Noche de Champions atípica en el Bernabéu
Noche de Champions atípica en el Bernabéu. El resultado del partido de ida nos presentaba un escenario muy distinto a lo que el Real Madrid nos tiene acostumbrados en esta competición. No obstante, salieron al campo a volver a darnos otro espectáculo y el ritmo de balón y las transiciones fueron el nombre y apellidos de la primera parte del encuentro. Por ello resultó atípico; todo parecía indicar que los de Ancelotti intentarían dormir el partido y generar un ritmo bajo, para que fuese un duelo de transición más en el que no sucediese nada.
Pero no, se obstinaron en brindar una victoria más a su afición, demostrando que son los actuales campeones de su competición favorita. Desde Courtois hasta Benzema, transmitieron seguridad y tranquilidad a lo largo de los noventa minutos y por ello el aficionado y espectador pudo disfrutar.
Cómo no, Vinicius sigue generando mucho peligro por todo aquello que se echa tanto de menos en el fútbol actual: su verticalidad y su constante sed de encarar al lateral derecho. Terminó por volver a asistir al 9 en una jugada aislada. Ya son muchas y poco valoradas.
Los cambios fueron los de siempre o casi siempre, pero siguen saliendo bien. Futbolistas enchufados y con ganas de hacer el segundo.
Tengo la sensación de que si el Real Madrid hubiera tenido que meter algún gol más para remontar habríamos estado ante otra noche épica.
Del Liverpool, poco. Que no llegaba en un gran momento de forma era notorio, pero se esperaba mucho mas de una eliminatoria de ida y vuelta entre campeón y subcampeón. Sé de algún otro equipo o entrenador que de caer de esta forma estaría en boca de todos, pero Jürgen mola, juegan bien sus equipos.
Fue, en definitiva, una noche atípica. Por la temperatura, por el trámite y por lo que se podía esperar y finalmente no fue. Disfrutamos mucho, pero sigo echando de menos escuchar el himno a las 20.45.