La federación dice estar abierta a variar el sistema de los «play off» de ascenso a un partido en sede única, que ya asignó a Galicia también para los años 2023 y 2024
14 jun 2022 . Actualizado a las 10:19 h.La Real Federación Española de Fútbol realizó una nota informativa en la que explica a los clubes que está abierta a modificar durante este mes de junio los diferentes formatos de competición de sus ligas: Primera RFEF, Segunda RFEF y Tercera RFEF. En concreto, lo concerniente a la celebración de los play off de ascenso en sede única, que fueron un fracaso de público salvo en los encuentros en los que había un anfitrión en liza (los del Hércules y los del Dépor, en Riazor, principalmente).
«Las bases de competición de esta temporada 2021-22 establecían una fase de play off que se ha desarrollado mediante el sistema de eliminatorias a partido único y en una sede designada por la RFEF para cada una de las diferentes categorías. La elección de estas sedes se decidió tras haberse ofertado públicamente y se adjudicó por tres temporadas en 1.ª RFEF [a Galicia] y en 2.ª RFEF [a Alicante]. No consideramos que esto sea inamovible, si hay buena voluntad por las partes», señala la federación en su nota remitida a los clubes.
En la misma, además de justificar los problemas en la adjudicación de los derechos de televisión a la «demora de algunos clubes», anima a las entidades a que envíen sus sugerencias para los pertinentes cambios en el formato antes del 17 de junio, fecha en la que se evaluará todo. Cabe recordar que las bases de competición de la temporada 2022-23 deben ser aprobadas antes del día 30, por lo que la decisión final no debería demorarse mucho. Encima de la mesa estará la opción de que la fase de ascenso vuelva disputarse con eliminatorias a ida y vuelta, como sucedía antes de la pandemia, siempre que Galicia y Alicante cedan a romper los acuerdos firmados.
Grupos nuevos
Otro asunto importante encima de la mesa de la comisión federativa de Primera RFEF será la confección de grupos para la próxima temporada, que también debe decidirse en las próximas semanas.
Volverá a ser una decisión compleja, puesto que hay cuatro clubes gallegos, cuatro catalanes y seis andaluces y las tres comunidades distan en mil kilómetros las unas de las otras. Así que habrán dos puntas de la península que deban unirse y jugar entre ellas forzosamente.
Hace justamente un año, la RFEF optó por que fueran Andalucía y Cataluña las que compartiesen grupo, dado que tenían mejores comunicaciones viarias y conexiones ferroviarias y aéreas que Galicia, mucho más aislada de todo lo que no sea Madrid (por la A6) y el norte de España hasta Irún (por la A8).
Si mantienen esta línea, los cuatro equipos gallegos podrían conformar un grupo con los cuatro vascos (Amorebieta, Real Unión y los filiales del Athletic y Real Sociedad), el Osasuna Promesas, los tres riojanos (UD Logroñés, SD Logroñés y Calahorra), los tres castellanoleoneses (Cultural, Unionistas y Numancia) y cinco madrileños (Alcorcón, Fuenlabrada, Sanse, Dux y Majadahonda). El Castilla, como ya pasó este año, podría ser el sacrificado y formar parte del otro grupo (así también se podrían reeditar los miniderbis contra el Barça B).
Los críticos con esa distribución consideran que esa opción conllevaría un desequilibrio de fuerzas, con el argumento bajo el brazo de que este año ascendieron tres equipos del grupo 2 (Andorra, Albacete y Villarreal B) y solo el que logró el billete directo del uno (Racing de Santander).
Las dos alternativas a la actual
Si la RFEF cambiase su criterio por las presiones de esos clubes disconformes, solo tendría dos alternativas.
La primera sería una división norte-sur. Es decir, juntar en un grupo a los cuatro gallegos con los cuatro catalanes (Nàstic, Cornellà, Barça B y Sabadell), los cuatro vascos (Amorebieta, Real Unión y los filiales de Athletic y Real Sociedad), el Osasuna Promesas, los tres riojanos (UD Logroñés, SD Logroñés y Calahorra) y los tres castellanoleoneses (Cultural, Unionistas y Numancia). Faltaría un equipo que saldría de una terna: el Atlético Baleares, la opción más probable porque evitaría romper comunidades; el Castellón o Castilla (desligándolo del resto de madrileños, como ya se hizo este año).
La segunda alternativa sería una división oeste-este. Es decir, los cuatro gallegos irían con la Cultu, Unionistas, los dos extremeños (Mérida y Badajoz), los seis madrileños (Alcorcón, Fuenlabrada, Castilla, Sanse, Dux y Majadahonda) y los seis andaluces (San Fernando, Linense, Algeciras, Ceuta, Córdoba y Linares). Esta en sin duda la peor opción para el Dépor, Racing, Pontevedra y Celta B. Tanto por desgaste en los larguísimos viajes como en potencial, al unirse con dos federaciones poderosas como Andalucía y Madrid.