Después de tres segundos puestos consecutivos en las etapas, el líder belga realizó una exhibición en solitario
05 jul 2022 . Actualizado a las 19:38 h.A pesar de acaparar el maillot desde las etapas iniciales del Tour de Francia en suelo danés, el ciclista belga del Jumbo Visma Wout van Aert se sentía frustrado tras no conseguir el triunfo en ninguna de las tres etapas anteriores (quedó segundo en todas ellas). Y logró su ansiado triunfo con un ataque fulminante a 11 kilómetros de meta, al aprovechar una cota de cuarta categoría, donde despegó para celebrar su séptima etapa en el Tour, en solitario, a lo grande, como rey de la cuarta jornada que unió Dunkerque y Calais a través de 171 km.
Van Aert llegó a la primera meta del Tour en Calais al vuelo, puños al aire. Como si hubiese ganado el Mundial. Logró 8 segundos de ventaja sobre un pelotón encabezado por el belga Jasper Philipsen (Alpecin Fenix), quien se confundió creyendo que era él el vencedor y se vino arriba como tal, con la tercera plaza para otro hombre del Jumbo Visma, el francés Christophe Laporte.
Una demostración que alivia el ánimo de Van Aert. El hombre lucía mala cara por estar tres días sin alzar los brazos. Ahora entrará en el pavé con el maillot amarillo fortalecido. Aventaja en 25 segundos a su compatriota Yves Lampaert (Quick Step) y en 32 a Pogacar (UAE Emirates).
El Jumbo hace un ejercicio de fuerza
Anthony Pérez, superviviente de la fuga, pensaba que iba a coronar la Cota Cap Nez Blanc (900 metros al 7 %), última dificultad del día. Restaban 11 kilómetros para meta, en ese momento el Jumbo montó la revolución.
El primer arreón rompió el pelotón de favoritos. Van Aert se despegó con Yates y Vingegaard. Algunos, como Enric Mas, mal colocado, quedó retrasado, pero su equipo le ayudó a llegar a meta con los grandes de la general. Superior a todos, Van Aert metió la directa, abrió una ventaja cercana a los 25 segundos y ya nadie le volvió a ver el pelo. Si acaso, el dorsal, y de lejos. El belga, se lució en solitario. Una máquina ante la inoperante persecución del pelotón, donde algunos quedaron en evidencia.
Van Aert miró atrás en la recta de meta. Los rivales estaban lejos. Levantó los brazos, los agitó como un águila y golpeó al aire como si fuera un saco de boxeo. El triunfo de la rabia de un campeón que se agobia si se le niegan los triunfos. Firmó el número 36 de su carrera, el sexto de la temporada. Y de amarillo en el Tour.
Cien etapas sin victoria
Para quienes no llegan los triunfos es para los ciclistas españoles. En Calais se cumplieron 100 etapas en las grandes sin victorias para corredores del pelotón nacional, en días 1.444. Y en el Tour, desde el 2018, cuando Omar Fraile ganó en Mende. Un ciclismo español en reconstrucción y que sigue inmerso en una etapa de transición de cara a volver a competir en las grandes citas.
Este miércoles llega una de las etapas más esperadas de la presente edición. Los adoquines serán protagonistas de la quinta etapa que tendrá lugar entre Lille y Arenberg, donde esperan 11 tramos de pavé que totalizan 20 kilómetros. Día en el que puede pasar de todo, digno del máximo respeto, tal vez la primera criba en la general y escenario ideal para ver a los verdaderos gallos de este Tour.