Lanzado por cuatro títulos en sus seis últimos torneos, el español tiene a tiro el liderato mundial si brilla esta semana en Torrey Pines, uno de sus campos fetiche
24 ene 2023 . Actualizado a las 11:03 h.El campo de Torrey Pines, en San Diego, representa una de las catedrales del golf en Estados Unidos. Allí consiguió Jon Rahm su primera victoria como profesional en el 2017, allí logró luego su primer grand slam, el US Open del 2021, y allí puede recobrar el domingo el número 1 del ránking. A ojos de muchos analistas, el jugador español, de 28 años, ya es ahora mismo el mejor; pero no para los complejos cálculos de la clasificación mundial, que ponderan los resultados de los dos últimos años dando mayor peso a los más recientes y a los de mayor prestigio y competitividad. Aún así, resulta inexplicable que Rahm, el golfista del momento, solo sea ahora mismo el tercero, mientras que lidera, eso sí, la FedEx Cup, la lista de la temporada del PGA Tour.
Rahm es el jugador de moda, con cuatro títulos en sus seis últimos torneos. El domingo ganó el American Express en La Quinta (California) y enlazó su segundo título seguido en el circuito norteamericano, ya que se había impuesto 15 días antes en el Sentry Tournament of Champions, en Hawái. En uno ganó por aplastamiento, con una remontada memorable de 10 golpes en la cuarta ronda, y el fin de semana pasado se impuso por tenacidad, aguantando el arreón de los jugadores que llegaban desde atrás.
En esos dos últimos triunfos acumuló un resultado de 54 golpes bajo par en ocho rondas de golf. Soberbio. Pero su dominio, desde que se hizo profesional en el 2016, no es cuestión de una racha. Si se amplía el foco, se constata que ha ganado en 18 de los 155 torneos puntuables para el ránking mundial que ha disputado. Su 11,6% de éxitos resulta abrumador. Entre los jugadores que compiten todo el año le sigue Rory McIlroy, con un 8,3%. El Tiger Woods de sus mejores años, descontadas las últimas temporadas en las que compitió ya con un cuerpo destrozado por las lesiones, alcanzó un 22% de éxito. Un coeficiente inalcanzable para el resto de mortales.
Rahm, jugador total, sacó brillo a su juego corto en La Quinta. «Creo que puedo mejorar mucho. Siento que esa es la mentalidad. Trabajo muy duro para lograr lo que consigo. Pero podría encontrar errores en todas las vueltas de golf que he jugado. Pocas veces consideraría que he disputado una ronda impecable. A pesar de que hay algunos detalles positivos, como mi juego con los wedges esta semana. Si tuviera que elegir un MVP, sería para los wedges de 56 y 52 grados, que fueron clave», razonó tras su victoria del domingo en California.
Hoy totaliza nueve títulos en el PGA Tour. Iguala el resultado de Seve Ballesteros, aunque el genial pionero no compitió siempre con tanta frecuencia en el circuito norteamericano. Con el tiempo, si nada extraño sucede, Rahm superará las 11 victorias de Sergio García, el español con más títulos en el mejor calendario del mundo.
La cuenta la puede ampliar este fin de semana en uno de sus campos favoritos. «En Torrey Pines tengo mucha confianza», reconoce. «Si sigo jugando así desde el tee y mi juego con los hierros se mantiene, tendré oportunidades de victoria», considera Rahm.
El premio del número uno mundial para este domingo, en el complejo sistema de cálculos que aplica el ránking, parte de una premisa, que Rahm termine entre los tres primeros en el Farmers Insurance Open de San Diego. Además, también influirá el resultado de Rory McIlroy en Dubái, en la prueba del circuito europeo, y el nivel de los participantes que finalmente compitan a uno y otro lado del mundo.