha, pero la frustración fue tan grande que no la supe gestionar». Con estas palabras, Maverick Viñales pedía disculpas a Yamaha en los micrófonos de la televisión italiana Sky, en el último capítulo de la tensa relación entre piloto y marca que detonó el jueves cuando Yamaha anunció que el español no iba a competir este fin de semana, una suspensión que desde el principio ha sonado a fin del vínculo que a ambos les une.
En esa nota, la casa nipona acusaba a Viñales de haber hecho una maniobra intencionada en su moto que podría haber dañado el motor y ocasionado problemas tanto a su montura como a él mismo, e incluso al resto de la parrilla. Una valoración un punto exagerada, como apreciaba Valentino Rossi este viernes. «Seguro que ha sido un gesto feo, pero no me parece para tan extremo», apuntaba el italiano, que representa los mismos colores que el español, y que este sábado fue aún más contundente en la defensa de su excompañero de equipo: «Creo que hoy ha dicho lo que tenía que decir, que estaba frustrado, pero que no quería causar un mal. Son cosas que se pueden entender y ha pedido disculpas. Yo creo que probablemente podrá volver a correr en la próxima carrera, algo que sería mejor para todos».
Un pensamiento al que se unió Marc Márquez, que nunca ha tenido una gran relación con Viñales. «El comportamiento que tuvo la semana pasada lógicamente a Yamaha no le pareció bien, se puso en peligro a él mismo porque pueden pasar cosas graves si pilotas una MotoGP al límite. Pero aparte de todo esto creo que ha hecho lo correcto, creo que lo más lógico es que en Silverstone vuelva a estar en pista con Yamaha y acabe la temporada, y yo si fuera él intentaría acabar con una buena relación dentro de lo que se pueda ya que nunca se sabe en un futuro, es muy joven y tiene una carrera larga por delante y todas estas acciones te pueden penalizar en un futuro, así que si él ha rectificado creo que es bueno y seguramente lo tendrá en cuenta para el futuro».
Esto, una corriente de opinión favorable para sus intereses, es un elemento que podría ayudar al de Roses en su litigio con Yamaha, casa desde la que han reconocido que aún no han tomado una decisión en firme sobre el futuro inmediato del que todavía es su piloto, y que estos días ha cumplido con su obligación de acudir al circuito y de estar en él durante todas las horas de competición. «Es una frustración que viene de muy atrás y es lo que más triste me pone, los últimos días han sido muy complicados de gestionar para mí e insisto en pedir perdón a Yamaha porque verdaderamente no quería comportarme así. Respeto mucho su decisión y por ahora soy piloto de Yamaha y tengo que aceptar sus decisiones como son y punto», sentenciaba Viñales, protagonista inesperado de este Gran Premio de Austria.