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Djokovic insiste en que no se vacunará y asume su ausencia en los grandes: «Es el precio que estoy dispuesto a pagar»

P. A. L.

DEPORTES

Djokovic, dispuesto a sacrificar la temporada de tenis si le obligan a vacunarse contra el covid
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Atlas

El serbio rechaza a la BBC su negacionismo, pero defiende su libertad individual: «Nunca estuve en contra de la vacunación». «Mis principios sobre qué introducir en mi cuerpo son más importantes que ningún título», reitera

15 feb 2022 . Actualizado a las 12:26 h.

Novak Djokovic no tiene previsto vacunarse y asume las consecuencias que su decisión tiene para su carrera como tenista, sobre todo las complicaciones que entraña en su pelea por convertirse en el tenista con más grandes de todos los tiempos. En declaraciones a la BBC, el todavía número uno del mundo se desmarca del movimiento antivacunas y liga su decisión a la defensa del derecho a decidir por sí mismo y a una elección individual. «Nunca estuve en contra de la vacunación, pero yo siempre he apoyado la libertad de qué te metes en tu cuerpo», asegura. 

En estos momentos, su negativa a vacunarse le impide entrar en Francia para disputar Roland Garros y en Estados Unidos para competir en el US Open, dos de los cuatro grand slams, mientras que podría permanecer hasta tres años sin pisar Australia (donde se disputa otro) después de haber sido expulsado del país por su peligro para la salud pública por su utilización como símbolo antivacunas. «Sí, es el precio que estoy dispuesto a pagar». 

Djokovic, que no compite desde el pasado año, confía en que los requisitos para acceder a determinados países y jugar algunos torneos cambien «para poder jugar muchos más años». De entrada no podrá disputar en marzo la cita de Indian Wells, en California. Pero en ningún caso asumirá vacunarse por la pérdida de oportunidades que su decisión implica para ampliar su palmarés de 20 grand slams, los mismos que Roger Federer y uno menos que Rafa Nadal, reciente campeón en Australia. «Mis principios sobre qué introducir en mi cuerpo son más importantes que ningún título ni cualquier otra cosa. Intento estar alineado con mi cuerpo tanto como puedo», añadió en su primera entrevista tras su expulsión de Melbourne. 

El tenista serbio, de 34 años, defiende que tiene la suficiente información sobre el coronavirus y la vacunación. «Siempre he sido un buen estudiante del bienestar, la salud y la nutrición», asegura, y atribuyó su mejoría de rendimiento en las últimas temporadas a aspectos como su cambio de dieta y su cuidado de sus rutinas de descanso y sueño.

En todo caso, Djokovic se declara con la mente abierta sobre la posibilidad de vacunarse en el futuro «porque todos, colectivamente estamos intentando encontrar la mejor solución posible para terminar con el coronavirus». E insiste en rechazar su papel como negacionista, pese a sus declaraciones de los últimos años. «Yo nunca estuve contra la vacunación. Yo entiendo que a nivel global todos estamos haciendo un gran esfuerzo para derrotar al virus y vemos, afortunadamente, un pronto final para este virus», razonó.

El tenista serbio, que insiste en carecer de información suficiente sobre la vacuna, se contagió en dos ocasiones: la primera, en la primavera del 2020, después de organizar un polémico circuito en su país sin apenas medidas sanitarias, y del que salieron varios tenistas contagiados; la segunda, el pasado mes de diciembre, el motivo por el que pretendía conseguir una excepción médica para acceder a Australia y disputar el primer grande del año.

Alrededor de la veracidad de la documentación con la que pretendía respaldar este segundo contagio, se generó también una intensa polémica. «Entiendo que haya muchas críticas y que la gente salga con diferentes teorías sobre la suerte que tuve o lo conveniente que es», indica sobre su enfermedad. Y añade: «Nadie tiene la suerte y la conveniencia de contraer el coronavirus. Millones de personas sufren el covid y todavía están luchando contra él en todo el mundo. Así que me lo tomo muy en serio, realmente no me gusta que alguien piense que he hecho un mal uso de algo o en mi favor propio, para, ya sabes, obtener una prueba de PCR positiva y así poder ir a Australia», asegura Djokovic.

La propia BBC publicó a principios de febrero las incógnitas que rodeaban la documentación aportada sobre el positivo de Djokovic el pasado mes de diciembre, extremo que el tenista niega.

Durante su detención en Melbourne, las autoridades serbias criticaron con dureza el trato al que el tenista estaba siendo sometido, hasta terminar expulsado del país. «Estuve realmente triste y decepcionado con la forma como todo terminó para mí en Australia. No fue fácil», añadió sobre dos semanas en las que incluso se generaron disturbios en Melbourne por las críticas contra su detención. 

La llegada de Djokovic a Australia estaba respaldada por la organización del primer grand slam del año, pero no tenía el beneplácito del Gobierno del país. En todo caso, el tenista mintió, como mínimo, en la documentación presentada, al asegurar que no había viajado durante los 15 días previos a su desplazamiento a Melbourne, pues había estado en Serbia y en España antes de volar a Australia vía Dubái. «El error en la declaración para el visado no fue deliberado, en absoluto. Fue aceptado y confirmado por la Corte Federal», se defendió.

Al mismo tiempo recordó que no fue ese el motivo de su expulsión del país, sino la decisión del Gobierno de declararlo un peligro para la salud pública por su papel como símbolo antivacunación. «Lo que la gente probablemente no sabe es que no fui deportado de Australia porque no estaba vacunado, o que rompí alguna regla o que cometí un error en la declaración de mi visado. Todo eso fue aprobado. La razón por la que me deportaron de Australia fue porque el ministro de Inmigración (Alex Hawke) usó su discreción para cancelar mi visado debido a su percepción de que podría crear un sentimiento antivacunas en el país o en la ciudad, con lo que no estoy de acuerdo», matizó.