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Ha ganado la Copa del Rey el equipo con mayor calidad, talento, experiencia y capacidad de reacción. Sin embargo, no se puede decir que ha sido un partido fácil para el Real Madrid, ya que el Osasuna le ha exigido mucho. Es más, se encontró más cómodo, dentro de las limitaciones que tenía frente a su rival. El Madrid nunca tuvo el control absoluto del encuentro, de manera que el partido estaba roto y le otorgaba ocasiones al Osasuna. Aunque el único peligro que llevaba era por medio de centros, eran peligrosos y, de hecho, el gol llegó tras un rechace después de uno de esos envíos. El Madrid debería haber tenido el control para dominar el resultado y no haberse cansado tanto. Los jugadores madridistas corrieron demasiado, y eso que necesitaban que el partido no fuese loco, llevarlo a su terreno para ganar tiempo y dominarlo, que el rival no tuviese opciones. Por eso, el Osasuna nunca estuvo fuera. El Real Madrid tuvo dos finales. La de la Copa del Rey y la del martes que viene, y debía tener en cuenta que el calendario no le iba a permitir descansar. Por eso, este aspecto era tan importante.
Me queda la duda de que los dos mejores jugadores de la final fueron Vinicius y Rodrygo, y ambos realizaron un esfuerzo muy grande, así que no sé cómo llegaran al partido contra el Manchester City. Pero, al mismo tiempo, el Osasuna fue una buena piedra de toque porque le exigió mucho en todos los aspectos al Real Madrid, que tuvo que vaciarse para ganar. Si llegan a ir a la prórroga, nos podemos imaginar lo que sería.
El Manchester City aún presionará más arriba. La manera que tuvo el Madrid de limpiar el balón desde atrás fue con pases largos, que cuando encontraban a Vinicius y Rodrygo crearon peligro. Pero el martes tendrán enfrente más talento, fuerza y presión.