La taekuondista moañesa se proclamó campeona de europa sub-21
05 sep 2021 . Actualizado a las 15:54 h.Con 17 años dejó el club Hebe de Moaña para convertir el taekuondo en su forma de vida. Hizo las maletas y se marchó a Barcelona. El Centro de Alto Rendimiento se convirtió en su nuevo hogar. Cuatro años después reconoce que el cambio le sirvió para madurar «porque no te queda otra cuando sales de casa tan pronto», pero a la vez, «me siento más libre». «Me tocó muy joven, pero me adapté bien», admite.
Antes de dar el paso, Tania Espiñeira (Moaña, 2001) tenía serias dificultades para encontrar alguien con quien entrenar. La gallega compite en más de 73 kilos. Un motivo más para trasladarse a Barcelona. Estar en el meollo le permite viajar a las competiciones sin tener que preocuparse de disponer de financiación para pagarse cada viaje. «En mi club siempre tuve muchas facilidades para entrenar, pero me llegó la oportunidad y no me lo pensé», aclara.
Estudia un ciclo medio de actividades físico-deportivas, pero su cabeza está en el tatami. Apenas le queda tiempo para venir a Galicia. «Solo en vacaciones», asegura, y a la vez afirma que «lo echo de menos, pero estar aquí me permite estar centrada. Ser mayor».
La última vez que arribó en la localidad de O Morrazo fue con el oro colgado al cuello que le otorgó el Europeo sub-21. Tallin (Estonia) fue la sede del campeonato. Una plata en el 2018 y un bronce en el 2019 le habían dejado una espinita clavada que estaba deseando arrancarse. Era su último campeonato continental como sub-21. Y no quería quedarse con las ganas. «Mis expectativas eran únicamente: quiero el oro. No había otra opción», dice con la seguridad de una campeona.
«Me había sacrificado todo el verano. Mientras el resto estaba de vacaciones, yo iba al gimnasio por la mañana y por la tarde hacía taekuondo. No me conformaba con otra cosa que no fuera ganar», reflexiona Tania. Y así como se preparó, lo ejecutó. En sus dos primeros combates demostró todo lo que había trabajado venciendo con sendas exhibiciones. La semifinal costó un poco más, pero con una acción al casco se plantó en la final. Allí le esperaba un vieja conocida, la rusa Kristina Adebaio. «Nos habíamos enfrentado varias veces en cadete y júnior y siempre era ella la que acababa subiendo al podio», recuerda. Pero esta vez cambiaron las tornas. Ninguna de las dos quiso arriesgar y por eso fue tan igualado. «Empatamos en el último asalto y tuvimos que ir al punto de oro. Logré dos acciones de puño y llevarme el combate», relata. Objetivo cumplido.
Pero sin tiempo para descansar. Tania Castiñeira ya trabaja para competir en el Open de Polonia del próximo día 10 y en la Copa Presidente de Europa. Una serie de abiertos internacionales que dan comienzo al ránking olímpico. Su siguiente objetivo, ya centrada en la categoría absoluta, es sumar puntos para meterse en puestos de Grand Prix y «luchar con las mejores».