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La burocracia aleja al Steaua de Bucarest de su regreso a Primera División

La Voz

DEPORTES

Marcel Gascón | EFE

El reglamento prohíbe jugar en la máxima categoría a los equipos que no son sociedades anónimas y pertenecen a instituciones públicas, como es el caso del club

03 ago 2022 . Actualizado a las 16:32 h.

Treinta y seis años después de ganar su única Copa de Europa contra el Barcelona, el Steaua de Bucarest estaba este año a punto de volver a Primera, pero un problema burocrático impidió que jugara el play off de ascenso, por lo que comenzará este fin de semana una temporada más en Segunda.

El cuarto lugar daba derecho a disputar las eliminatorias de promoción, pero el reglamento vigente en Rumanía prohíbe jugar en Primera a los equipos que no son sociedades anónimas y pertenecen a instituciones públicas, como es el caso del Steaua, que pertenece al Ministerio de Defensa.

«Es frustrante porque, pese a los pocos recursos, se ha conseguido formar un verdadero equipo y podemos clasificarnos de nuevo para el play off sin problemas», dijo a Efe Sorin Vlaicu, un seguidor del club.

La Segunda División rumana echa a andar este fin de semana sin que el Steaua —fundado durante el régimen comunista como equipo del Ejército— haya resuelto el problema que le ha cerrado este año las puertas a Primera.

Eso hace temer a sus aficionados que la historia se repita a final de temporada. «Sería una lástima que se repita la situación y el equipo no pudiera subir», añade Vlaicu, de 39 años, un trabajador de márketing digital que acude a todos los partidos con su carné de socio.

Una historia complicada

En su forma actual, el Steaua es fruto de una sentencia judicial del 2014 que prohíbe a otro club, el FCSB, propiedad del magnate Gigi Becali, utilizar ese nombre. La Justicia considera que el polémico inversor no se hizo con el derecho del nombre Steaua al adquirir el equipo en el 2003 de manos del Ministerio de Defensa, en un proceso lleno de irregularidades.

El veredicto contra el que Becali sigue luchando en los tribunales despoja al club del palmarés conseguido por el Steaua antes de que el empresario lo adquiriera. Como resultado de la decisión judicial, el Ministerio de Defensa recuperó los derechos sobre ese histórico nombre y el palmarés anteriores a la venta del club.

Eso incluye 20 ligas y la legendaria Copa de Europa que el Steaua ganó contra el Barça en Sevilla en 1986, lo que provocó que la parte más romántica y purista de la afición pasara a apoyar al equipo que volvió entonces al seno del Ejército.

Las opciones del Steaua

Mientras el equipo se prepara para empezar la temporada, los protagonistas de la polémica especulan en los medios sobre las opciones que tiene el Steaua para apartar los obstáculos burocráticos de su camino a primera.

La Federación Rumana de Fútbol (FRF) ha puesto sobre la mesa dos posibilidades: «Cambiar la Ley del Deporte o transformar al club en una entidad privada». Ambas soluciones presentan inconvenientes: la política provocaría críticas de favoritismo por parte de las instituciones.

Y pese a que el Ministerio de Defensa podría financiar el club a través de una sociedad privada, cambiar de estatuto legal podría complicar la viabilidad económica del Steaua, sobre todo si no logra el ascenso.

Discordia sobre el estadio

Según Becali, dejar de ser parte del Ejército obligaría al Steaua a pagar, por ejemplo, para jugar en el flamante estadio del barrio de Ghencea, que pertenece al Ministerio de Defensa y que alberga los partidos del equipo desde el 2021.

Becali pide que su FCSB pueda jugar en ese estadio, cuyo aforo (30.000 espectadores) se ajusta mejor a las necesidades del club que el Estadio Nacional, con sus 55.000 asientos, donde juega ahora, pero el Ministerio de Defensa lo rechaza.

El entuerto que ha dejado en Segunda al equipo que, según la decisión judicial vigente, es el Steaua «verdadero», hará posible que los hinchas rumanos puedan disfrutar este año el gran derbi del fútbol rumano, entre el Steaua y el Dinamo, que ha bajado de categoría por primera vez en su historia.

Aún lejos de Primera, el Steaua conserva su poder de convocatoria. En el 2018, las imágenes de su duelo contra otro grande que entonces luchaba por volver a la élite, el Rapid de Bucarest, sigue grabado en la retina de los aficionados.

Pese a estar entonces en cuarta división, los dos equipos llenaron el Estadio Nacional en un partido que tuvo goles, bengalas, tifos coloridos en las gradas, invasiones del terreno de juego e incidentes violentos entre los hinchas.