El celeirense Óscar González, uno de los corredores evacuados por una imponente tormenta en Val d'Arán: «Caían rayos al lado»
DEPORTES
Se enfrentaba a una carrera de montaña de 163 kilómetros que comenzó con 33 grados y fue neutralizada apenas cinco horas más tarde por un brusco cambio climatológico: «Fue criminal»
12 jul 2023 . Actualizado a las 19:21 h.Es una de las carreras de montaña de referencia en el mundo y su rápida respuesta ante un brusco cambio climatológico que pudo provocar una desgracia no hace más que elevar su prestigio. Casi 1.800 atletas que participaban en las pruebas de 110 y 163 kilómetros de la UTMB Val d’Arán fueron evacuados en la noche del viernes de zonas de montaña de los Pirineos, en algunos casos de difícil acceso o sin cobertura telefónica, por una imponente tormenta eléctrica.
Entre ellos estaba el corredor de la Peña Lar de Viveiro Óscar González Fraga (Celeiro, 1986), que aplaude el proceder de los organizadores, la ayuda de los voluntarios y el comportamiento de la mayoría de deportistas. «Todos entendimos que con ese tiempo no se podía correr. Lo primero era la seguridad», explica un hombre que comenzó su desafío de 163 kilómetros por la montaña catalana a las cuatro de la tarde del viernes «con mucho calor» y poco después tuvo que enfrentarse a unas condiciones muy diferentes.
«En la salida teníamos 33 grados y apenas una hora después pasamos a cinco, granizo y lluvia. Después la tarde más o menos fue aguantando, pero a las nueve de la noche empezó a caer la mundial. Otra tormenta, lluvia, relámpagos... Llegué al avituallamiento de Artiga de Lin, en el kilómetro 25, y ahí ya tenían a todo el mundo parado», relata Óscar González sobre un lugar donde recogieron a unos 400 participantes en buses.
La carrera CDH, de 110 kilómetros, ya había comenzado a las seis de la mañana, por lo que algunos atletas ya la habían completado o estaban cerca de hacerlo cuando fue neutralizada: «Decían que en el último pico veían caer los rayos al lado. Uno tiró los bastones y empezó a correr, pero ya no les dejaban hacer esa última bajada y acabar. Desde ahí solo quedaban ocho kilómetros, pero fueron a recogerlos».
«Fue criminal», detalla un mariñano «desilusionado» por no tener la posibilidad de completar un ultramaratón de montaña que preparó con mimo durante meses. «Nos mandaron un correo para informarnos de que el domingo podíamos participar en la carrera EXP, de 32 kilómetros. Por lo menos pude hacer esa, algo es algo, pero me dio pena porque llegaba preparado para la VDA de 163. Hasta que nos pararon llevaba el tiempo planeado, entre 11 y 14 minutos el kilómetro», explica.
Nueve veces finisher de la Camovi de Viveiro y acostumbrado a otros retos en el trail, González Fraga mantendrá una cuenta pendiente en Val d’Arán: «El ambiente es espectacular, pero me quedé con mal sabor de boca. Volveré el año que viene».