Sara Álvarez sigue cosechando éxitos fuera del tatami

DEPORTES

OSCAR CELA

Inmersa en la recuperación de su última lesión de rodilla, la yudoca lucense no descuida su faceta como entrenadora de nuevas perlas

18 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis y Sara se conocen desde que él tenía cuatro años. Con esa edad, Luis Ángel Cernuda Santamarina (Lugo, 2005) empezó a practicar yudo como actividad extraescolar tras las clases. Allí conoció a Sara Álvarez e Iván Carballeira. Sus profesores. Dos personas que se acabarían convirtiendo en mentores y casi miembros de su familia. Sara comenzaba entonces a hacer sus primeros pinitos como instructora y Luis, a descubrir lo que se acabaría convirtiendo en su pasión. Los años fueron pasando y, con el salto al instituto, Luis Ángel también cambió los entrenamientos en el colegio por el club Judo Lugo. Pero siempre con Sara e Iván al lado.

La docencia fue la tabla de salvación de Sara en medio de las tres lesiones que truncaron la carrera de la yudoca lucense en su persistente camino a los Juegos Olímpicos. Una luxación completa de rodilla y una segunda rotura de ligamentos cruzados en la misma pierna supusieron dos grandes baches para Sara Álvarez. Consiguió recuperarse a base de esfuerzo. En la vuelta a la élite y a un paso de la cita olímpica de Tokio, una lesión en los ligamentos de la pierna derecha cuando peleaba por el billete hacia Japón en el Mundial de Budapest la volvió a dejar fuera de su sueño y le condenó a repetir el infierno que bien conoce.

En ese camino hacia la recuperación y «todavía con dolor», mata el gusanillo del tatami con las clases en el gimnasio. «Las clases las da Iván porque yo todavía no puedo hacer nada de yudo. Me encargo de planificarlas. No quiero arriesgar», afirma la yudoca.

Mientras, poco a poco, vuelve a la actividad, se centra en la formación de las nuevas generaciones. El relevo del yudo gallego. Luis Ángel es una de esas perlas. Su talento le llevó a colgarse la medalla de bronce el pasado mes de diciembre en el Campeonato de España cadete. «Sabía que lo podía hacer muy bien porque es muy bueno, pero veníamos de un año prácticamente sin competir y no sabíamos como estaban el resto de rivales a nivel nacional. Fue una pena el último combate porque fue de tú a tú y al final perdió en la técnica de oro», recuerda Sara.

Pero no fue un camino fácil para él. «Soy bastante dura y exigente con los alumnos. Estoy bastante encima de ellos para que se esfuercen y se entrenen bien», reconoce Sara. Algo que, aunque Luis percibe, no le molesta. «Nos trata como una familia. Ahora la estamos ayudando con la lesión. Si estamos todos unidos va a ser más ameno para todos», afirma Luis. Con entrenamientos de lunes a viernes que compagina con sus estudios de 2.º de Bachillerato, a sus 17 años está muy centrado en lo que quiere. «Me gustaría estudiar INEF, pero no sé donde aún», afirma Luis Ángel de cara a su salto a la Universidad el próximo curso.

La pandemia de covid ha golpeado duro a las competiciones. Aún sin un calendario claro en el que centrar su preparación, el trabajo no para. Tras una concentración en A Coruña y otra en el centro de alto rendimiento de Valencia con el club para seguir formándose, le espera un año lleno de cambios.

Un año para adaptarse al cambio de categoría

Luis Ángel se colgó la medalla bronce cadete en la categoría de menos de 50 kilos. Con la nueva temporada dará el salto a júnior y, con ello, al cambio de peso. «Paso al de menos de 60», afirma. Un avance importante para el que ya se está preparando. El hecho de que todavía no tenga un campeonato a la vista en el que centrarse no le resta motivación. Lo califica como un año de transición. «Tengo que adaptarme a la nueva categoría, al peso y a coger experiencia», recalca el deportista lucense.

Un tiempo en el que Sara aprovechará para recuperarse y seguir desplegando todos sus conocimientos sobre yudo a las nuevas generaciones. Eso sí, la lucense deja claro que todos sus alumnos son iguales y que no siente predilección por ninguno. Un éxito al trabajo de todos y para todos.