El delantero racinguista tiene una lesión en la rodilla para la que no hay cura, trabaja para poder echar una mano, pero al final podría tener que dejar de jugar al fútbol
23 feb 2023 . Actualizado a las 20:27 h.Joselu Gómez (Palmeira, 35 años) vive un momento complicado. Sufre una lesión en la rodilla para la que ya no hay cura. Pese al dolor, trabaja, en la medida de lo posible, para tratar de recuperarse lo mejor posible y echar una mano al equipo en lo que resta de temporada. Sabe que lo tiene difícil para seguir compitiendo al máximo nivel, aunque ahora mismo no se plantea dejar el fútbol. Tomará una decisión al final de temporada, según vaya todo.
—¿Cómo está ahora mismo con su lesión?
—Ahí voy. Es una lesión con la que ya llevo peleando muchos años, desde que me operaron el año que descendimos. Es una lesión que no tiene mucho que hacer, no tiene cura. A mejor no va a ir nunca. Ahí estamos, tratando de que pueda estar para echar una mano al equipo.
—¿Una situación muy dura?
—Muy difícil para mí. Los dos últimos años han sido con mucho dolor y esta temporada, desde que hice la pretemporada, todo fue diferente. Cuando tienes tanta experiencia como yo, te vas regulando en los entrenamientos y en los partidos, ya que sé que tengo una lesión ostrocondial importante. Ahora, la diferencia es que ya no daba tampoco así, con estas precauciones. Estoy hablando con el médico para ver si se puede hacer algo, pincharme para sacar el dolor, rebajar todavía más la carga en los entrenamientos. No sé, tenemos que ir viendo
—¿Se plantea dejar el fútbol?
—Al final es cuestión de ver en la próximas semanas cómo va todo. A ver si mejoro con los tratamientos que podamos afrontar. Ya llevo años con ello y al final es una lesión muy jodida para mí, Cuando aprieto, tengo que parar un par de días. Lo de dejar el fútbol es algo que no me planteo, pero será cuestión de ver cómo va todo. Es evidente que con el dolor que estoy teniendo este año ya no aguanto. Ya me costó terminar el año pasado y este año, más. Estoy viendo que cada año voy a peor y al final no aguanto. Hace seis años que me operaron. Intentaré dar el máximo mientras pueda estar aquí.
—¿Todavía puede ayudar?
—Mientras pueda estar en el equipo, es lo que voy a intentar, pero al final son decisiones que tendré que tomar sí o sí. La carrera del futbolista es corta y después hay más vida. A ver si estas semanas puedo ir mejorando y puedo ayudar al equipo.
—¿Está siempre con dolor?
—Va y viene, aunque si entreno con intensidad, estoy un par de días jodido. Es una lesión ostrocondal, es bastante grande, y muy dentro de la rodilla.
—¿Qué le dicen los médicos?
—Que es una lesión degenerativa y que no tiene cura. Ahora mismo no estoy para jugar. Estamos probando ese tratamiento a ver si puedo ayudar. Hago lo que puedo en el gimnasio, ya que se me carga la rodilla. A veces no puedo correr o golpear el balón. Te vas limitando cada vez más y es muy doloroso. Es cuestión de ver cómo va todo.
—¿Si al final de temporada toma la decisión de dejar de jugar al fútbol, su última temporada será en el Racing?
—No sé cuando me retiraré, aunque siempre he dicho que me gustaría hacerlo en el Racing. En ese sentido estoy tranquilo. Además, si al final de campaña dejó al fútbol, no será algo fruto de una lesión repentina, llevo muchos años con esta lesión, es un proceso que ha ido a peor y yo me he ido adaptando. La lesión está ahí y va a peor, por lo que tienes más claro que no hay mucha vuelta, que el fútbol se acaba para mí. Por el resto estoy bien, si no fuera por esta lesión podría jugar hasta los cuarenta años. Es lo que hay.
—¿Teme que le pueda afectar la rodilla para el futuro?
—Bueno, es una lesión que con el paso de los años puede derivar en artrosis. Los médicos son los que me dice que llegará el momento en el que tengo que tomar una decisión. Insisto en que vamos a ver cómo evoluciona todo en las próximas semanas. Está claro que una decisión la tendré que tomar, pero ahora mismo en lo único que pienso es en tratar de ayudar al equipo.
—¿Qué significa el Racing en su carrera deportiva?
—El Racing significó mi vida. La carrera del futbolista no es muy larga y vives mucho en muy pocos años. Nueve años es un mundo. Vine por tres años y llevo nueve. No sé cuánto más estaré, aunque el Racing es mi casa. Tanto Ferrol como Palmeira, en donde vivo, también serán siempre mi casa. El Racing me lo ha dado casi todo y Ferrol es una ciudad que me ha permitido conocer a gente increíble. Todo el trabajo que hice ha estado respaldado por la gente del club y eso es lo que me llena. Siempre me he sentido querido y apoyado por la gente del club y también por la afición. No sé cuando me iré, pero cuando lo haga, lo haré con la conciencia tranquila de haberlo dado todo por este club.
"Isidro Silveira era una persona muy peculiar"
El jugador todavía recuerda su llegada al equipo ferrolano, en la campaña 2014/15 tras dos años brillantes y con muchos goles en la SD Compostela.
—¿Qué recuerda de su llegada al Racing?
—La ilusión, venía de hacer dos grandes años en el Compostela. Recuerdo un hat trick al Racing en San Lázaro, cuando ellos se jugaban el ascenso. Al principio me costó hacer goles, no sé si hice 15 o 16, pero claro, venía de meter más de treinta en el Compostela. Me acuerdo del primer día, de cuando firmé mi contrato. El club ha cambiado mucho pero el ambiente familiar y cercano se ha mantenido en todos estos años.
—¿Cómo le fue con Isidro Silveira?
—El presi era una persona peculiar, era muy cercano, pero imponía mucho respeto a la vez. Era muy cariño y siempre le estaré agradecido, tanto a él como a Chino y a toda la familia Silveira, ya que me dieron la oportunidad de venir al Racing. Es lo que me llevo. Los goles, los ascensos siempre puedo volver a verlos, los buscas en Internet, pero ese cariño se mantiene en mi cabeza y es lo más importante que me voy a llevar.
—¿Qué le parecen los nuevos propietarios?
—La familia Silveira hizo un gran trabajo con muy pocos medios. Ahora, estamos en otra historia, ha llegado una gente increíble, que hace las cosas muy bien. Carlos Mouriz es una pieza fundamental de este proyecto, sabe lo que hace. Es una persona muy cercana, cariñosa y honesta pero a la vez exige el máximo de cada uno de nosotros. Desde el primer momento en el que han llegado los nuevos propietarios, he visto que eran gente diferente. Me impactó una charla que nos dio Ignacio Rivera cuando llegó. Desde entonces, el club no ha parado de crecer de dar pasos hacia delante. Es un proyecto que acabará en la Segunda División, estoy convencido de que el club va a subir, son gente inteligente, que saben lo que hacen. No vinieron a Ferrol a especular con el Racing, todo lo contrario, sienten el racinguismo y la ciudad. Es cuestión de tiempo, el club cambia cada año, pero no puede dar todos los pasos de golpe. Tiene que haber una evolución. El Racing crece y mejora porque está dirigido por gente que sabe lo que hace. El club no podría estar en mejores manos y más viendo lo que se ve por ahí, equipos que se vuelven locos, echando a jugadores a entrenadores, montando un lío tras otro.
"Soy feliz jugando al fútbol"
En sus nueve años con la camiseta verde Joselu vivió de todo. Lo que asegura que no ha variado en todos estos años es un gran vestuario y valora que al margen de lo deportivo el club siempre intente fichar a buena gente.
—¿Es la mejor plantilla de los últimos años?
—Las plantillas se hacen con el paso de los años y Carlos Mouriz ha estado fino a la hora de mantener a jugadores y traer a otros nuevos. Para todos han sido años difíciles, por la pandemia etcétera, aunque en los dos últimos años se han dado pasos muy grandes. Cuando las piezas encajan bien en el puzle no es por suerte, es por saber.
—¿A nivel personal, le ha faltado jugar en Primera?
—Un año tuve la oportunidad, me quería el Almería, pero no quise moverme de Ferrol. Yo siempre puse por delante lo personal a lo económico o lo deportivo. La gente no entendió nunca mis decisiones de no marcharme cuando llegaron ofertas. Yo soy feliz jugando al fútbol. Siempre estuve a gusto en el Racing y nunca me plantee el salir.
—¿Los mejores y peores momentos?
—Lo que peor recuerdo me dejó fue la fase de ascenso contra el Cádiz, fue un año en el que lo habíamos hecho realmente bien. También el partido en Vigo frente al Nástic. Fue un momento duro, aunque la comunión con la afición fue especial. El mejor momento, el ascenso de Jaén