Sam Whitelock, jugador neozelandés con más 'caps': «Todos quieren ser All Blacks, para nosotros no fue diferente»

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PAUL CHILDS | REUTERS

Tanto él como sus hermanos siguieron los pasos de su padre, su tío y su abuelo, que representaron a la selección: «Mi abuelo tenía metralla en la pierna, pero no se la quiso amputar para seguir jugando»

26 oct 2023 . Actualizado a las 10:31 h.

Sam Whitelock (Palmerston North, 1988) es el claro ejemplo de sacrificio y disciplina. El rugbi está escrito en el ADN de la familia. «Todo el mundo quiere ser un All Black. Para nosotros no fue diferente, somos afortunados», recalca. Tanto él como sus tres hermanos siguieron los pasos de su padre, su tío y su abuelo, que representaron a la selección. De hecho, este último siguió jugando al rugbi pese a todas las secuelas que arrastraba tras la Segunda Guerra Mundial. «Tenía mucha metralla en la parte inferior de la espalda y la pierna. Querían amputársela, pero él no les dejó porque era un jugador prometedor. Tenía un agujero en la pierna en el que le metían madera, se lo ataban y así jugaba», recuerda Sam.

Los cuatro hermanos jugaron para los Crusaders e hicieron historia cuando todos disputaron un partido de Super Rugby en el 2013. Ellos también le inculcarán el rugbi a sus hijos —entre los hermanos acumulan 10—. Una nueva hornada para la selección. «Hay cinco niñas y otros tantos niños, por lo que la próxima generación está llegando. Solo necesitamos otros cinco para formar un equipo», admitió Adam, el segundo.

Los cuatro hermanos crecieron en una granja. El espacio para practicar este deporte era infinito y, entre todos, se picaban en intensas batallas. Sam fue un caso atípico: dio un gran estirón siendo todavía muy pequeño. Los viernes eran día de baloncesto y, los sábados, de rugbi. Compaginaron el deporte profesional con las tareas propias de la granja. «El día de Navidad, por ejemplo, nos levantamos a las 4 de la mañana para ordeñar las vacas. Así nuestros padres pueden dar descanso a los empleados», recordó Adam.

Sam debutó con los All Blacks en el 2010, un año más tarde disputó sus primeros cuartos de final de un Mundial y terminó ganado el campeonato. Solo llevaba nueve testes en su carrera como internacional. También levantó el trofeo de vencedor en el 2015 y formó parte del plantel que obtuvo el tercer puesto en el 2019.

Ya es el neozelandés con más caps (partidos internacionales que un jugador acumula a lo largo de su carrera): 152. Lo logró después de superar a Richie McCaw. Además, a lo largo del campeonato que se celebra en Francia, se convirtió en el primer jugador en disputar cuatro semifinales de un Mundial y, la de hoy, será su tercera final. El partido contra Sudáfrica será, probablemente, su última participación en una copa del mundo.