La familia del atleta contagiado de dengue: «Estamos derrumbadas e sacando forzas para axudar a Gustavo»
DEPORTES
Su entorno se moviliza para organizarse e intentar reunir fondos para hacer frente a los posibles gastos de su tratamiento. El domingo se sometió a su tercera operación
26 ene 2023 . Actualizado a las 16:56 h.Derrumbadas e intentando sacar fuerzas cuando el dolor es difícil de soportar. La familia de Gustavo Dacal, el atleta gallego contagiado de dengue en México, apenas puede dormir desde hace días. Ángeles Dacal, su hermana, y Lealdina Martínez, su madre, tienen el corazón encogido esperando una señal de esperanza desde Veracruz, donde está ingresado el que fue diez veces campeón de España de lanzamiento de jabalina.
Tras contraer el dengue por la picadura de un mosquito hace más de una semana, su cuadro fue empeorando poco a poco. Dos operaciones en apenas tres días, una de apendicitis y una colostomía, obligaron a retrasar la última intervención hasta la pasada madrugada. Se desconoce si este último cuadro tiene relación con el dengue. Sufre una espondilodiscitis (infección en la columna), de la que se recupera en el Hospital de la Beneficencia de Veracruz, la ciudad en la que vive desde que hace diez años se fue para México.
Con el cambio horario, su familia vive desde Ponte Caldelas pegada al teléfono. Ángeles viajó desde la capital mexicana para apoyar a su madre e informarle de primera mano cómo está Gustavo. Es su principal consuelo en unos momentos que se le están haciendo demasiado amargos. Ella vive en el mismo país que su hermano, aunque reside en la capital y él, en Veracruz. «Estamos derrumbadas e desfogamos as veces poñendo forzas de onde podemos porque descoñecemos o proceso que vai seguir agora», explica Ángeles, que mantiene la fortaleza para cuidar de su madre.
Tras esta última intervención están pendientes de la evolución y de unas pruebas de movilidad que determinen la gravedad de su estado. Gustavo podría quedarse en una silla de ruedas: «Hai que ver como quedaron as pernas». Quizás este sería el mejor de los pronósticos. Según sus allegados se encuentra en una situación «grave» al no sentir las piernas.
Recaudar fondos
Las tres intervenciones han sido costeadas por sus familiares, y amigos, pero en función de su evolución tendrían que empezar a movilizarse para poder recaudar fondos y seguir haciendo frente al coste de los tratamientos. Ángeles y alguno de sus amigos y responsables del atletismo local estuvieron ayer reunidos con el alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, para organizar la ayuda que necesitarían movilizar en caso de traer para España al atleta. «El se fai o forte, que non sofre. Vai pelear por intentar recuperar a súa vida, pero todo está pendente dos resultados da operación», explica Dacal.
Gustavo estaba trabajando en el Instituto del Deporte de Veracruz, pero carecía de seguro médico privado. ¿Qué ocurrirá ahora? ¿Regresará a España? Las preguntas son infinitas y las respuestas también. Su hermana asegura que habrá que respetar la decisión del atleta. «Estar alí supón moitos cartos, pero hai anos el decidiu forxar unha vida mellor en México porque aquí non tiña oportunidades e el ten que valorar se quere abandonar esa situación», explica Ángeles, que espera la llamada con buenas noticias desde Veracruz.
Una vida mejor en México
Gustavo Dacal se fue para México hace poco más de una década en busca de una vida mejor. Había sido diez veces campeón de España (en 1999 y el 2000 y del 2002 al 2009) y una llamada desde Veracruz le llevó a hacer las maletas en cuestión de días para intentar preparar en el país azteca a los jabalinistas que buscaban su oportunidad en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Primero en el Comité Paralímpico y más tarde en el Instituto de Deportes de Veracruz logró hacerse un hueco como entrenador, después de haber tenido un mal año en Galicia.
No logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 ni tampoco pudo clasificarse para el Campeonato de España por una lesión. «Su historia es la de muchos deportistas que se sienten identificados», señala Pablo Alberte, uno de sus allegados, que recalca que «Gustavo aprovechó la pequeña puerta que le abrió México y él la hizo mucho más grande».