Francia gana la etapa y pierde enfermo a su candidato al podio, el único que aguantó con Landa y Carapaz en el Blockhaus
20 may 2022 . Actualizado a las 20:17 h.En la misma etapa, Francia perdió a su candidato para ganar este Giro, Romain Bardet, enfermo, y vio ganar por tercera vez al sprint a Arnaud Demare. Esta vez en Cúneo. Al velocista galo le sigue casi siempre su familia. Todos ciclistas. Josué, su padre, comparte planta y rostro con el hijo. Y ganas. Para verle correr, coge la bici, una tienda de campaña y unas alforjas y recorre hasta 1.600 kilómetros, como cuando fue hasta la Vuelta a Eslovaquia. Así son los Demare. Una familia a pedales. De pícnic. De caravana y cámping. La alegría jadeante en Cúneo de Demare era la cara de la moneda.
Con la cruz cargaba Bardet, que ya estaba en el hotel. Su gregario más fiel, Combaud, lloraba por él ante los micrófonos. «Hemos intentado que llegara a la meta, pero... Ha sido un virus o algo que ha comido. No sé. Hemos entrenado tanto para este Giro...». Se le cortaba la voz. Los ciclistas viven rodeados por la adversidad, por rivales que no aparecen en la lista de dorsales. A «Supermán» López le apartó de este Giro una lesión en la cadera. A Simon Yates le pudo un inesperado hundimiento bajo el calor camino del Blockhaus. A Kelderman le dejó fuera de juego el freno de disco. A Girmay le noqueó el corcho de la botella de vino espumoso con la que iba a festejar su triunfo de etapa. Y ahora unas molestias estomacales doblan a Bardet, el único que estuvo a la altura de Richard Carapaz y Mikel Landa en el Blockhaus.
Segundo en el Tour 2016 y tercero en 2017 -por un segundo de ventaja sobre Landa-, el corredor francés ocupaba la cuarta plaza en este Giro, a dos segundos de Carapaz y Almeida, y a 14 del líder, Juampe López. Pero ya no cuenta. Bardet pasó mala noche. Sin alimentarse. Apenas aguantó 40 kilómetros de etapa. Se bajó entre vómitos. Sentado en el suelo. Pálido. Hueco. Con las reservas justas para subirse al coche y prolongar la sequía en las grandes vueltas del pelotón galo. El último Giro para un francés fue el de 1989 con Laurent Fignon. Otro Laurent, Jalabert, se impuso en la Vuelta de 1995 y Bernard Hinault, en el Tour de 1985. La espera continúa mientras Bardet se aleja de esta edición de la corsa rosa a la que aspiraba.
Para ganar una carrera así antes que sobrevivirla. La victoria nunca es fácil. La fuga muere en la orilla. Lo comprobaron en esta decimotercera etapa, entre San Remo y Cúneo , los cuatro escapados, Prodhomme, Maestri, Van den Berg y el neerlandés Eenkhoorn, pero el pelotón no tuvo ningún detalle con los escapados y los pisoteó a 800 metros de la meta en ligera subida de Cúneo. El Groupama lanzó a Demare. Gaviria no tuvo fuerza para remontarle. Tampoco Cavendish. Y el que sí la tenía, Bauhaus, descosió sus piernas demasiado tarde.
Así que Arnaud le dio a Josué la tercera alegría para los Demare en esta edición en la que Juampe López cumple diez días de rosa. Ahora le llega al líder andaluz su gran examen. El Giro tiene por costumbre dejar casi toda la montaña para el final. Eso adormece las dos primeras semanas de la ronda y multiplica la expectación en la última. Eso empieza ya. La etapa de este sábado es como una clásica Milán-Turín metida en solo 147 kilómetros. Da dos vueltas por un circuito que incluye las subidas a Superga (5 kilómetros al 8,6%) y la Madalena (5,5 kilómetros al 8,1% con picos del 20%). Llega la hora de que Juampe López explore dónde está su limite. Y para que Carapaz, Almeida, Hindley y Landa, entre otros, continúen la pelea con la que amagaron en el Blockhaus.