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El Centro Galego de Tecnificación Deportiva, referencia en España

La Voz

DEPORTES

Tres deportistas y el director del CGTD cuentan cómo es su día a día en Pontevedra

17 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un trabajo meritorio e intachable. El Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD), ubicado en Pontevedra, es la cuna de los mejores deportistas gallegos. David Cal, Gómez Noya y Teresa Portela son algunos de los campeones que han salido de este centro, que depende de la Vicepresidencia Segunda de la Xunta y la Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes, dirigida por Diego Calvo. Con la excelencia competitiva, deportiva y educativa por bandera, fue inaugurado en 1987-1988.

Tres representantes del centro y su director, Jesús López acudieron a redacción central de La Voz para participar en un coloquio conducido por la periodista María Meizoso, que se pudo seguir en directo por la web del periódico, analizaron al situación del CGTD y relataron cómo es su día a día. Dentro de las múltiples disciplinas, el bádminton, el piragüismo y el yudo se vieron representadas en la charla gracias a la presencia de Lucía Rodríguez, Noel Domínguez y Laura Vázquez, respectivamente.

El centro integra catorce modalidades de doce federaciones. Para ello, cuenta con unas instalaciones de primer nivel. Su director, Jesús López, explica que dispone de varios edificios: una residencia, un pabellón con piscinas y salas de yudo, un multiusos con servicio médico y salas anexas para otros deportes.

«Es un centro de referencia nacional a nivel de tecnificación», subraya López. El CGTD cuenta, actualmente, con 168 deportistas y es el único totalmente público en España. «Todos los recursos que llegan al centro se destinan a él, a diferencia de otros cuya gestión es privada. Intentamos que esa administración se haga de la mejor forma posible para elevar el nivel de equipamiento, comida...», comenta López. Para el director, el inconveniente es la ubicación: «Al estar dentro de la ciudad, no nos podemos expandir. Pero el centro está muy bien aprovechado. Llevamos más de treinta años funcionando, y la dinámica es buena».

Sus deportistas corroboran ese nivel. «El mejor centro que hay a nivel español para piragüismo de caneo era este. Aquí he disfrutado de los mejores años de mi vida. Me marché un tiempo a Sevilla, pero tuve la necesidad de volver», explica Noel Domínguez. El palista, que estudia Dirección y Gestión Pública comentó que, si no hubiese continuado en este centro, no habría sido capaz de ser competitivo en las modalidades olímpicas. «Seguiría con el piragüismo porque lo llevo dentro, pero de otra manera», añade.

Laura Vázquez, campeona del mundo júnior de yudo, tiene clara su visión: «Me ha aportado ese salto de crecimiento y de tomártelo en serio. Es como mi trabajo. Mme entreno por y para conseguir mi objetivo deportivo». Lucía Rodríguez comenzó a acudir al CGTD un par de días a la semana cuando tenía 12 años. Con 14 ingresó en la residencia. «Gracias al centro puedo aspirar a lo máximo: Juegos Olímpicos, Mundiales...», subraya la número 1 del ránking mundial júnior en dobles de bádminton.

El futuro del CGTD será igual de prometedor que los deportistas que forman parte de él. «Lo gestiona la Xunta por completo. Cada año hay más solicitudes de todos los deportes, pero estamos limitados porque no podemos dar cabida a más. Aspiramos a convertirnos en un centro de alto rendimiento. Resultados y deportistas tenemos, y sería el paso natural», comenta Jesús López.

Objetivo París 2024

El director está seguro del potencial de sus deportistas. «Poseen todas las posibilidades del mundo para poder clasificarse para París 2024. Ellos tienen los objetivos muy claros y una capacidad de trabajo extraordinaria. Si no es París, será Los Ángeles», afirma López. «Los Juegos Olímpicos son el top, la motivación más grande. Pero no podemos olvidarnos de que el día a día y las pequeñas metas son importantes. Eso nos abrirá puertas. Mi objetivo es París, pero tengo muchas competiciones y debo tener la mente ahí», apunta Vázquez. Los deseos de Domínguez van un paso más allá. Y es que el palista competiría con su hermano: «Queremos pelear por estar ahí, pero no nos obsesiona».

Una rutina estricta que empieza a las siete de la mañana

El día a día para estos deportistas comienza muy temprano. «Las horas no nos sobran», dice entre risas Laura Vázquez. Se hace muy duro, tienen una rutina muy estricta. Se levantan a las siete de la mañana, desayunan, van a clase y entrenan. Antes de comer, vuelven a clase. Después, vuelven a ejercitarse y a estudiar. «Cuando termina la jornada no es que te tengas que ir a dormir, es que te caes ya desmayado», puntualiza Noel Domínguez, que añade que «las sesiones de entrenamiento son inamovibles. En los huecos que tienes procuras ir a clase lo máximo posible, es fundamental. Todo el tiempo que tienes fuera vas corriendo...».

En el centro no está permitido repetir curso académico en tecnificación. «Es una de las cosas que más choca. El deporte es importante, pero los estudios lo son tanto o más. Saben que pueden llegar lejos, pero que son pocos los que pueden vivir de esto. Ellos lo tienen asumido», subraya Jesús López, director del CGTD.

Además, considera que los estudios ayudan a los deportistas a tener su mente ocupada con otra rutina, algo que favorece su rendimiento en su disciplina. «Se estructuran muy bien el tiempo, lo tiene muy marcado. Los resultados académicos son muy buenos, y nadie les regala nada por estar en el centro. Tiene doble mérito, porque disponen de menos tiempo para estudiar. Son campeones desde que entran y unos niños excelentes, presume el responsable del centro.

«Llevo cinco años y mis amigos son ya mi familia»

Vivir lejos de casa a edades tan tempranas es arduo. Por mucho que desde el centro intenten hacerles sentir cómodos fuera de su ámbito familiar, no siempre es sencillo. «El primer año es duro, tienes que ser independiente con 14 años. Hay que llevar tanto los estudios como los entrenamientos al 100 %», apunta Laura Vázquez. «Me entrenaba con gente mucho más mayor que yo, y me costaba relacionarme con ellos. Yo era la peor y sentía que debía estar a la su altura en el entrenamiento. No conocía a nadie, y al principio cuesta. Este es mi quinto año y he hecho amigos que ya son casi mi familia», añade Lucía, que acaba de empezar la carrera universitaria.

Finalmente, Noel Domínguez no duda en hablar del apartado psicológico: «Es importante aprender a vivir con la frustración. El deporte es una constante derrota que se salva con algunas victorias. Aprendemos valores que podemos extrapolar a nuestra vida.».