Cebo, lance ligero y mosca, principales métodos de captura en los ríos gallegos

PABLO GÓMEZ CUNDÍNS
Periodista con más de dos décadas de experiencia en información deportiva y gastronómica.

Sostienen algunos que el arte en Galicia se posa en la tierra en forma de lluvia, pero no es menos cierto que la esquina noroeste de la península ibérica es un corazón cuyos mil vasos sanguíneos tomaron cuerpo fluvial. Esos ríos condicionaron la vida de los gallegos desde tiempos inmemoriales. Su arte fue el de la captura del alimento piscícola, hoy también práctica deportiva con un alma similar. Cada pescador fue adaptando su técnica y es habitual que se autoidentifiquen en función del arte («eu son de mosca e o meu pai, de cebo, e teño un amigo que é de varal, pero iso xa é máis ambigüo», afirma uno de los deportistas que disfrutan de esta actividad).

Estas son las que más calaron entre los gallegos:

PESCA a CEBO

Natural, un indicador sociológico

Si duda, el primer ser humano que pescó lo hizo utilizando un cebo. En el mar es la modalidad mayoritaria (aunque el pescador ya suele acudir a establecimientos donde lo suministran, por falta de tiempo para recolectarlo en las orillas costeras). En Galicia, más de la mitad de los pescadores continentales con licencia utilizan el reclamo natural. La lombriz es el dominante en la comunidad gallega (en León lo era la gusarapa), porque fue siempre el más accesible para una población mayoritariamente rural. La lombriz (miñoca) de braña es la más requerida, pero también se utiliza la americana (roja californiana) y la anillada (típica en las aldeas gallegas). Está en retroceso en su uso tradicional porque los pescadores de entornos urbanos carecen de acceso sencillo al cebo, y solo les queda acudir a los puntos de venta.

Pesca a floreo o varal

Se usa una caña de pulso, desnuda, sin anillas (artesana de bambú de unos cuatro metros, o moderna de fibra de carbono de hasta siete metros, y apenas unos gramos de peso; antaño se utilizaban cañas de canaveira —caña— y avellano), con un sedal muy corto y un anzuelo grande. Se utiliza como cebo el besbello (larva de la libélula) y el saltamontes, entre otros.

Prohibidos: huevas y peces

Los peces no se pueden utilizar como cebo, ni vivos, ni muertos ni troceados, para no alterar el equilibrio del ecosistema fluvial en el que se practica la pesca.

Lance Ligero

Cucharilla o rapala

Las dos modalidades de lance ligero han calado entre los pescadores debido al éxodo de la población hacia entornos urbanos. Son señuelos ligeros, de uno o dos gramos de peso, muy delicados.

La cucharilla es el claro ejemplo de cómo la naturaleza condiciona la técnica elegida. No es lo mismo pescar en un riachuelo de montaña que en el ancho Miño. Requiere conocimiento del entorno y pone a prueba las habilidades del pescador, para colocarla entre el ramaje, para que caiga en la postura idónea en la que come el pez. Cuando el río se cierra de vegetación, esta arte no es funcional.

Es un señuelo semiartesanal, troquelado de varias piezas de latón que se montan por medio de un alambre. Pueden tener tonalidades cobrizas, plateadas o doradas, para usarlas en función de la turbidez del agua (color plata para aguas turbias para crear contraste y negro en las claras, para que pase inadvertida). También el peso y la forma se deciden en este contexto, para que sea efectiva en la capa de agua que se necesita. La cucharilla debe permanecer a diferentes profundidades según la zona en la que se alimente cada especie a lo largo del día o de la temporada (con aguas más frías, el animal se sitúa a mayor profundidad; con mayor caudal de agua, se requiere una cucharilla de mayor tamaño y peso; en verano, lo ideal es que no haga demasiado ruido al caer sobre el río).

Boya (mosca leonesa)

La pesca con buldó o a la leonesa utiliza una boya llena de agua sobre la que se montan plumas de gallo leonés y seda, que imita la morfología de los insectos de los que se alimentan los salmónidos. En el caso de la pesca de ciprínidos (carpas), extendida en Ourense, se usa cebo vivo (gusano) y veleta (boya pequeña).

MOSCA

Pesca a la tralla, con cola de rata

De origen inglés, aunque está documentada en el Manuscrito de Astorga (del año 1624), con treinta y tres recetas para elaborar moscas para pescar truchas, se encuentra en plena expansión porque es la modalidad que alcanza un componente deportivo más internacional, más vistosa y de mayor comunión con el medio, ya que para elaborar el señuelo se exige un profundo conocimiento del medio para que las imitaciones sean efectivas. Es la más artesana, pues cada pescador puede montar las suyas a su gusto.

En la pesca a la tralla o con línea de cola de rata (que reduce su grosor a medida que se aproxima a su final), el peso no está en el señuelo sino en el sedal, para que al realizar el lance como si de un látigo se tratase, llegue lo más lejos posible sin romperse. En Galicia, desde tiempos inmemoriales, se elaboraba la tanza trenzando pelos de cola de caballo.

Las cañas de mosca son los Stradivarius de la pesca. Los ingleses las elaboran artesanalmente cortando y ensamblando el bambú longitudinalmente, para lograr una herramienta maciza de mayor longitud.

OTRAS ARTES RESIDUALES

Risco

Cañas de lance con carrete, la pesca con risco, un señuelo flotante que trata de imitar a un ratón o musaraña cruzando el río a nado, riscando, elaborado con corcho o silicona más plumas, pelos de jabalí, tocino o tendón de vaca. De apariencia burda, se necesita que el pez no la vea en detalle, por lo que se practica al filo del ocaso del sol, lo que sitúa este arte al borde de la ilegalidad, pues está prohibido pescar de noche (las horas oficiales de referencia para el orto y el ocaso son las publicadas por Meteogalicia), de manera que el pescador de risco apenas cuenta con un cuarto de hora para practicar esta modalidad. Es popular en los ríos donde entra el reo.

Captura de ciprínidos y especies alóctonas

La principal diferencia en las artes de pesca de estas especies (populares en el área ourensana, sobre todo en los embalses) es el cebo natural que se utiliza: asticot montado en una veleta para algunos ciprínidos, maíz o vegetales para la carpa; y para la perca americana o Black Bass se usan vinilos.

 

La pesca del salmón, o cómo convencer para que pique un pez que no quiere comer

La captura del salmón es un buen ejemplo de cómo el entorno y la naturaleza del pez condicionan el arte de pesca elegido para cada momento y circunstancia. Para esta especie se puede utilizar cebo, cucharilla y mosca.

El condicionante más significativo es que este pez deja de alimentarse desde que se adentra en el río. Desde abril a diciembre, permanece esperando las mejores oportunidades para ir remontando tramos de río con el objetivo de encontrar el mejor lugar para reproducirse. El animal sobrevive gracias a la acumulación de energía que logró con el alimento obtenido en su etapa en el mar.

En ese período fluvial, el pescador debe ingeniárselas para que el salmón le eche la boca al anzuelo. El señuelo debe ser grande y vistoso (por ejemplo moscas de varios colores) para despertar el instinto depredador el animal, que se atreva a atacar. Por eso se trata de una pesca muy cansina, insistente, de mayor ejercicio de fe que otras.

Alimentarse o territorialidad

En el caso de los salmónidos hay que distinguir cuándo se les intenta engañar para que coman o cuándo se les provoca que se lancen a por un señuelo. En el primer caso, con cebo, cuando el animal lo come es muy sutil, el pescador casi no lo nota. Pero es todo lo contrario cuando ataca el señuelo por instinto depredador o territorial. La trucha no permite que ningún cuerpo extraño se inmiscuya en su área habitual de caza.

La mosca, por ejemplo, permite en este sentido un uso perenne y en casi cualquier condición, salvo en unas aguas turbulentas, en el que los deportistas apenas pueden optar por utilizar la lombriz si desean acudir al río a pescar.

Momentos de la temporada

A lo largo de la temporada de pesca continental, tal como evolucionan las condiciones naturales de los ríos en Galicia (caudal, turbidez, vegetación...), el pescador puede ir eligiendo el arte que mejor se adapte.

De este modo, a inicios de la campaña, los deportistas gallegos suelen optar por la pesca con cebo. En medio de la temporada, los pescadores acuden por lo general a las técnica de lance ligero, para concluir el curso gallego de pesca fluvial con el arte de la captura con mosca.