El guardés fue undécimo en su estreno con licencia gallega y se sitúa en la parrilla hacia París 2024: «Me llena de orgullo representar a la gente que quiero»
08 may 2022 . Actualizado a las 10:42 h.Era el primer test serio para Erik Noya en la nueva temporada y lo ha saldado con nota. El escalador guardés logró un gran undécimo puesto en en la prueba de Seúl del circuito de la Copa del Mundo de escalada, lo que supone el mejor resultado en la historia del deporte español en la modalidad de velocidad.
Nacido en Venezuela y descendiente de gallegos, después de unos años entre Madrid y Pamplona, Noya se empadronó recientemente en A Guarda, localidad en la que mantiene sus raíces españoles. Esto lo que le ha permitido poder competir este año con licencia gallega, algo que para él es un sueño. «Estoy muy contento de que sea así. Me llena de orgullo representar a la gente que quiero», explica.
La cita de Seúl es la primera en su calendario de cara al objetivo de lograr clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024. En este ciclo, la escalada divide en dos lo que fue el programa de Tokio 2020. La velocidad va por un lado y la combinada por el otro. Noya abandera las esperanzas españolas en la primera y su compañero de entrenamientos, Alberto Ginés, reciente campeón olímpico, en la segunda.
«Es mi primera Copa del Mundo. La undécima es una buena posición porque ningún español lo había logrado antes. Ni siquiera había llegado a clasificarse a las rondas finales. Es muy interesante estar ya ahí entre los mejores porque son catorce los que se clasifican para los Juegos Olímpicos y empezar estando ahí entre ellos es un buen indicador. Ahora, con ganas de mucho más»,explica a La Voz de Galicia desde Seúl.
Su historia
Erik Noya (Caracas, 1994) es uno de esos muchos hijos de gallegos, que ahora recuperan su lugar en el mundo. Así lo explicaba hace unos meses en una entrevista en La Voz de Galicia: . «Todas mis raíces paternas son de Galicia. Mi abuelo es de A Guarda y yo frecuento muchísimo el pueblo. Tenemos allí una casa y nos reunimos todos los años. Somos unos fanáticos de las Festas do Monte. Mi abuela es también gallega, de un pueblo muy pequeño llamado Saa».
«Mis abuelos emigraron a Venezuela porque eran rojos y los estaban buscando para fusilarlos. Era la movida de aquella época tras la Guerra Civil. Una parte de mi familia se fue para la República Dominicana y otra bastante grande a Venezuela. De los cinco hijos que tuvieron mis abuelos, mi padre es el único que nació en Galicia. Tuvo la suerte de hacerlo en Vigo, en el Hospital Xeral, pero su crianza fue en Venezuela», agregaba. «Mis abuelos estuvieron siempre muy cerca de sus raíces. Cuando se calmó todo, venían todos los años de visita a A Guarda e incluso invirtieron mucho en Galicia», apostillaba.